23/11/2024

Revista InfoAgro México

Toda la agricultura, ahora en tus manos

Mildiu en cucurbitáceas: Pseudoperonospora cubensis

El mildiu de las cucurbitáceas se desarrolla tanto en climas templados como tropicales. Es una enfermedad que puede ocasionar importantes pérdidas en cultivares de pepino, melón, calabacita, sandía, entre otras cucurbitáceas, independientemente de si son cultivadas al aire libre o protegidas.

El agente causal de esta enfermedad es Pseudoperonospora cubensis, un hongo parásito obligado que requiere de agua libre para la dispersión de sus esporas. El micelio fúngico es hialino y no tabicado y los esporangios de color gris y forma ovoide o elipsoide, pudiéndose apreciar directamente en el envés de las hojas.

Fig. 1 – Mildiu. Detalle de los daños producidos en el envés de una hoja de pepino

Desarrollo de la enfermedad

Los esporangios del hongo P. cubensis liberan esporas que se desplazan a través del agua mediante la utilización de sus flagelos. Cuando alcanzan la zona a infectar, germinan. La infección se lleva a cabo cuando la temperatura oscila entre 16-22°C. Una vez infectada la hoja, el desarrollo del hongo se ve favorecido por la alternancia de temperaturas cálidas durante el día (25°C) y frescas durante la noche (15°C). Humedades relativas elevadas (80-90%), rocíos nocturnos y nieblas matinales también favorecen su desarrollo. Por el contrario, temperaturas inferiores a 5°C o superiores a 35°C detienen el desarrollo del hongo.

Al mismo tiempo, el potencial de esporulación es mayor en lesiones cloróticas que en necróticas, siendo en estas últimas, prácticamente inapreciable.

Síntomas

Esta enfermedad se manifiesta exclusivamente en las hojas de las cucurbitáceas, ya sean jóvenes o senescentes. Inicialmente aparecen manchas de color verde claro en el haz, que paulatinamente se tornan de color amarillento y presentan formas poligonales. Por otro lado, en el envés se forma un fieltro con tonalidades gris-violáceas y aspecto un tanto oleoso en el que se producen las esporas del hongo. Posteriormente, estas manchas se necrosan y se secan desde el centro hacia afuera, adquiriendo la superficie foliar aspecto apergaminado. Sin embargo, los peciolos permanecen verdes, sosteniendo hojas que se han secado completamente, pero que permanecen unidas al tallo.

Control del Mildiu

Control cultural
Para el control de esta enfermedad se pueden llevar a cabo una serie de medidas, tanto preventivas como culturales, que evitarán la incidencia del hongo en la medida de lo posible. La realización de estas medidas adquiere mayor importancia en explotaciones con antecedentes de enfermedad. Se recomienda:

  • Utilizar semillas y material vegetal sano.
  • No asociar cultivos en la misma parcela.
  • Retirar y destruir los tejidos vegetales enfermos, así como los restos de poda. No abandonar el/los cultivos a final de ciclo.
  • Usar variedades resistentes, o en su defecto tolerantes.
  • Ampliar el marco de plantación lo máximo posible, llegando a una solución de compromiso (rentabilidad vs ventilación).
  • Reducir la humedad ambiental. Utilización de la dotación y frecuencia de riego adecuada junto con la correspondiente ventilación en caso de ser cultivo bajo abrigo.
  • Evitar la presencia de agua libre sobre el cultivo. Por tanto, el riego por aspersión no es el más conveniente para evitar la aparición de esta enfermedad.
  • Evitar el exceso de abonado nitrogenado para que la cantidad de follaje en la planta no sea excesiva.
Fig. 2 – Explotación de pepino muy afectada por mildiu

Control químico
Debe iniciarse el control químico una vez se observe presencia de enfermedad en los tejidos vegetales. Será de mayor importancia aún si las condiciones ambientales son favorables para la infección.

La aplicación de fungicidas debe llevarse a cabo cubriendo generosamente el envés de las hojas (inclusive las de la parte inferior o basal de la planta) y tallos. Se aconseja la utilización de mojantes para que la eficacia de la pulverización sea mayor y la selección de la dosis óptima para evitar la aparición de resistencias.

Fig. 3 – Síntomas de mildiu en hojas de calabacita

Además, hay que tener en cuenta también, que las materias activas utilizadas para el control del mildiu suelen tener una elevada residualidad, generando por tanto un impacto ambiental. En definitiva, se deberá hacer el menor uso de éstas, por lo que el adecuado uso de las medidas preventivas cobra importancia.