El mundo se encuentra en las vísperas de una nueva revolución agrícola de raíz tecnológica y científica, cuyo epicentro está en Estados Unidos, que se manifiesta en el nivel récord de inversión en investigación y desarrollo (I&D) de alta tecnología que ha ocurrido el año pasado, sostiene el grupo de consultoría Boston (BCG, por sus siglas en inglés) en su informe 2017.
La inversión en I&D agrícola de alta tecnología en EEUU superó los U$S 25.000 millones el año pasado, récord histórico, y representa cerca del 7% del total de los ingresos del sector.
La prioridad de estas inversiones es la inteligencia artificial (AI) y la información masiva o «Big Data». Se trata de instrumentos analíticos, no de productos determinados, que son nuevas oportunidades de negocios y de inversión.
Ésta es la respuesta del agrobusiness norteamericano al imperativo de innovar que experimenta todo el sector agroalimentario mundial, como consecuencia de la combinación de una alta demanda de agroalimentos muy por encima de la oferta y de bajos precios de los commodities agrícolas.
No hay más alternativa para elevar los precios de los productos agrícolas que diversificar la producción con bienes de mayor complejidad tecnológica.
Este nivel récord de inversiones muestra nítidas prioridades. En el campo de la biotecnología, ante todo el desarrollo de la biología molecular y la ingeniería genética.
Luego, el despliegue de la agricultura de precisión, centrada ahora en la utilización de la información en el orden de los metros y de los decímetros cuadrados, para optimizar hasta el mínimo nivel el consumo de insumos para la producción agrícola.
Según el informe del grupo de consultoría Boston este despliegue implica mejoras en la utilización de los insumos de 30% a 40% en 10 años.
Por último, es prioritario el desarrollo de la robótica y la automatización a través de la utilización intensiva de drones de alta precisión, vigencia de vuelos las 24 horas y precios declinantes que tienden a la gratuidad, como sucede con toda la alta tecnología que experimenta un acelerado proceso de commoditización.
La necesidad es la fuerza fundamental que impulsa a la innovación. El agrobusiness fue en Estados Unidos el que ofreció la menor tasa de retorno en el período 2012/2016, fase de caída del precio de los commodities en el mercado mundial.
Este sector fue el que experimentó los mayores niveles de ganancia durante el boom de los precios agrícolas que ocurrió en el período 2007/2011 como integrantes del superciclo de los commodities.
Este superciclo fue la respuesta a la irrupción de China/Asia en el comercio internacional a partir de 2001, cuando la República Popular ingresó en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Advierte BCG que el nivel neto de ingresos de los productores del Medio Oeste norteamericano cayó a 65% del nivel récord que obtuvieron en 2013.
También las 40 principales compañías agroalimentarias globales, la mayor parte de las cuales son estadounidenses, que integran el índice BCV «Creadores de Valor» establecido por el grupo Boston, generaron tasas de retorno para sus accionistas de 7% anual o más entre 2012 y 2016.
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