Sistemas de conducción del cultivo
- Introducción
- Qué son estos sistemas y para qué se utilizan
- Principales tipos de sistemas empleados
- Introducción
A la hora de adoptar un sistema de conducción que sustente y oriente la estructura de las vides para la obtención de uva de mesa es necesario tener en cuenta los diferentes aspectos que pueden influir en las plantas, siendo algunos de éstos las condiciones de clima y suelo, las distancias de plantación, el tipo de maquinaria empleada o la altura de trabajo, entre otros. Además, existen numerosas posibilidades para modificar los diversos sistemas establecidos, lo que está generando una tendencia de cambio en las formas tradicionales de guiar los cultivos.

- Qué son estos sistemas y para qué se utilizan
Una forma de definir el sistema de conducción de la vid sería la disposición de las distintas estructuras de la planta, como pueden ser la altura del tronco, el ángulo de apertura de los brazos o la exposición de la cubierta vegetal, entre otros. Es importante recordar que Vitis vinifera L. es una planta trepadora, por lo que precisa de una estructura de soporte que facilite la obtención de su potencial productivo de uva de mesa (Ibacache et al., 1988).
No obstante, suele ser común confundir estas labores de conducción con las de poda, siendo diferentes. La poda es la eliminación de partes de la planta para condicionar ciertos procesos fisiológicos de ésta, como son brotación, fructificación o producción, siendo independiente del sistema de conducción, ya que sólo depende del hábito de fructificación de la variedad (Muñoz y Muena, 2017).
Según estos autores del INIA – INDA, cuando se aplica un determinado sistema de conducción se pretende conseguir lo siguiente:
- Que la variedad exprese sus características en relación a su potencial.
- Que la poda se ajuste al hábito de fructificación de la variedad.
- Que se logre un uso eficiente de la luz directa y difusa para alcanzar una correcta fructificación de la yema.
- Que se faciliten las labores a realizar.
- Que la fruta obtenida muestre una buena calidad.
A este respecto, en el momento de elegir un sistema de conducción concreto, es preciso tener en cuenta algunos factores, como pueden ser:
- La variedad cultivada. La planta debe mostrar un hábito de fructificación y vigor.
- La topografía de la parcela. Las condiciones del terreno son importantes.
- La maquinaria de trabajo. Hay que tener en cuenta el tipo de actividad en el suelo y en el cultivo.
- Las labores culturales en la planta. Algunas son poda, arreglo del racimo, desbrote, deshoje, etc.
- Principales tipos de sistemas empleados
Según el Instituto de Investigaciones Agropecuarias y el Instituto de Desarrollo Agropecuario de Chile, el principal sistema de conducción utilizado en uva de mesa es aquel que mantiene la vegetación en disposición horizontal y con la fruta presentada a una altura tal que suponga un difícil acceso. Es el caso del denominado “parrón español”, aunque también existen otros sistemas donde la vegetación se expone de forma horizontal y/o inclinada, y a menor altura.
Para Muñoz y Muena (2017), INIA – INDAP, los sistemas de conducción más utilizados son los siguientes, los cuales son definidos del siguiente modo:
– Parrón español. Es un sistema que orienta el follaje de la planta en sentido horizontal, lo que va a proporcionar una mayor exposición de la superficie foliar a la radiación solar, consiguiendo así una mayor capacidad fotosintética.
La estructura de este sistema hace que las hileras de las plantas no sean independientes unas de otras, estando formada por cabezales (postes en los extremos de las hileras) y esquineros (postes en las esquinas del cuartel). En el contorno de cada cuartel se dispone una cadena de alambre, de dos a tres hebras, que une los esquineros y los cabezales, y en el interior se sitúan los rodrigones (postes en cada planta), los cuales se unen a los cabezales de cada hilera por medio de una hebra de alambre acerado llamada maestra.
Pueden existir algunas variaciones estructurales en el sistema, como por ejemplo, en lugar de un esquinero, colocar dos. Asimismo, la formación de la planta va a depender de la distancia de plantación y de la ubicación que se quiera dar a la fruta, siendo recomendable aplicar este tipo de conducción en terrenos planos o ligeramente inclinados.
En cuanto a las ventajas que ofrece este sistema, se pueden destacar:
- Apropiada expresión del vigor natural de las variedades.
- Mayor tamaño, tanto del tronco como de los brazos, que permite una mejor acumulación de reservas, así como un buen crecimiento y producción.
- Mejor exposición de los racimos, facilitando las aplicaciones foliares y el paso de la maquinaria.
- Menor riesgo de sufrir daños por elevada radiación solar debido a la cobertura del follaje.
- Mayor protección frente a heladas por la altura de la planta.
Por el contrario, algunas de las desventajas que presenta el parrón español son:
- Construcción más compleja en comparación con otros sistemas.
- Mayores costos que el de otros tipos de conducción, debido a la cantidad de material que se utiliza.
- Menor exposición a la luz de las capas inferiores del follaje, lo que puede afectar a la fructificación de las yemas.
- Mayor riesgo de desarrollo de enfermedades si la vegetación es excesiva, al disminuir la ventilación.
- Duración superior del tiempo de formación de la planta debido a la altura del parrón, lo que extiende su periodo improductivo.
- Mayor dificultad de las labores manuales en la planta (desbrote, raleo y arreglo racimo) por la altura de trabajo, haciendo necesario el uso de escalera, lo que aumenta el riesgo de accidente para los operarios.
– Cruceta californiana simple. También conocido como sistema Lenz Moser, cuyas hileras son independientes. Está constituido por un alambre central acerado a lo largo de toda la hilera, ubicado a 1.6 m del suelo y dos alambres laterales en una cruceta horizontal a unos 40 cm del alambre central.
La planta se forma con un máximo de dos brazos que se ubican sobre el alambre central, a lo largo de la hilera, y sobre el cual se dejan los elementos de poda. Las distancias de plantación son variables y la densidad es superior a la del parrón, ya que sobre la hilera se puede disminuir la distancia, que dependerá de la variedad y de la condición del suelo.
Las ventajas que presenta este sistema responden a una mayor exposición a la luz, así como una mejor ventilación. Igualmente, la menor altura de la planta en comparación al parrón español facilita los trabajos de los operarios y las aplicaciones de productos.
Entre los inconvenientes destacan aspectos como la no adaptación a las variedades blancas, por la mayor exposición de la fruta a la luz directa, la dificultad de la cosecha y la mayor presencia de malezas.
– Doble cruceta. Este sistema es similar al anterior, con la diferencia fundamental, que en la doble cruceta se duplica el potencial productivo de cada planta al poder formarse cuatro brazos. Está constituido por una cruceta de unos 40 cm de ancho que lleva dos alambres acerados en los extremos a lo largo de la hilera donde se formarán los cuatro brazos. Los racimos quedan ubicados en línea entre la primera y la segunda cruceta. Las ventajas y desventajas son similares a los de la cruceta simple.
– Cruceta inclinada. Es una variante de la cruceta simple, formando un ángulo de 45 ° y desplazada hacia un costado, la cual lleva de 3 a 4 hebras de alambre sobre la que se disponen los brazos y la vegetación, quedando la fruta colgada a una altura entre 1.6 y 1.8 metros, lo que facilita las tareas.
– Puglia. Este sistema utiliza la misma estructura del parrón español. Sin embargo, se diferencia en que se añade una cruceta en el rodrigón y se suprime parte de los alambres que van en el enrejado. La planta se forma a una altura inferior, ya que el ángulo de apertura de los brazos se genera bajo la cruceta y el follaje se distribuye horizontalmente sobre el enrejado.
– Sudafricano. La estructura de este sistema consiste en colocarle al rodrigón un travesaño de largo variable, que va depender de la distancia en la entre-hilera, el cual se orienta hacia arriba en un ángulo de 60 °, topándose con el travesaño de la hilera paralela, formando así un triángulo en la entre-hilera. De este modo, la planta se forma en al ángulo de apertura del travesaño, apoyándose la vegetación a lo largo de éste mediante la colocación de alambres.
– Open Gable. Es muy similar al sistema anterior en cuanto a la formación de la planta. La principal diferencia radica en que las hileras son independientes, utilizando crucetas que tienen ángulos de apertura variables. El material utilizado en la estructura depende de cada caso, empleándose desde madera hasta hierro galvanizado.
Los distintos sistemas de conducción alternativos al parrón español permiten cambiar las condiciones del cultivo, principalmente, al disminuir la altura de trabajo, lo que facilita la ejecución de las labores, reduce el periodo de entrada en producción y permite aumentar la densidad de plantas.
En este sentido, existen muchas variaciones y adaptaciones dentro de estos sistemas alternativos realizados por los viticultores en aspectos como los materiales, las distancias, la formación o el mismo manejo agronómico.
Para concluir, el Instituto de Desarrollo Agropecuario y el Instituto de Investigaciones Agropecuarias de Chile señalan que el principal sistema utilizado en las viñas de uva de mesa es el parrón español, resultando un buen sistema para la producción comercial en la actualidad. Sin embargo, se está produciendo una palpable tendencia por innovar, adoptando nuevos sistemas que faciliten los manejos y disminuyan los costes de producción, logrando igualmente mayores cosechas que, además, presenten una buena calidad.

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