08/11/2024

Revista InfoAgro México

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Necesidades de agua de riego

La necesidad de agua de riego es la cantidad de agua que debe aportarse a un cultivo para asegurar que recibe la totalidad de sus necesidades hídricas o una fracción de terminada de éstas. Cuando el riego es la única aportación de agua de que se dispone, la necesidad de agua de riego será al menos igual a las necesidades hídricas del cultivo, siendo mayor cuando existen pérdidas (escorrentía, percolación, falta de uniformidad en la distribución, etc.), y menor cuando la planta puede satisfacer sus necesidades hídricas a partir de otros recursos (lluvia, reservas de agua en el suelo, etc.).

Por tanto, para poder planificar los riegos, tanto en lo que se refiere a la frecuencia como a la dosis, es necesario conocer las necesidades hídricas de los cultivos , es decir , la cantidad de agua que requieren para un desarrollo óptimo. Según la FAO (1986) este agua se corresponde con «el nivel de evapotranspiración de un cultivo libre de enfermedades y creciendo en un terreno de superficie superior a 1 Ha en unas condiciones óptimas de suelo (ETc)». Dichas necesidades se miden en mm/día y van a depender en cada momento de diversos factores: condiciones metereológicas, características del suelo y del propio cultivo (especie, variedad, estado fenológico, adaptación al hábitat de cultivo, etc.). Para su cálculo, en primer lugar hay que determinar la evapotranspiración de referencia (ETo), que se define como (FAO, 1986): «el nivel de evapotranspiración de una superficie considerable de césped de una altura uniforme (entre 8 y 15 cm) en crecimiento activo que recubra completamente el suelo y bien abastecida de agua». Para ello pueden emplearse diversos métodos, que requieren la medición de distintos datos climatológicos: Penman, Blaney-Criddle, medición de la radiación solar, medición de la evaporación de un tanque evaporimétrico, etc. Entre éstos, el más sencillo y de uso más extendido es el basado en la medición de la evaporación en tanque evaporimétrico y, concretamente, de «Clase A».

La programación de los riegos también puede llevarse a cabo aplicando procedimientos basados en la medición del volumen de agua en el suelo mediante sondas de neutrones, técnicas de reflectometría (TDR o Time Domain Reflectometry) o por el método gravimétrico, pero estos métodos presentan el inconveniente de que son caros o de difícil aplicación. No obstante, también es útil la medida de la tensión del agua en el suelo mediante tensiómetros, siendo éste el método más empleado en riego por goteo, ya que se ajusta a las necesidades del agricultor.

Adicionalmente, existen sofisticados métodos que tienen en cuenta determinados parámetros de la planta, como tensión de la savia y temperatura foliar, cuya medición se realiza mediante cámaras de presión y termómetros de infrarrojos, respectivamente.

Las primeras son instrumentos que evalúan el estado hídrico de la planta a partir de la medida de la tensión de la savia, de forma que a mayores valores de tensión mejor es el estado hídrico de la planta. No obstante, este método costoso y de difícil aplicación. El termómetro de infrarrojos aún está en fase experimental y consiste en un dispositivo para la medida de la temperatura foliar: dado que la transpiración tiene un efecto refrigerante, un aumento de la temperatura supone una reducción de la transpiración y por tanto un déficit en la absorción de agua por la planta.

TANQUE EVAPORÍMETRO DE CLASE A.

Se trata de un recipiente cilíndrico fabricado a base de hierro galvanizado, de 1,21 m de diámetro y 25,4 cm de alto, que se coloca a unos centímetros sobre el suelo utilizando una plataforma, generalmente de madera El agua de la cubeta debe mantenerse a 5-7 cm del borde.

La evaporación debe calcularse diariamente por diferencia entre dos lecturas consecutivas del limnímetro (instrumento dotado de un tornillo micrométrico, que permite determinar el nivel de agua en el tanque). Es recomendable realizar dichas lecturas a primera hora de la mañana y a la misma hora.

A partir del promedio de los valores de la evaporación (E), para períodos de al menos una semana, se calcula la ETo, mediante la siguiente expresión:

ETo = Kp x E, siendo Kp un coeficiente que depende de las características del tanque, situación, condiciones climáticas, etc.

La ETc se calcula a partir del valor de la ETo, conociendo el coeficiente de cultivo específico en la zona (Kc):

ETc = Kc x ETo

El valor de Kc depende del cultivo (especie e incluso variedad), de su ciclo vegetativo, y de su fenología, así como de las condiciones específicas del cultivo en la explotación (densidad de población, orientación de las líneas, etc.) y de las condiciones climáticas locales. Por tanto, este coeficiente varia a lo largo del ciclo de cultivo, creciendo desde los valores más bajos en el período inicial (siembra o trasplante) a lo largo de la fase de crecimiento vegetativo, alcanzando los valores más altos en el período de máximo desarrollo (máximo sombreado del suelo) y decreciendo en la maduración o senescencia.

Posteriormente se tendrán en cuenta otras fuentes de suministro, así como una serie de coeficientes que consideren el rendimiento de la instalación de riego y su uniformidad y el aporte necesario que permita cubrir las necesidades de lavado de sales, para finalmente realizar un balance hídrico que será el que nos indique las dosis real de riego:

Nr = ETc – R + Lr

Donde:

Nr, son las necesidades netas de riego.

R, es el agua que utiliza el cultivo procedente de fuentes distintas al riego.

Lr, es la fracción de lavado.

USO DE TENSIÓMETROS.

Un tensiómetro es un instrumento que indica el esfuerzo que han de realizar las raíces del cultivo para extraer del suelo la humedad que necesita, actuando como una raíz artificial. Consiste en un tubo sellado herméticamente, equipado con una punta cerámica porosa y un vacuómetro, este último con una escala de 0 a 100 cb (centibares). Se coloca en el suelo de forma que controle la humedad disponible en toda la zona de crecimiento de las raíces. La tierra seca extrae líquido del tensiómetro produciendo un vacío parcial en el instrumento que queda reflejado en el vacuómetro, de forma que cuanto más seca está la tierra, más elevado es el valor registrado en el dial de vacuómetro. Cuando se humedece la tierra, el tensiómetro vuelve a absorber humedad del suelo, reduciéndose la tensión, con lo que el vacuómetro señalará un valor menor.

La interpretación de las lecturas es la siguiente:

– Lecturas de 0 a 10 cb: indican que el suelo está saturado o cuanto menos a la «capacidad de campo». Son normales si se considera un período de un día o dos después de un riego, aunque si perduran indican un exceso de humedad, generalmente debido a un riego demasiado abundante.

– Lecturas de 10 a 20 cb: indican que la humedad está a disposición de la planta con un esfuerzo mínimo. Con el riego por goteo generalmente se procura mantener las lecturas dentro de esta gama, cuando se coloca el tensiómetro a una distancia de aproximadamente medio metro del gotero.

– Lecturas de 30 a 60 cb: en esta gama de lecturas está asegurada una buena oxigenación de las raíces. En zonas cálidas y cuando se trate de regar tierras muy arenosas, es recomendable iniciar los riegos con lecturas de 40 a 45 cb. En las zonas frescas o en las tierras con un gran poder de retención, se iniciarán con lecturas de 45 a 60 cb.

– Lecturas de 70 ó superiores: indican que la planta está padeciendo estrés y se acerca al punto de marchitamiento, ya que le resulta muy difícil extraer la humedad.

Estos instrumentos sobre todo dan buenos resultados en riego por goteo, siendo aceptables en riegos por inundación y poco eficientes en riego de pie o a manta.

Normalmente se colocan al menos dos tensiómetros a distinta profundidad en cada punto a controlar, procurando el buen sellado para evitar que el agua penetre directamente el el instrumento. Para ello se prepara una pasta saturada con agua y al tierra donde se va a colocar y se deposita en el fondo del orificio practicado para tal fin. El más superficial de los tensiómetros se coloca a una distancia de 30-40 cm del emisor y es el que indica el agua disponible para el cultivo y el más profundo orienta sobre las pérdidas y la evolución de la humedad a lo largo del perfil y se dispone de forma que alcance la profundidad del cultivo y algo más distanciado del emisor.