08/11/2024

Revista InfoAgro México

Toda la agricultura, ahora en tus manos

Manejo de herbicidas en hortalizas

Las altas densidades de maleza en cultivos hortícolas, en general ocasionan producción de frutos de menor tamaño que obtienen un valor comercial bajo. Además, las malezas sirven de hospedero de plagas y enfermedades que atacan a las flores, frutos, hojas, tallos, tuberculos (comestibles), etc. de las hortalizas, demeritando su calidad y consecuentemente su valor comercial.

La producción de hortalizas en México, ha ocupado un lugar importante entre los productores, los cuales han logrado cubrir con cierta facilidad la demanda nacional, y su producción ha permitido tener excedentes para la exportación, por lo que las hortalizas y frutas ponen a México en el decimo lugar como exportador agroalimentario del mundo. (Edith, 2002).

En México, el área sembrada de chiles en el año 2006 osciló entre los 140.000 y 145.000 ha; el 75% de su producción se destino al consumo en verde o fresco y el 25% restante se aplico a deshidratarse o al mercado de proceso. La producción nacional fue de1 853,610 millones de toneladas al año, con un valor de 7.000 millones de pesos, 25% de la producción nacional (450.000 toneladas), es exportado principalmente a Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. San Luis Potosí (México) ocupa el segundo lugar (después de Zacatecas) con 27% de la superficie Nacional cosechada con 970 millones de pesos (CONAPROCH, 2008); datos más recientes de FAOSTAT (2006), la superficie mundial sembrada de chiles asciende a 1 696,891 ha, con una producción de 25 015,498 toneladas. De 1993 a la fecha se observa un incremento del 40% en los rendimientos unitarios, debido al uso de nuevas tecnologías. Por lo que México ocupa el segundo lugar en volumen de producción y el tercero en superficie cosechada, con 140,693 ha y 1 853,610 toneladas, participando con el 8% del área y el 7% de la producción mundial en toneladas. De acuerdo a la producción obtenida en toneladas les siguen, Turquía, Estados Unidos, España e Indonesia, representando juntos el 25% del volumen mundial de producción.

El propósito de la producción de hortalizas es principalmente para el mercado fresco, por lo que la calidad de los productos es de primera importancia. Los frutos deben alcanzar el tamaño necesario y la presentación adecuada para satisfacer las preferencias del consumidor. Los altos rendimientos por unidad de superficie han permitido alimentar a la creciente población mundial; por lo tanto, el manejo de las plagas y el control de la maleza en hortalizas juega un papel importante en la actualidad.

PROBLEMÁTICA DE LAS MALEZAS EN HORTALIZAS.

Dentro de la gran diversidad de especies cultivadas de hortalizas, se presentan de la misma manera especies de malezas que las afectan, las cuales se clasifican en: hoja angosta y hoja ancha, por su ciclo vegetativo (Tabla 1).

Hoja Angosta
Nombre Común Nombre Científico CV Nombre Común Nombre Científico CV
Avena silvestre Avena fatua A Zacate pata de gallo Eleusine indica A
Muela de caballo Brachiaria sp A Zacate aceitoso Leptochloa filiformis A
Zacate grama o Bermuda Cynodon dactylon P Alpistillo Phalaris minor A
Coquillo morado Cyperus rotundus P Zacate carricillo Panicum sp A
Coquillo amarillo Cyperus esculentus P Zacate pegaropa Setaria reticulata A
Zacate Digitaria Digitaria sanguinalis A Zacate cola de zorra Setaria glauca A
Zacate de agua Echinochloa crusgalli A Zacate Jonhson Sorghum halepense P
Zacate pinto Echinochloa colonum A
Hoja Ancha
Nombre Común Nombre Científico CV Nombre Común Nombre Científico CV
Quelite Amaranthus spp A Malva Malva patviflora A
Mostaza Brassica campestris A Trebol Melilotus indicus A
Cadillo Cenchrus echinatus A Tomatillo Physalis sp A
Hierba de pollo Commelina sp A Oreja de ratón Poligonum aviculare A
Gloria de la mañana Convolvulus arvensis P Verdolaga Portulaca oleracea A
Chual apestoso Chenopodium murale P Lengua de vaca Rumex crispus P
Chual blanco Chenopodium album A Tomatillo morado Solanum nigrum A
Golondrina Euphorbia spp A Trompillo Solanum eleagnifolium P
Polocote Helianthus annus A Diente de león Taraxacum officinale P

Tabla 1. Malezas más comunes en las hortalizas mexicanas.

MÉTODOS DE CONTROL.

Las malezas provocan graves daños al cultivo y su detección temprana es muy importante; los productores “pueden planear un efectivo y económico programa de control de malezas para maximizar ganancias en la producción de cosechas”. Una buena técnica es el muestreo, permite a los productores hortícolas identificar las especies de maleza en su parcela, por lo que el conocimiento y registro del historial del predio juega un papel primordial para el productor y el técnico, que juntos tomaran las decisiones. El primer paso para atacar con firmeza el problema, es la correcta identificación de las especies presentes, ya que cada una de ellas responde de manera distinta a las alternativas de manejo. El conocimiento de su ciclo de vida y de su capacidad de reproducción también son fundamentales para definir la magnitud de la infestación de maleza, por lo que deberá revisarse el campo siguiendo un patrón de registro según sea la forma y tamaño del predio, utilizando un cuadrado de 50 cm de lado, cuantificando el número de plántulas dentro de él y multiplicando el resultado por 4 para obtener la población de plantas en 1 m2, así por ejemplo, los cultivos de tomate y chile generalmente son acompañados por el tomatillo (Physalis sp). Las especies más difíciles de manejar son las perennes; por fortuna, éstas representan un porcentaje menor al 30%, sin embargo, se debe evitar la siembra de hortalizas donde se encuentren presentes, ya que en términos generales existen muy pocas estrategias efectivas para su control. Respecto al factor tiempo, lo más importante es reconocer el período crítico de incidencia o competencia de una determinada población de maleza a lo largo del ciclo vegetativo del cultivo. Esta evaluación descansa en principios económicos determinados por el efecto en el rendimiento y la calidad de las cosechas, por lo que surgen así, los criterios de nivel económico crítico que corresponde al momento en que el costo de una medida de control se equipara con el valor de la pérdida de cosecha, y el concepto de umbral económico que determina el momento en que debe tomarse una medida de control antes de que el daño económico se produzca.

Control cultural: semilla certificada, escardas mecánicas, siembras en húmedo, rotación de cultivos, solarización de suelo, acolchados, etc.

Control manual: es el más usado, aún cuando es efectivo en ocasiones es más costoso, ademas de que en muchas veces se ha demostrado que causa daño mecanico al cultivo (10 a 15%) aunque se haga con mucho cuidado.

Control biológico: Los estudios sobre este aspecto son muy limitados y han tenido poca aplicación en hortalizas. Tal vez la alternativa biológica más interesante para el control de maleza sea la alelopatía, la cual se refiere a los efectos bioquímicos (estimulatorios o inhibitorios) que ejerce una especie de planta sobre la germinación, crecimiento y desarrollo de otra especie.

Control químico: Es el uso de productos químicos registrados como herbicidas para su uso en la agricultura, regulado por la Dirección General de Sanidad Pecuaria Agricola y Forestal (DGSPAF) en México, y por la Agencia de Protección al Medio Ambiente (EPA) en Estados Unidos.

EPOCA DE APLICACIÒN DE LOS HERBICIDAS.

La escarda química en horticultura se ha abierto paso principalmente por la escasez y carestía de mano de obra, donde los herbicidas ofrecen actualmente grandes posibilidades para eliminar las malezas de forma rápida y económica.

El uso de herbicidas en hortalizas se puede realizar basándose en las diversas etapas de desarrollo de los cultivos y de las malezas. El seleccionar la etapa adecuada obedece que la mayoria de los productos herbicidas tienen efecto aplicados en pre o postemergencia y en algunas ocasiones presentan ambas acciones como herbicidas de presiembra o prereplanteo, postsiembra o transplante. El uso de herbicidas ha sido escaso debido a que el interés de los fabricantes se ha dirigido esencialmente a resolver problemas en cultivos extensivos cuyo mercado es mayor.

Por ello, la investigación y el desarrollo de herbicidas selectivos en cultivos hortícolas ha sido muy inferior, comparativamente. No obstante, se ha encontrado uso en horticultura para varios herbicidas que nacieron para cultivos extensivos (alacloro, trifluralina, etc.).

Por otra parte, se realizan aplicaciones selectivas con herbicidas que no lo son (aplicación después del trasplante de amidas y anilinas inhibidores de la germinación).

La utilización de herbicidas requiere de cierto nivel de tecnología y conocimientos; por ello, es necesario hablar, aunque sea repetitivo, de algunos aspectos importantes de ellos en la horticultura.

HERBICIDAS QUE ACTÚAN A TRAVÉS DEL SUELO.

Algunas características tanto de los herbicidas residuales como de los suelos tienen especial importancia en la horticultura. La solubilidad en el agua influye en la movilidad del producto en el suelo; gracias a ello, algunos herbicidas prácticamente insolubles (pendimetalina, trifluralina) son muy utilizados, y su selectividad depende de que no lleguen a ponerse en contacto con las semillas de los cultivos.

La textura, la materia orgánica y el pH del suelo también influyen en la actividad de los residuales. La materia orgánica y la fracción arcillosa absorben las moléculas reteniéndolas e impidiendo que pasen a disposición de las raíces y coleoptilos; por ello, en suelos pesados y ricos en humus es necesario más ingrediente activo para un mismo nivel de eficacia. Se ha observado también que algunos herbicidas son más activos en suelos ácidos (pendimetalina) y otros en suelos básicos (triazinas).

Un problema delicado del uso de herbicidas residuales en la horticultura es la persistencia, la cual se pretende que perdure por todo el ciclo de cultivo, pero en ocasiones lo rebasa causando daños a cultivos de rotación.

Aparentemente el laboreo profundo con la vertedera, volteando la capa tratada y mezclándola con otra sin residuos es la solución; sin embargo, cabe señalar que la vertedera es útil para herbicidas poco móviles, ya que los muy solubles pueden lixiviarse y/o dispersarse en la capa labrada y la vertedera los pondrá de nuevo en la superficie. Además, enterrar los residuos en capas con poca actividad microbiana puede aumentar la persistencia.

HERBICIDAS QUE ACTÚAN A TRAVÉS DE LAS HOJAS.

En horticultura también se pueden utilizar herbicidas de contacto y sistémicos vía foliar (ioxinil, oxifluorfen), especialmente en cultivos cuyo follaje es ceroso con hojas estrechas (cebolla, ajo, etc.), características que impiden la penetración del herbicida en condiciones normales. Esta selectividad morfológica se puede perder cuando la cutícula es dañada por alguna causa (lluvia intensa, riego por aspersión, etc.) o bien por crecimiento de la planta (después de 3 hojas en cebolla).

La selectividad fisiológica es menos frecuente. Como ejemplos tenemos los herbicidas antigramíneas (aloxidim, diclofop-metil, fluazifop-butil) que son selectivos para casi todos los cultivos de hoja ancha; por lo tanto, pueden resolverse fácilmente los problemas de zacates tanto anuales como perennes.

Las infestaciones de especies dicotiledóneas (Amaranthus spp, Chenopodium spp, Portulaca oleracea, etc.) tienen poca solución en cultivos hortícolas. Un ejemplo real es el uso de metribuzin en tomates; sin embargo, la cuestión se complica cuando se presentan especies Solanáceas (Solanum nigrum, Datura stramonium) que también son tolerantes a esta molécula. Afortunadamente, el amplio espectro de las Sulfonilureas y las diferencias en la sensibilidad de las variedades a ellas, ha permitido encontrar usos de algunas moléculas en horticultura (flazasulfuron en tomate y papa).

Los herbicidas totales (paraquat, glifosato, etc.) pueden tener aplicaciones selectivas basadas en evitar proyecciones, goteos o derivadas hacia las plantas de cultivo, de tal forma que hasta especies perennes pueden ser controladas.

Por otra parte, se continúan los trabajos para incorporar en cultivos hortícolas resistencia a herbicidas, y de hecho, actualmente se cuenta con variedades transgénicas de tomate resistentes a glifosato y glufosinato.

LA APLICACIÓN DE HERBICIDAS.

Mediante el riego: Se busca hacer llegar el producto a la capa superficial del suelo, de tal manera que su distribución sea uniforme. La profundidad de ésta capa varia de 0 a 10 cm dependiendo del producto; se puede aplicar mediante el agua de riego o asperjado sobre el suelo e incorporarlo con riego rodado o de aspersión.

Mediante lluvia: Solo es factible en lugares con buena precipitación, algunos productos soportan hasta cinco dìas despùes de la aplicación sin problemas de degradación o volatilidad.

Mediante maquinaria: Existen algunos productos que requieren ser aplicados e incorporados tan solo con la humedad del suelo, otros en suelos totalmente secos.

Aplicaciones totales o en banda: Se pueden realizar de dos formas, siendo la segunda la más económica, ya que se reduce la dosis general a la mitad, dependiendo del ancho de la banda que se desea proteger.

El ancho de la banda se determina por la altura que tenga la boquilla con respecto a la superficie del suelo a tratar.

Dosis · ha-1 = (A ·B)/C

A: Ancho de la banda (cm)
B: Dosis del producto (kg o L · ha-1)
C: Distancia entre hileras (cm).