Aguacate mexicano, sabor que une culturas y trasciende fronteras
Cada 16 de septiembre, México se viste de verde, blanco y rojo para conmemorar su independencia. Más allá de las ceremonias oficiales, esta fecha es una oportunidad para reflexionar sobre lo que nos une como nación: la cultura, las tradiciones y por supuesto, la gastronomía.
La cocina mexicana es reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO desde 2010. Este reconocimiento no solo enaltece la diversidad de ingredientes y recetas, sino también la riqueza cultural, social y comunitaria que refleja nuestra identidad. De los 32 estados que configuran la geografía mexicana, Michoacán se enorgullece de ser una de las más apreciadas gastronómicamente por sus platos con técnicas milenarias.
Durante las fiestas patrias, el tricolor llena las calles, la música tradicional resuena en cada rincón y los platillos típicos cobran protagonismo: el pozole, las enchiladas, los tamales y, sin faltar, el guacamole, embajador culinario que lleva al aguacate mexicano a las mesas del mundo.
La gastronomía nacional es un tesoro por su diversidad de ingredientes endémicos: maíz, frijol, chile, jitomate, nopal, cacao, huitlacoche y aguacate (con un consumo de 11 kg per cápita);, hoy diseminados por los cinco continentes y que han enriquecido la cocina mundial manteniendo viva la historia de nuestros pueblos originarios.
El aguacate: historia y trascendencia
El aguacate, o Cupanda en purépecha, es mucho más que un fruto. Es un símbolo de identidad, historia y salud. Originario de las zonas altas del centro y oriente de México, su cultivo ha trascendido siglos y fronteras. Hoy, nuestro país es líder mundial en producción, aportando más del 30% de la producción global y exportando a más de 34 países como Estados Unidos o Canadá y otros tan lejanos como Francia o Japón.
Precisamente, Michoacán concentra el 68% de la producción y Jalisco el 12%, siendo los únicos estados autorizados para exportación a EE. UU.
Durante este año, el aguacate de México ha tenido apariciones importantes en fechas como febrero con motivo del Super tazón LIX (110 mil toneladas exportadas) y el 5 de mayo (96 mil toneladas exportadas).
Su relevancia es tal que lugares como Aguacatenango (Chiapas), Ahuacatepec (Veracruz) o Santa María Ahuacatitlán (Morelos) llevan su nombre como testimonio de la profunda conexión cultural con este fruto.
Además, el aguacate es un verdadero “multivitamínico natural”: rico en vitaminas A, C y E, minerales como calcio y magnesio, y grasas saludables que lo convierten en un alimento versátil y nutritivo.
Orgullo en cada bocado
El aguacate mexicano no solo nutre el cuerpo, sino también nutre el orgullo nacional. Cada vez que preparamos un guacamole para la mesa de fiestas patrias o acompañamos un platillo con unas rebanadas frescas, celebramos nuestra historia, identidad y capacidad de compartir al mundo lo mejor de nuestra tierra.
Hoy, en el Día de la Independencia de México, desde APEAM valoramos el significado de la cocina tradicional mexicana como un modelo cultural integral que abarca la agricultura, las habilidades ancestrales, las técnicas culinarias, las costumbres y usos ancestrales de la comunidad de quienes hacen posible que los alimentos de México se disfruten en todo el mundo.
Porque la cocina mexicana no es solo alimento, es memoria, unión y patrimonio. Y el aguacate es uno de sus más grandes embajadores.
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