12/07/2025

Revista InfoAgro México

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Ácaros en el cultivo de Zarzamora

Tipos de ácaros presentes en el cultivo de Zarzamora  

 

  1. Introducción
  1. Qué son los ácaros
  1. Especies presentes según el cultivo
  1. Especies que actúan en la zarzamora
  1. Importancia de las técnicas agronómicas

 

  1. Introducción

 

Generalmente, se conocen muy pocas especies de ácaros que se encuentran presentes en el cultivo de la zarzamora. La más común es Tetranychus urticae, conocida coloquialmente como araña roja. Sin embargo, hay que destacar que en ocasiones esta especie es confundida con otras del mismo género, lo que indica que existen otras especies que también causan daños a este cultivo. Además, es importante mencionar que los tratamientos a base de productos acaricidas, frecuentemente mal aplicados, suelen ocasionar la eliminación de otras especies que son potenciales depredadoras de estas especies plaga. Por ello, es fundamental analizar el comportamiento y las relaciones de las distintas especies de ácaros presentes en las zarzamoras. 

 

  1. Qué son los ácaros

 

Los ácaros son un grupo de artrópodos que presentan segmentos articulados y pueden considerarse “primos” de las arañas, ya que ambos presentan ocho patas y quelíceros, que son unas pequeñas tenazas que utilizan para alimentarse (Vargas et al., 2024). 

 

Estos individuos son muy pequeños, con un tamaño comprendido entre unas 80 micras (una micra equivale a 10-3 mm) y pocos milímetros, por lo que raramente pueden apreciarse a simple vista (Krantz, 2009). 

 

Además, dichos artrópodos se encuentran ampliamente distribuidos por todo el mundo, prácticamente presentes en todas las latitudes, excepto en los polos, habitando en todos los ecosistemas conocidos, incluso en el entorno de los hogares de los seres humanos, y estableciendo relaciones con todos los seres vivos, tanto animales como plantas (Vargas et al., 2024).   

 

Considerando sus hábitos alimenticios, muestran una amplia diversidad, destacando, por ejemplo, la fitofagia (plantas), depredación (otros animales), micofagia (hongos), hematofagia (sangre), saprofagia y necrofagia (organismos muertos o en descomposición), entre otros (Krantz 2009; Vázquez y López, 2012; Pérez et al., 2014). 

 

La riqueza biológica de ácaros en México ronda las 2,625 especies, según Vargas et al. (2024), siendo las garrapatas las especies más estudiadas, por su importancia médica y veterinaria al ser grandes transmisores de enfermedades a humanos y animales, aunque este tema no centra nuestro interés al querer abordar las especies que atacan las plantas cultivadas, especialmente las berries, de las que extraen el contenido celular, así como del xilema y floema para alimentarse.  

 

En cuanto a los ácaros que actúan como organismos plaga en los cultivos, denominados fitófagos, presentan una modificación en sus tenazas, que se transforman en estiletes (tipo de aguja) con el objetivo de perforar las células de la planta y succionar su contenido, provocando una serie de daños que va a afectar a su desarrollo normal, lo que también va a originar mermas de producción y, por tanto, pérdidas económicas (Cardona y Mesa, 2015). 

 

  1. Especies presentes según el cultivo

 

Diferentes especies de ácaros son consideradas en la actualidad plagas en todo tipo de cultivos, destacando especialmente las conocidas como “arañas rojas” que afectan a cítricos, hortalizas, frutales, berries, etc., siendo en numerosas ocasiones un verdadero problema para los agricultores de cualquier sector agronómico. 

 

Entre los ácaros fitófagos existen varias familias que pueden ser de gran importancia económica, siendo una de ellas Tetranychidae, la cual incluye especies que impactan sobre una importante diversidad de cultivos. Las familias Tenuipalpidae, Tarsonemidae y la superfamilia Eriophyoidea incluyen especies que son vectores de enfermedades (Zhang, 2003; Gerson et al., 2003; Krantz y Walter, 2009).  

 

Por otro lado, se pueden citar algunos ácaros depredadores pertenecientes a las familias Tydeidae, Cheyletidae, Anystidae, Stigmaeidae y Phytoseiidae, esta última incluye algunas especies depredadoras de gran importancia a nivel mundial (Chant, 1985). 

 

En lo que respecta a los cultivos de berries, se han reportado, principalmente, cuatro familias establecidas en plagas de éstos: Tetranychidae, Tarsonemidae, Eryophidae y Tenuipalpidae, siendo realmente importante su identificación y diferenciación, ya que cada familia de estos individuos se comporta de forma distinta (Santillán et al., 2018). 

 

     Las especies pertenecientes a las familias Tetranychidae y Tenuipalpidae pueden ser observadas a simple vista, lo que favorece su detección oportuna debido a su tamaño y morfología, mientras que las familias Eryophidae y Tarsonemidae resultan ser ácaros muy pequeños que se establecen en los brotes nuevos de las plantas, imperceptibles a simple vista, por lo que su presencia no es percibida hasta que no se observan los síntomas en la planta derivados de su acción (Soto, 2013; Santillán et al., 2018). 

 

A continuación, se enumeran las especies de ácaros que causan daños económicos en los cultivos de berries (Soto, 2013; Santillán et al., 2018; Koppert, 2019), siendo diferentes en función del cultivo: 

 

  • Fresa: araña roja (Tetranychus urticae) y araña ciclamina (Phythonemus pallidus). 

 

  • Arándano: araña roja (Tarsonemus sp.) y ácaro de los brotes (Acalitus vaccinii). 

 

  • Frambuesa: araña roja (T. urticae) y ácaros (Acalitus sp.). 

 

  • Zarzamora: araña roja (T. urticae), ácaro blanco (Polyphagotarsonemus latus), ácaros (Acalitus sp.) y falsa araña roja (Brevipalpus yothersi). 

 

  1. 4. Especies que actúan en la zarzamora

 

En el cultivo de zarzamora son diversos los factores que limitan su desarrollo y rendimiento, entre los que se encuentran los ácaros, jugando un papel determinante (Rebollar, 2011). A este respecto, se han reportado 39 especies en el mundo. Algunas de las especies fitófagas de mayor importancia son Acalitus esigii, Phyllocoptes gracilis, Brevipalpus phoenicis y Tetranychus urticae (Davies et al., 2001; Migeon et al., 2007; Marchetti y Juárez, 2011; Smith et al., 2013).  

 

La especie más conocida en cuanto a los daños causados en zarzamora es Tetranychus urticae, siendo en ocasiones uno de los principales problemas fitosanitarios a los que se enfrenta el cultivo (Rodríguez y Estébanez, 1998; Ayala, 2014). Esta especie se identifica fácilmente por sus síntomas en hojas y frutos, pero se conocen pocos estudios sobre su interacción con otras especies de la familia Tetranychidae u otras familias (Ávila, 2011). 

 

En este sentido, el estudio de Ayala et al. (2019) relata que Tetranychus ludeni fue más abundante que T. urticae en huertos de zarzamora de Michoacán. Este hecho contrasta con otras investigaciones en las que se reporta que T. urticae es la mayor causante de daños al cultivo, aunque esto ocurre, probablemente, porque no se suele profundizar en la taxonomía de las especies, dando por hecho la dominancia de T. urticae 

 

Además, los autores de dicho trabajo de investigación consideran a las especies fitófagas Acalitus sp., B. yothersi, P. latus, además de T. ludeni y T. urticae, como plagas de importancia económica para este cultivo. Igualmente, las especies T. josephi y P. asetus, fueron registradas en zarzamora en plantaciones de México. 

 

Volviendo a incidir en la necesidad de identificar de manera correcta a las especies presentes en el cultivo, Vargas et al., (2024) destacan también el hecho de señalar a T. urticae, conocida comúnmente como araña roja, como principal responsable de los daños a las plantas, a pesar de que existen unas 140 especies dentro del género Tetranychus 

 

Se han dado casos, en Michoacán y en Jalisco, en los que finalmente no se trataba de T. urticae sino de T. merganser, considerada recientemente una especie secundaria, aunque parece que ha modificado su comportamiento debido a los manejos agronómicos inadecuados que se han practicado, convirtiéndose en un problema, pero ese tema se abordará más adelante. 

 

Aparte del género Tetranychus existen otros, como es el caso de los eriófidos, que también causan daños en las zarzamoras, aunque éstos son observables bajo un microscopio, tal es el caso de las especies Acalitus essigi, A. orthomera y Phyllocoptes gracilis. En los estados de Michoacán y Jalisco se ha producido la misma confusión que con Tetranychus, señalando a Acalitus essigi como responsable de los daños en cultivos, pero se trataba de Acalitus orthomera, pudiendo ser ambas especies las causantes de los ataques.    

 

También se han reportado a los llamados “ácaros planos” o tenuipalpidos, a los cuales tampoco se les prestaba demasiada atención hasta que se demostró su capacidad para trasmitir virus y los problemas derivados de esto, encontrando a Brevipalpus phoenicis, tanto en Michoacán como en Jalisco, siendo considerada como un complejo de especies, dada la morfología externa que presenta. 

 

Para concluir, Vargas et al. (2024) destacan la escasez de trabajos realizados sobre la diversidad de ácaros asociados a plantas de interés comercial. En el caso de la zarzamora, cuando se cultiva de forma tecnificada, solamente cita uno realizado en Brasil (Marchetti y Juárez, 2011), en el que se reportan 11 familias y 27 especies, mientras que en México se refiere a uno en el estado de Michoacán (Ayala, 2017) en el que se enumeran 10 familias y 17 especies. El segundo se realizó en Jalisco (Vargas et al., 2020) donde se reportan 13 familias.  

 

 

  1. Importancia de las técnicas agronómicas

 

El manejo que se viene realizando en los cultivos tiene un patrón de comportamiento bastante claro en el cual se conoce (o se cree conocer) una especie fitófaga considerada la principal plaga, que suele ser la conocida araña roja (T. urticae), a la cual se intenta detectar y controlar, básicamente mediante tratamientos con productos acaricidas de síntesis, que suelen generar otros problemas entre los que destacan la eliminación de otras especies de ácaros depredadores que pudieran ser potenciales controladores biológicos de dicha plaga. 

 

De este modo, es fundamental llevar a cabo trabajos de identificación de otras especies de ácaros presentes en el cultivo, así como la interactuación que puede existir entre ellas, porque es más que probable que se produzca depredación de los individuos plaga y que pase desapercibida. Marchetti y Juárez (2011) destacan como especies depredadoras más importantes a Neoseiulus californicus y a Agistemus brasiliensis. 

 

En este sentido, Vargas et al. (2024) destacan como parte importante de cualquier manejo de plagas, la identificación de la especie con la que se va a trabajar, para conocer posteriormente su comportamiento durante el ciclo del cultivo en relación a los factores ambientales, así como a las relaciones que muestra con su entorno, determinando tras la observación cuándo se alcanzan los denominados umbrales de intervención. 

  

Por lo tanto, la identificación de las especies de ácaros que dañan el cultivo de zarzamora, así como aquellas depredadoras, es fundamental para la implementación de un programa de manejo integrado de plagas, siendo un objetivo claro la observación de las relaciones de las distintas especies y el uso correcto de acaricidas. 

 

El trabajo de Ayala et al. (2019) refleja bastante bien los aspectos mencionados con anterioridad, ya que, de los 67,548 ácaros analizados en dicho estudio, pertenecientes a 10 familias y 17 especies, el 88.5 % correspondía a especies fitófagas, el 11 % a depredadoras y el 0.5 % restante con otros hábitos alimentarios, recopilando el 65.4 % del total de un huerto bajo manejo convencional, mientras que el 34.6 % en uno más bien biológico.  

 

Sin embargo, el dato interesante es que, en el huerto con manejo convencional, la proporción de ácaros depredadores fue solamente del 1 %, mientras que en el segundo huerto dicha presencia se incrementó a un 26 %, lo que confirma que los tratamientos acaricidas reducen las poblaciones de ácaros depredadores, los cuales pueden ejercer un efecto de control sobre las especies fitófagas que dañan los cultivos. Por ello, el tipo de manejo llevado a cabo en los cultivos tiene una notable influencia sobre la abundancia y diversidad de los distintos ácaros presentes.