[vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=»Introducción»][vc_wp_text]
La manzana es una fruta bien aceptada por la sociedad mexicana. Casi la totalidad del volumen nacional se destina al consumo humano. Suele ser consumida mayoritariamente cruda, aunque también existen otras maneras de hacerlo, como puede ser cocinada en diferentes postres, en forma de productos industriales como zumos y refrescos, sidra, yogures, vinagres, licores, etc. En este sentido, la producción nacional no logra cubrir completamente las necesidades alimenticias de la población. Según SAGARPA (2017), el volumen de manzana cosechado en nuestro país alcanzó en 2016 el 77.26 % del consumo nacional, por lo que es preciso importar del exterior, fundamentalmente de Estados unidos, el volumen restante para completar dicha demanda.
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El balance comercial existente en el mercado de la manzana, comparando las importaciones frente a las exportaciones, se decanta de manera muy favorable para las primeras. En 2018, se exportó un volumen de 766 toneladas, que se tradujo en un valor económico de 1.1 millones de dólares, mientras que las importaciones alcanzaron un volumen de 282,756 toneladas, que supusieron un coste de 264 millones de dólares, según datos de SIAP (2019).
Como muestra la gráfica 1, la diferencia entre las cifras económicas generadas por los volúmenes de importación y exportación de manzana marcan una clara diferencia a favor de las importaciones. Esto quiere decir que, si se quiere reducir la entrada de esta fruta de otros países y, a la vez, seguir cubriendo las necesidades de los consumidores del país, es preciso compensar este balance aumentando la producción nacional, o bien aumentando la superficie de cultivo, o bien incrementando el rendimiento de las plantaciones ya existentes. Respecto a la primera opción, es preciso destacar que la productividad promedio nacional se incrementó casi un 45 % durante el periodo 2003 – 2016, según SAGARPA (2017).
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A partir de los datos históricos, SAGARPA ha realizado una simulación para estimar los valores futuros, tanto de producción como de consumo del país (tabla 1). De este modo, podemos tener una ligera idea de la tendencia que puede producirse en los próximos años.
Considerando las cifras de la tabla 1, aunque sea de forma orientativa, se puede interpretar que las necesidades de consumo tampoco serían cubiertas en 2030. Por tanto, el papel de las importaciones va a seguir teniendo bastante importancia en los años siguientes, donde las negociaciones en los aspectos comerciales, como tratados, normativas, aranceles, etc. resultarán fundamentales para nuestro país.
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Por otra parte, la distribución mensual a lo largo del año de los volúmenes de manzana, tanto de las importaciones como de las exportaciones, se pueden observar en la tabla 1.
Las importaciones de manzana se reparten de manera más o menos uniforme desde enero hasta agosto, con unos porcentajes parecidos (valor promedio de 9.9 % del total). Sin embargo, a partir de aquí empiezan a reducirse, terminando el año con uno valor promedio cercano al 5 % del total por mes.
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Año |
2016 |
2024* |
2030* |
Producción nacional (miles de toneladas) |
717 |
882.5 |
1,007 |
Consumo nacional (miles de toneladas) |
928 |
1,020.5 |
1,096 |
Tabla 1. Comparación entre producción y consumo nacional de manzana. SAGARPA, 2017.
*Estimación realizada por la Subsecretaría de Agricultura (SAGARPA).
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En cuanto a las exportaciones, presentan unas oscilaciones no demasiado exageradas, prácticamente durante todo el año (desde enero hasta octubre), excepto los dos últimos meses en los que se produce un notable incremento, donde noviembre y diciembre suman el 39 % del volumen total exportado. Los destinos principales de la manzana mexicana son los siguientes (SIAP, 2019):
- Estados Unidos
- Argentina
- Chile
- Nicaragua
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Los principales países exportadores de manzana en el mundo se pueden observar en la gráfica 3, entre los que destacan China, Estados Unidos y algunos países europeos, entre otros.
Algunos de estos países proveen de manzana a México, como son Estados Unidos, Italia, Chile, China, Nueva Zelanda o Sudáfrica. Otros que también proveen de esta fruta y que no aparecen en la gráfica son Canadá, Argentina, Belice, Perú o España (SIAP, 2019).
De este modo, México se consolida como un gran importador de manzanas, ocupando la cuarta posición en el ranking mundial, principalmente de la variedad Washington, la cual es cosechada en los campos estadounidenses.
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Por tanto, queda centrarse en las estrategias a desarrollar para satisfacer la demanda nacional del mejor modo posible. Para ello, se deben destacar dos puntos fundamentales. Por una parte, se debe impulsar la producción nacional de manzana y, por otra, es preciso diversificar las importaciones bajo condiciones competitivas con los principales mercados internacionales, principalmente los países europeos, como alternativa a Estados Unidos.
A este respecto, el considerable volumen de manzana traída de otros lugares hace necesario tener en cuenta el régimen de las importaciones. En ellas hay que prestar atención a las medidas arancelarias, las cuales dependen de los tratados existentes con el país exportador, aplicando diferentes cifras impositivas. También se aplican medidas no arancelarias, como puede ser el certificado fitosanitario del SENASICA.
Finalmente, la SAGARPA (2017) establece una serie de estrategias para el mercado de importación de la manzana, con algunos puntos claves:
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Consolidar relaciones con estos países:
- Estados Unidos, mejorando la relación comercial existente, ya que la importación ha estado sujeta a cuotas compensatorias, aun con el TLCAN de por medio.
- Canadá, fortaleciendo la relación comercial gracias a las preferencias que otorgan los tratados en vigor.
- Chile, aplicando el arancel preferencial de la Alianza del Pacífico. En el marco de las negociaciones actuales, se recomienda eliminar algunas medidas de administración del comercio.
2. Expandir actividades comerciales con:
- Nueva Zelanda, considerando viable fomentar una liberación mayor en la AP.
- Italia y Francia, fortaleciendo las relaciones comerciales dada la capacidad de proveeduría y por el acuerdo que establece un arancel del 0 %.
3. Desarrollar medidas no arancelarias con otros países:
- Polonia y Bélgica, proponiendo que el SENASICA lleve a cabo las gestiones pertinentes para establecer medidas fitosanitarias.
De este modo, el objetivo principal es mejorar las condiciones de la importación, afianzando y optimizando las relaciones comerciales ya existentes, así como desarrollando y ampliando dichas relaciones con otros países de interés, cuya relación puede ser relativa nueva o inexistente, pero que pueda ofrecer beneficios comerciales a nuestro país.
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