22/11/2024

Revista InfoAgro México

Toda la agricultura, ahora en tus manos

Biosoluciones: una respuesta integral para la problemática del campo mexicano

El campo mexicano se encuentra ante una encrucijada.  La producción nacional de alimentos en México no tiene la capacidad para cubrir las necesidades de la población, por lo que para asegurar la disponibilidad de alimentos en ocasiones se tiene que recurrir a la importación de distintos granos y cultivos para satisfacer la demanda de los mexicanos.

Todo esto es consecuencia de diversos factores.  Los efectos del cambio climático, la deforestación, el crecimiento de la población, la reducción de áreas cultivables aunados a la crisis financiera, energética y alimentaria de 2008 han mermado de manera considerable la capacidad de producción de la industria agroalimentaria de nuestro país.

Ante tal escenario, es de suma importancia que todos los actores involucrados en la producción de alimentos en nuestro país tomen decisiones puntuales que no solo contribuyan a mejorar la calidad y cantidad de cultivos en México; sino que también ayuden a consolidar el potencial con el que cuenta la industria agroalimentaria nacional.

El reto es importante.  Para que  esta visión del campo mexicano pueda volverse tangible no solo hay que satisfacer las expectativas de los clientes y las necesidades nutricionales de los diferentes cultivos sino que también es imperante minimizar el impacto ambiental.

Una forma de lograr esto es a través de la utilización de Biosoluciones (bionutrientes y bioestimulantes) en los cultivos.  Los bionutrientes y bioestimulantes son sustancias biológicas que se aplican a las plantas y/o al suelo para así poder regular y mejorar los diferentes procesos fisiológicos de los cultivos, haciéndolos más eficientes.

Asimismo, estos productos actúan como complementos a los diversos agroquímicos que puede llegar a ser utilizados durante  el manejo del cultivo y producción de alimentos.  De esta forma, al incorporar Biosoluciones en la producción de cultivos se puede contar con distintos beneficios tangibles entre los cuales están: la optimización de aspectos fisiológicos en la planta, y cuando estos son usados al suelo el aumento de las propiedades físico-químicas del suelo o el favorecimiento de desarrollo de micro-organismos para mejorar la calidad de los cultivos.

Es sólo mediante este tipo de acciones que realmente podremos asegurar la Salud Vegetal del campo mexicano.  Con este concepto hacemos alusión a un escenario en donde todos aquellos que forman parte del ciclo de consumo de cultivos y hortalizas en nuestro país puedan ser beneficiados con cosechas de mejor calidad. Además, los productores contarían con productos que ayudan a conservar por mayor tiempo su producto final, conservan sus propiedades nutrimentales y generan menores residuos; mientras que los consumidores recibirían un producto final de mejor calidad.

No obstante, todo esto no podrá suceder a menos que las empresas especializadas en el desarrollo de agroquímicos reconozcan que los productos tradicionales no son suficientes.  El campo mexicano necesita de soluciones innovadoras que lo ayuden a tener más y mejores productos, el campo necesita de productos y servicios que lo ayuden a seguir adelante.

Reconociendo la importancia de atender esta situación, Arysta LifeScience ha venido promoviendo e invirtiendo en el desarrollo de Biosolucionescomo prioridad en su cartera de productos.  Para poder cumplir con esta estrategia, Arysta ha decidido consolidar alianzas estratégicas con otros actores del sector agroquímico para incluso complementar su propio portafolio de bionutrientes y bioestimulantes.  Un ejemplo de estas acciones es el reciente acuerdo con la compañía Beem Biologics, Inc., donde con esta alianza Arysta será capaz de desarrollar más y mejores  biosoluciones consolidando  su liderazgo en los mercados de nutrición y protección de cultivos a nivel local y global.

Tan solo en nuestro país, la industria agroalimentaria mexicana podría resultar enormemente beneficiada con este tipo de operaciones.   Estas acciones ayudan a combatir los problemas económicos y sociales generados por la falta de alimentos; colaborando en la reducción del desperdicio y desecho de alimentos que impide que muchas familias de nuestro país puedan tener una alimentación inocua requerida para un óptimo desarrollo físico e intelectual.