México espera una resolución antes del 14 de diciembre sobre la disputa generada por las restricciones a las importaciones de maíz transgénico, según informó Marcelo Ebrard, secretario de Economía. Esta controversia, enmarcada en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), refleja la postura mexicana de limitar el maíz genéticamente modificado, argumentando riesgos para la salud y las variedades autóctonas del país.
En su intervención, Ebrard subrayó que el T-MEC representa el mejor acuerdo comercial de la región, pero las restricciones al maíz amarillo importado desde Estados Unidos han tensado las relaciones comerciales. Este tipo de grano, principalmente destinado a la alimentación de ganado, contrasta con el maíz blanco, del cual México es autosuficiente y utiliza para elaborar tortillas, un pilar de la dieta nacional.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha reiterado su compromiso de proteger el maíz blanco no transgénico, en cumplimiento de la Constitución y en beneficio de la capacidad agrícola local. Por su parte, el secretario de Agricultura, Julio Berdegué Sacristán, ha señalado que la nueva administración priorizará la autosuficiencia de maíz blanco sobre las restricciones al maíz amarillo.
México cuenta con más de 60 variedades autóctonas de maíz, que no solo tienen valor agrícola, sino también simbólico, pues son un legado de las culturas prehispánicas. Esta riqueza es clave en las negociaciones del T-MEC, que será revisado en 2026. En este contexto, el gobierno de Sheinbaum deberá dialogar con la administración de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, para buscar acuerdos que equilibren la protección de la soberanía agrícola y el comercio internacional.
Con información de latinus.us/mexico.
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