09/11/2024

Revista InfoAgro México

Toda la agricultura, ahora en tus manos

El reto de ser autosuficiente

La inmediata depreciación del peso frente al dólar, derivada del triunfo de Donald Trump, y el aumento de los costos en las materias primas resultarán ser una moneda de dos caras para las empresas de alimentos y bebidas.

Por un lado, habrá empresas beneficiadas como Bimbo, Gruma o Arca Continental, que reciben ingresos en dólares a través de sus operaciones en Estados Unidos y que pueden solventar su deuda, pequeña o grande, gracias al aumento del precio del billete verde.

Po ejemplo, Arca Continental, con más de 30 años operando en el país vecino —con productos como Wise o Agua Mineral Topochico—, tiene perspectivas positivas y próximamente estará operando en Texas, Nuevo México, Oklahoma y Arkansas como parte del plan de refranquiciamiento de The Coca-Cola Company.

“Tenemos una baja exposición de deuda en dólares y una excelente estrategia de coberturas en costos de materias primas, por lo que estamos preparados para enfrentar la volatilidad actual de los mercados y poder continuar con los planes de inversión ya anunciados”, dice Ulises Fernández, director de Finanzas y Relación con Inversionistas de Arca.

Algunas de estas empresas se han ido preparando a lo largo del año para aminorar los costos de sus insumos con un aumento gradual en el precio de sus productos.

Sin embargo, en la otra cara de la moneda están aquellas compañías que tienen deudas en un dólar que va al alza y que no tienen ingresos u operaciones que provengan del país vecino.

“Estas empresas tienen que hacer un tipo de cobertura para fijar el precio del dólar, aunque ya es un poco tarde”, comenta José Cebeira, analista de Actinver. “En el caso de las compañías que la mayoría de sus materias primas están en dólares, como Herdez, y que casi no tienen ingresos en dólares, tendrían que hacer más coberturas en esa divisa sobre sus materias primas en Estados Unidos”, añade.

El ‘efecto Trump’ en la industria agroalimentaria, ante una posible revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), puede perjudicar a las exportaciones de los principales alimentos que se envían a Estados Unidos, como el aguacate, el jitomate, el pimiento verde o el café, comenta Víctor Suárez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) .

Este sector depende en gran medida de Estados Unidos. Por ejemplo, México destina el 80% de sus exportaciones de aguacates al mercado estadounidense, según la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM). “Nos necesitamos”, afirma Ramón Paz, vocero y asesor de ese organismo.

Por ello, una de las principales estrategias para el sector agroalimentario puede consistir en reducir esa dependencia, buscar otros mercados y fortalecer el crecimiento dentro del país.

“Hoy, la desafortunada llegada de Trump a la presidencia nos debe de servir para corregir en México las políticas erróneas que se han seguido en los últimos 30 años de dependencia externa, de excesiva dependencia de Estados Unidos, y de no tener un crecimiento económico para generar empleos internos”, asegura Suárez.

Según la ANEC, la industria agroalimentaria ha tenido crecimientos del 1.8%, en vez de tasas por encima del 3%, debido a estos acuerdos bilaterales de libre comercio.

“La otra lección es que no puede solamente confiarse en una politíca de sector basada en las exportaciones agrícolas, sino también debe de pensarse en la producción para el mercado interno. Esto ha sido descuidado por el gobierno mexicano. Es el momento de equilibrar la política agroalimentaria y poner el enfásis en la producción nacional de alimentos para el mercado interno”, agrega Suárez.