11/09/2024

Revista InfoAgro México

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PLAGA DEL PÍCUDO

Plaga del picudo del agave. Parte I

El picudo del agave supone la principal plaga de cualquier especie de la familia Agavaceae, junto con Asparagaceae y Cactaceae, causando severos daños si su incidencia en las plantaciones es elevada. Este enemigo del agave presenta una amplia distribución en el mundo y actúa perforando diferentes partes de la planta. Por ello, su detección debe ser temprana y su control eficaz para evitar que provoque graves pérdidas económicas a los productores de agave.

PLAGA DEL PICUDO
El picudo del agave supone la principal plaga de cualquier especie de la familia Agavaceae, junto con Asparagaceae y Cactaceae, causando severos daños si su incidencia en las plantaciones es elevada. Foto: Ilustrativa.

Descripción de la especie y ciclo biológico

El nombre científico Scyphophorus acupunctatus corresponde a la especie del insecto plaga conocida coloquialmente como picudo del agave, picudo del henequén, picudo negro o, en inglés, sisal borer y sisal weevil (Maya et al., 2011; CAB International, 2016). Esta plaga está considerada la más importante en los cultivos de agave (tequilero, mezcalero, pulquero y henequén) (Siller-Jasso, 1985; Ramírez, 1993).

Una descripción morfológica de las distintas fases de la especie, según Siller-Jasso (1985) y Solís (2001), hace mención a las siguientes características:

– Huevos. Son de color blanco recién ovipositados, cambiando a amarillos a medida que se desarrolla el embrión. Presentan una forma ovoide y tienen una longitud de 1.2 a 1.5 mm, con un grosor en torno a 0.8 mm. Bajo observación microscópica se puede distinguir la reticulación del corión, así como la cápsula cefálica en formación en los huevos maduros.

– Larvas. Son ápodas, ligeramente encorvadas y robustas. Recién emergidas muestran un tamaño similar al huevo, llegando a los 2 cm de longitud y presentando en un extremo dos prolongaciones pequeñas (cercos). Son de color blanco cremoso al inicio y sin coloración en la cápsula cefálica, aunque en pocas horas la cabeza adquiere un tono café, oscureciéndose también el resto del cuerpo.

– Pupas. Durante sus primeras horas son de color amarillento, adquiriendo después una tonalidad más oscura. Los paquetes alares, las patas y el pico “rostrum” se pueden ver a los lados y bajo la superficie del cuerpo.

– Adultos. Presentan un cuerpo robusto, compacto, de color negro brillante, en ocasiones rojizo, sin escamas o setas dorsales, que puede alcanzar una longitud de 2.5 cm. Las antenas están insertadas en la base del pico, bien desarrollado y curvado.

PLAGA DEL PICUDO
Una descripción morfológica de las distintas fases de la especie, hace mención a las siguientes características: Huevos, larvas, pupas, adultos. Foto: Ilustrativa.

El fémur del insecto se ensancha de forma abrupta desde cerca de su base, presentando numerosas cerdas rojizas cortas en sus bordes inferiores. La tibia es corta y posee un fuerte e inarticulado espolón apical.

El abdomen está compuesto de 10 segmentos, aunque ventralmente solo se observan 5 porque el resto se encuentran plegados dentro del cuerpo y modificados en los órganos de reproducción. Para diferenciar los sexos debe buscarse el último segmento abdominal en vista ventral, éste será puntiagudo y más angosto en las hembras, mientras que en los machos es romo y más amplio.

En lo referente a su ciclo de vida, los adultos suelen encontrarse tanto en la base de las pencas como dentro de las piñas, generalmente en aquellas que están en proceso de descomposición como consecuencia del ataque de las larvas. Están presentes todos los meses del año, mostrando hábitos crepusculares. Aunque el insecto prefiere plantas maduras, también se le puede encontrar en plantas jóvenes (González et al., 2007).

La hembra adulta oviposita en la zona próxima al ápice del cogollo, la cual realiza de forma aislada o en pequeños grupos (de 2 a 6 huevos) en el tejido blando, pudiendo depositar hasta un número de 50 huevos a lo largo de su vida. Cuando se produce la eclosión de los huevos, las larvas van realizando galerías al perforar las hojas o pencas que aún no han abierto. Las hembras también pueden ovipositar en la base de las pencas, donde las larvas barrenan hacia el interior de la piña (Solís et al., 2001).

Las larvas tienen una actividad perforadora bastante activa y continua, dejando sus excrementos en los túneles construidos. Antes de pupar, las larvas construyen dentro de las galerías un cocón formado con tejido fibroso y detritos del tallo de la misma planta. De este modo, los adultos recién emergidos permanecen dentro del cocón durante varios días, saliendo posteriormente, aunque en ocasiones permanecen dentro de la piña pudiendo copular en el interior de ésta, dependiendo de la disponibilidad de alimento y del tejido apropiado para la oviposición (Lock, 1969; Ramírez, 1993; Solís, 2001; González et al., 2007).

En cuanto a la duración de las distintas fases, ésta puede resultar muy variable y va a depender de las condiciones climáticas, especialmente de la temperatura. En el henequén, la duración del ciclo de vida de huevo hasta adulto es de 133 a 137 días a una temperatura media de 27 ° C y una humedad relativa entre 62 y 93 %, mientras que en el maguey el ciclo biológico es de unos 89 días de media (Aquino et al., 2010; Valdés, 2010).

Considerando como temperatura base para el picudo del agave un valor de 10 ° C, sería necesario un total de 2,225 GD para completar su ciclo biológico. A este respecto, Espinosa et al. (2005), estiman de 1.4 a 2.6 generaciones al año en municipios de Oaxaca, mientras que Figueroa (2009), determinó entre 1.7 y 2.0 generaciones al año en el estado de Jalisco.

Los huevos pueden ser incubados entre 3 y 8 días. Según González et al. (2007), la etapa larval puede durar de manera aproximada de 47 a 124 días, en función del número de estadios. En maguey pulquero tiene 3 estadios larvales, con un tiempo promedio de 58 días. En sisal, el picudo pasa por 5 estadios larvales, requiriendo de 21 a 58 días para completar su desarrollo. En el henequén, la larva pasa por 11 estadios, los cuales requieren de 108 días. El estado de pre-pupa puede durar entre 3 y 10 días, mientras que el de pupa oscila entre 12 y 16 días. Por su parte, la longevidad del insecto en el cultivo de agave puede tener un valor promedio de 186 días.

PLAGA DEL PICUDO
El picudo del agave es una especie que se encuentra ampliamente distribuida por todo el mundo de la siguiente forma: África, América, Asia y Europa. Foto: Ilustrativa.

Población y distribución

El picudo del agave es una especie que se encuentra ampliamente distribuida por todo el mundo. Según CAB (2016) y otros autores (Van Rossem et al., 1981; Colombo, 2000; Riba y Alonso, 2007; Germain et al., 2008; Kontodimas y Kallinikou, 2010; Setliff y Anderson, 2011; Vassiliou y Kitsis, 2015), dicha distribución mundial sería de la siguiente forma:

  • África: Kenia, Sudáfrica y Tanzania.
  • América: México, Estados Unidos, Belice, Islas Caimán, Costa Rica, Cuba, Curazao, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Antillas Holandesas, Nicaragua, Puerto Rico, Islas Vírgenes, Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela.
  • Asia: Indonesia, Israel y Arabia Saudí.
  • Europa: Chipre, España, Francia, Grecia, Italia, Holanda, Portugal e Inglaterra.

En lo que respecta al territorio nacional, la presencia del picudo (S. acupunctatus) responde a cualquier zona que cuente con especies de agave, cuya dinámica poblacional muestra una estabilidad durante todo el año en las plantaciones del país, presentando uno o dos picos anuales (SENASICA, 2016).

En distintos estudios realizados sobre las poblaciones de picudo en agave (Solís, 2001; Barraza, 2007; Figueroa, 2009) en diferentes regiones de México, se determinaron estos picos poblacionales en varios meses del año, aunque un dato curioso reportado por Bravo et al. (2003), según sus muestreos realizados en los Valles Centrales del estado de Oaxaca, es que las mayores capturas de adultos coinciden de manera general con precipitaciones más altas, es decir, que una mayor precipitación supone una mayor población de picudo, siendo menor en épocas secas. Esta teoría está reforzada por Aquino et al. (2007), en muestreos realizados en la misma región.

En cuanto a la movilidad o dispersión de la especie plaga, normalmente, los adultos de S. acupunctatus tienden a permanecer en el área donde se originaron, siendo sus desplazamientos cortos y escasos, mostrando una dispersión baja. De este modo, si tiene abundancia de alimento en las plantaciones de agave, el adulto no se va a desplazar, solamente se moverá de una planta vieja, o en proceso de senescencia, a otra sana que esté madura (Aquino et al., 2010; Setliff y Anderson, 2011). Por lo tanto, la colonización de nuevas plantaciones de agave lejanas estará provocada por la acción del ser humano a través del movimiento de material vegetal infestado.