12/03/2024

Revista InfoAgro México

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Lo que debes saber del Nitrato de Calcio en la agricultura

El Nitrato de Calcio es uno de los abonos universales. Un fertilizante que está presente en la mayoría de cabezales de riego y se utiliza masivamente. Las plantas demandan calcio, pero ¿qué tanto?

Cuando hablamos de nitrato de calcio o nitrato de cal (también conocida con ese nombre), estamos mencionando un abono inorgánico y cuya fórmula es Ca(NO3)2.

Dentro de esta sal sólo vamos a encontrar calcio, nitrógeno y oxígeno. Los 2 primeros componentes mencionados, las plantas (salvo el nitrógeno con las leguminosas), no pueden obtenerlo por sí mismos, por lo que necesitan de aportes especiales.

El problema de la movilidad del calcio

Hay que tener en cuenta que tanto NH4+ (amonio) como este calcio se absorben por flujo de masas (con el agua). Por eso, es importante que para facilitar la absorción de este último por las raíces de la planta, las condiciones hídricas del suelo sean buenas y, además, no haya mucha presencia de amonio.

De aquí que siempre se diga que los problemas de peseta son originados por una carencia de calcio. Sin embargo, esto no está bien dicho del todo. No hay una falta concreta de calcio en el suelo, sino que simplemente la planta no lo puede asimilar.

Condiciones climáticas adversas

  • Exceso de humedad ambiental
  • Defecto de humedad ambiental
  • Una gran cantidad de luz que aumenta el crecimiento de la planta y diluye el volumen de calcio en savia
  • Temperaturas altas con una variación en la humedad

Condiciones de abonado

  • Suelos con gran cantidad de amonio (NH4+)
  • Gran acumulación de sales y potencial osmótico alto en el suelo (conductividad alta)
  • Antagonismos con otros elementos (magnesio, amonio, otros cationes, etc.)

Es por eso que el nitrato de calcio aportado ha de ir ligado con unas condiciones climáticas que nosotros apenas podemos controlar, y a unas condiciones prácticas que nosotros sí que tenemos acción directa sobre ellas, como las condiciones de abonado.

La causa de la peseta también está ligada con la baja tasa de transpiración de los frutos. Baja tasa de transpiración hace que el calcio no se movilice a los frutos en los momentos de mayor necesidad (cuaje y desarrollo inicial). Por ese motivo, aparece la podredumbre apical en la base del fruto, donde más le cuesta llegar al calcio (Fig. 1).

Fig. 1 – Podredumbre apical o blossom end rot

Composición y riqueza del nitrato de calcio

En la mayoría de sacos que nos vamos a encontrar el nitrato de cal vamos a encontrar lo siguiente:

  • Nitrógeno total (N): 15.5%
  • Calcio (CaO): 26%

Estos valores pueden variar en decimales. Normalmente el nitrógeno siempre lo vamos a encontrar entre 14.4 – 14.5%, y el calcio entre 26-27%.

Si nos metemos en temas de meq/L, muy común en cultivos de invernadero donde se trabaja con conductividad, se ha de contar que cada meq de calcio que se aporta, también se incluye 1 meq de nitrógeno.

En términos de mmoles/L, cada 1 mmol de calcio que se aporta, se añaden 2 mmoles de calcio. Esto es muy importante a la hora de establecer planes de abonado, ya que hay que controlar los aportes de nitrógeno. Muy a menudo son excesivos y repercute tanto en la planta como en nuestro bolsillo.

¿Qué es un mmol?

Es una forma de saber qué y cuánto abonamos. Es algo distinto a las unidades fertilizantes y tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Con este primer sistema de trabajo, sabes cuánta cantidad de agua añades. Al menos, es un parámetro conocido.

Con las unidades fertilizantes es un valor desconocido. Imagina que hay que añadir 10UF de nitrógeno ¿En cuánta agua? Es algo que desconocemos y cuyo dato tenemos que aportar nosotros.

Si transformamos los mmoles de nitrato de calcio a un sistema de valores conocido, por ejemplo, los gramos de abono por metro cúbico de agua, entonces tenemos que hacer el siguiente cálculo:

1 mmol/L de nitrato cálcico x 182 mg/mmol  = 182 g/m3 de agua

Fertirrigación de nuestros cultivos

Imagina que una planta hortícola de nuestro huerto, como un pimiento o un tomate, necesita, por ejemplo, 10 meq/L calcio. La forma más común de aportar esta calcio es, indudablemente, con el nitrato de calcio.

Imagina que vas a regar con 1.000 litros de agua tus tomates, ¿Cuántos kg de este fertilizante añado?

10 meq/L de calcio son 5 mmoles/L, ya que se tiene en cuenta su valencia.

Volvemos a la fórmula de antes:

5 mmoles/L de nitrato cálcico · 182 mg/mmol= 910 gramos/m3 de agua. Es decir, casi 0.9 kg para esos 1.000 L de agua. Con esto se da más que abastecida de calcio la planta. Y eso sin contar el calcio que tiene el agua de riego.

¿Cuál es la dosis normal de nitrato de calcio?

No se tiene que generalizar, cada cultivo demanda necesidades diferentes. El calcio es un nutriente que se utiliza en exceso ya que muchas veces no se tiene en cuenta las grandes cantidades que aporta el agua, simplemente porque no se hace un análisis de agua.

Un agua muy pura, puede llegar a tener entre 1 y 2 meq/L de calcio. Si para una hectárea en cada riego se puede aportar 40,000 litros de agua, podemos estar añadiendo a nuestro suelo entre 1 y 2.5 kg/ha de calcio puro.

Esto, en términos de nitrato de calcio, serían alrededor de 3.70-9.25 kg/ha.

Las dosis normales para un cultivo medio están entre 300-800 kg/ha, según recomendaciones de las compañías de fertilizantes.

En conclusión, el nitrato de calcio puede ser mezclado con la mayoría de soluciones para abono, a excepción de todas aquellas que contengan sulfatos (sulfato amónico, sulfato de magnesio, sulfato potásico, etc.) y fósforo (ácido fosfórico, fosfato monopotásico, fosfato monoamónico, etc.).