La realidad es que el consumo de frescos en Norteamérica es prácticamente imposible de producir en inverno en esta región, exceptuando al estado de Florida; nuestro férreo competidor.
Es por ello que durante más de cien años México, y en específico los estados del Noroeste (Sinaloa y recientemente Sonora), han sido proveedores estrella de esta enorme región de consumo de tomates, pimientos, pepinos, berenjenas, picosos, calabazas, entre otros . Uno de cada dos tomates, siete de cada diez pepinos y seis de cada diez pimientos que consume un norteamericano entre Diciembre y Marzo, provienen de México. No hay duda que somos un verdadero “invernadero natural” para los fríos que se pueden sentir en Chicago, NY, Bostón, Toronto y prácticamente todo Canadá y Estados Unidos.
El noroeste mexicano es sin duda quien por décadas lideró las exportaciones hortofrutícolas de México. Ante la nula existencia de agricultura protegida, no había cabida para la entrada de otras regiones de México en la producción. Situación que cambió en la última década y ahora nos encontramos con actores de Sonora, Nuevo León, Jalisco, Bajío, entre otros estados, produciendo con gran competitividad.
Nadie cuestiona que México es el principal proveedor de frescos de Norteamérica en invierno y que así lo seguirá siendo. Sin embargo, esta última década se han dado una serie de circunstancias que podrían poner en juego esa hegemonía que ha superado ya el siglo de vida. Entre ellas podríamos hablar de las más populares actualmente, las políticas, que incluyen temas como Trump y la muerte de Fidel Castro en Cuba. Las climáticas, con el invierno más cálido que se tiene en registro a nivel mundial. Los cambios en tecnología de producción, que han permitido producir durante el invierno en prácticamente cualquier rincón de México. Los cambios en legislación como la entrada en vigor de la ley de inocuidad FSMA en EEUU. A continuación analicemos algunos de ellos y como afectan y afectarán el mercado de invierno de frutas y verduras mexicanas.
La actual temporada de exportación, 2016-2017, ha sido una de las peores en cuestión de mercado de los últimos 20 años (según algunos líderes del sector). Con precios promedio de Octubre a la fecha de pimientos verdes LAB frontera de $6 dólares (el costo total está en $10), pepinos de $9, berenjenas de $5, pimientos rojos de $7 y con una temporada de tomate que pinta para ser complicada. ¿Por qué tan grave?
En algunos productos como el pimiento verde el hectáreage sembrado en Sinaloa en malla sombra creció por ejemplo un 27%, el pimiento rojo un 24% y los tomates un 8%. La pregunta a hacerse es, ¿se tenía una comercialización garantizada para este crecimiento? ¿O fue fruto de los excelentes mercados del año pasado que empujaron al productor a sembrar más, a apostar más?
También gracias a la agricultura protegida Sinaloa dejó de ser el rey exportador y valles Sonorenses como los de Navojoa, Obregón y Hermosillo han sumado al volumen que cruza por Nogales. Pero también el Bajío y el noreste de México han venido a aportar volumen a la exportación por McAllen. Más oferta, misma demanda.
Aunado a los incrementos de producción, este 2016 ha sido sumamente caluroso y regiones como Georgia y el Norte de Florida en EEUU extendieron su ventana de cosecha y producción, traslapándose con las de México. De nuevo, más oferta, misma demanda. Irónicamente, este mismo calor generó caída de flor y por ende de producción en el noroeste de México, pero esta pérdida de producción no se reflejó a mejores mercados.
Analizando los años por venir no se sabe cómo seguirá afectando el clima, pero la tendencia marca que seguirán extendiéndose zonas de producción en donde antes una helada las frenaba por completo. Son, además, cada vez más hectáreas de agricultura protegida en México. Un aumento del 10% para Sinaloa solamente en la presente temporada, alcanzado las 7,000 hectáreas. Todo esto significa obviamente más producto para el mismo mercado y lo más preocupante sin un plan para comercializarlo de manera más eficiente.
Adicionalmente, son cada vez más países latinoamericanos que antes no estaban en el radar de exportación de frescos a EEUU y que ahora empiezan a afectar mercados. Siendo un claro ejemplo, los pepinos de invierno de Honduras. Que de un día para otro, con un flete relativamente bajo, pueden en un sólo embarque enviar a Florida hasta 40 contenedores. ¿Cómo creen que afecta los precios?
Importante también es la apertura comercial que poco a poco muestra Cuba, quien tarde o temprano entrará en la dinámica de producción y exportación. Después de todo, la isla era el principal proveedor de verduras de EEUU antes del embargo. Aunque ahora con el efecto Trump, está dinámica seguramente se retrasará un poco. Pero ese día que tomates, pimientos y pepinos cubanos empiecen alimentar el este de EEUU llegará. Y entonces ¿qué pasará con nuestra industria?
Una de las mayores ventajas de diferenciación que tienen los productores mexicanos de invierno es su experiencia en temas de inocuidad y responsabilidad social. Han sido décadas de pequeños cambios que a través de los años han generado alimentos con una excelente reputación de sanidad y calidad. Respaldados por las más estrictas certificaciones internacionales como HACCP, Global Gap, Primus GFS, entre otras. El reto está en promoverlo ante el consumidor norteamericano. El poder lograr que un padre le diga a su hijo, no te preocupes puedes consumir ese tomate, sobre aquel de ese otro país, porque cuando es de México es rico y sano.
Así, son claros los retos que tienen los productores de estas hortalizas. Sin duda, importante apostarle a la unión de productores para marcar una visión clara de los objetivos como sector. Sólo así se podrá seguir compitiendo y manteniendo el liderazgo en exportación de frutas y verduras de invierno.
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