Con la llegada de la agricultura de precisión a la producción industrial se ha alcanzado la capacidad de diseñar campos estratégicamente, transformando los métodos de cultivo tradicionales en una actividad digital y autosuficiente.
Para prepararnos para estos nuevos paisajes, el diseñador Benedikt Gross presentó un trabajo que explora la relación entre el paisaje, la agricultura y la fabricación digital. El proyecto emplea la idea de “impresión agrícola” para investigar las posibilidades de la fabricación digital y sus aplicaciones en la agricultura moderna. El experimento aplica algoritmos de partición para crear un modelo ambientalmente beneficioso para los campos de producción de biomasa y energía estandarizados.
Estas áreas adicionales establecen y mejoran la relación entre la fauna y la flora y sus hábitats, así como el aumento de la diversidad para aliviar los problemas típicos de los monocultivos. Por el momento es difícil decir si el dinero que esto permitiría ahorrar en pesticidas es más que el costo de la cartografía y la siembra de precisión.
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