08/11/2024

Revista InfoAgro México

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REVISTA LECHUGA

Impacto medioambiental del cultivo

La lechuga es uno de los cultivos más demandados por los consumidores a nivel mundial, la cual presenta algunas peculiaridades que hay que tener en cuenta, como es el consumo de fertilizantes nitrogenados o la implementación tecnológica para poder producir en determinadas regiones durante todo el año. Por ello, y dada la inquietud de los consumidores por el impacto ambiental de los procesos agrarios, es conveniente conocer algunas de las repercusiones que pueden ocasionar en nuestro entorno los sistemas de cultivo hortícolas protegidos y semiprotegidos (acolchados, túneles, invernaderos, etc.).

 

¿Qué es un ciclo de vida?

Para llevar a cabo un análisis de impacto ambiental de un cultivo de lechuga, Romero y Suárez (2014), utilizaron un método denominado “análisis de ciclo de vida” (ACV), cuyo objetivo es identificar los principales problemas que conllevan los diferentes sistemas de producción de lechuga, evaluando así los impactos asociados a cada sistema de cultivo, para poder mejorar las técnicas utilizadas, el equipamiento y las estructuras que provocan dichos impactos.

De este modo, el análisis de ciclo de vida, aplicado a la agricultura, se define como un proceso que permite evaluar las cargas ambientales asociadas a un cultivo, identificando y cuantificando el uso de materia y energía, así como los vertidos al entorno, para determinar el impacto que éstos ocasionan al medio ambiente durante el ciclo de vida de dicho cultivo.

Asimismo, se intenta ofrecer un soporte que permita la toma de decisiones relacionadas con la producción del cultivo y los insumos empleados, conociendo sus posibles consecuencias ambientales y detectando los aspectos más influyentes del proceso.

 

Parámetros a evaluar

Los indicadores de impacto considerados para el análisis de ciclo de vida del cultivo de lechuga han sido los siguientes:

  • Energía Primaria: Consiste en convertir la electricidad en energía primaria en los balances energéticos del sistema de cultivo.
  • Calentamiento Global: Son las emisiones directas de CO2, así como los gases de efecto invernadero. Igualmente, se considera la conversión a éstos de todo tipo de consumo de recursos y gases que se dejan de absorber por ocupación de espacios bioproductivos.
  • Eutrofización: Se incluyen los impactos generados por una elevada concentración de los macronutrientes nitrógeno y fósforo. Su incremento puede representar un aumento de la producción de biomasa en los ecosistemas acuáticos.
  • Acidificación: Consiste en la deposición de ácidos resultantes de la liberación de óxidos de nitrógeno y sulfuro en la atmósfera, en el suelo y en el agua, donde puede variar la acidez del medio, afectando a la flora y la fauna que habitan en él.
  • Agotamiento de Recursos Abióticos: Definido como la disminución de la disponibilidad de recursos naturales (abióticos y energía).
  • Pérdidas de Nitrógeno: Son las emisiones de amoniaco (NH3) y monóxido de dinitrógeno (N2O) al aire y lixiviación de nitratos (NO3) al agua, procedentes de las cantidades de fertilizante añadidas al cultivo.

Estas categorías de impacto han sido seleccionadas por Romero y Suárez (2014), dada su relevancia en los procesos agrícolas y energéticos.

 

Análisis del impacto ambiental

Los autores anteriormente citados han realizado el análisis de impacto ambiental comparando cuatro sistemas de producción distintos: invernadero, acolchado plástico, acolchado plástico combinado con agrotextil y cultivo al aire libre. Los datos correspondientes a invernadero se obtuvieron de estudios estadísticos de invernaderos comerciales, mientras que los datos de los demás sistemas de cultivo fueron recogidos directamente de las prácticas agrícolas realizadas.

Para realizar dicho análisis, se pretende cuantificar los consumos de materias primas, de energía y de residuos sólidos, junto con las emisiones a la atmósfera y vertidos al agua (cargas medioambientales) constatados en todos los procesos de los cuatro sistemas de cultivo estudiados. Estos procesos fueron divididos en siete secciones con el fin de facilitar la gestión de los datos, siendo: estructura, sistema climático, equipo auxiliar, fertilizantes, fitosanitarios, manejo del cultivo y residuos. De este modo, las consideraciones hechas por Romero y Suárez (2014), dentro de cada sección, incluyen los siguientes aspectos:

  • Estructura: Se ha tenido en cuenta la fabricación y el transporte del material necesario para crear la estructura y la construcción del invernadero, así como el material plástico necesario.
  • Sistema Climático: Se ha considerado el consumo de electricidad empleado para abrir y cerrar, tanto las ventanas laterales como cenitales del invernadero.
  • Equipo Auxiliar: Incluidos todos los materiales empleados en la fabricación de los elementos necesarios en el sistema de riego, así como el transporte de los mismos y la energía gastada por dicho sistema de riego.
  • Fertilizantes: Se contabilizan las cantidades totales de nitrógeno (N), fósforo (P2O5) y potasio (K2O) aportadas en todos los sistemas, así como el consumo de agua de riego y las emisiones de amoniaco (NH3) y monóxido de dinitrógeno (N2O) al aire, y lixiviación de nitratos (NO3) al agua.
  • Fitosanitarios: Los utilizados en los distintos sistemas durante su ciclo de cultivo.
  • Manejo del Cultivo: Se ha incluido el combustible empleado en los vehículos y las herramientas necesarias para las labores agrícolas.
  • Residuos: Se ha considerado la gestión de todos los residuos generados, incluyendo su transporte hasta el lugar donde son gestionados.

Así pues, después de contabilizar todas estas variables, el resultado del análisis del impacto ambiental de los diferentes sistemas de cultivo refleja lo siguiente:

  • Sistema de invernadero: La estructura incide con un mayor impacto, debido a la alta cantidad de acero y materiales plásticos empleados en su construcción. Por otra parte, los fertilizantes representan una gran carga ambiental por las pérdidas de nitrógeno.
  • Sistemas con acolchado y acolchado + agrotextil: Todas las secciones generan impactos muy similares en todas las categorías. No obstante, la estructura presenta una mayor carga ambiental sobre la energía primaria debido a la electricidad consumida en la fabricación de los materiales plásticos y los procesos de extrusión. Los fertilizantes marcan también un alto impacto por las pérdidas de nitrógeno y la eutrofización.
  • Sistema al aire libre: Los fertilizantes tienen un importante impacto, sobre todo en las pérdidas de nitrógeno y en eutrofización, debido a las emisiones producidas durante la fabricación de fertilizantes y a las pérdidas por lixiviación como consecuencia del uso de un sistema abierto. El equipo auxiliar muestra una considerable carga ambiental en categorías como energía primaria o agotamiento de recursos abióticos, principalmente debido a la fabricación y procesado de elementos del sistema de riego.

Realizando una comparación del impacto ambiental ocasionado por los distintos sistemas de producción de lechuga, se refleja que el invernadero es el sistema que genera un mayor impacto en todas las categorías debido a la estructura. Por otra parte, todos los sistemas de producción, muestran  cargas ambientales altas por el calentamiento global y la contaminación por nitrógeno (emisiones de NH3 y N2O) al aire, así como lixiviación de NO3 al agua.

Además, la mayor presión ambiental en los sistemas de producción de lechuga está representada por la estructura, el equipo auxiliar, los fertilizantes y los fitosanitarios, mientras que el sistema climático, el manejo del cultivo y los residuos suponen un impacto muy reducido.

Finalmente, como prácticas de mejora, Romero y Suárez (2014), recomiendan la reducción del impacto de la estructura y el equipo auxiliar como una prioridad, utilizando materiales reciclados y/o con una vida útil más larga. Asimismo, se deben priorizar la reducción y la optimización de las dosis de fertilizantes nitrogenados para reducir así los procesos de contaminación de los mismos.

Esta metodología de análisis podría resultar una herramienta bastante útil para el control de los riesgos medioambientales en los sistemas de producción de lechuga, ya que permite evaluar diferentes aspectos o categorías, seleccionando las más implicadas en el sistema productivo, además de comparar sistemas de cultivo diferentes, identificando así los que suponen un mayor impacto.