El boro juega un importante papel en la fertilización de las plantas, teniendo necesidades particularmente elevadas cuando el crecimiento en peso de las hojas es más alto y durante la floración y cuajado de frutos. El contenido en boro de los órganos reproductivos (anteras, estilos, estigmas, ovarios) es especialmente alto. El boro también tiene un importante efecto positivo en el cuajado de frutos y el proceso de formación de semillas.
Las deficiencias están siempre relacionados con las principales funciones del boro. Aparecen síntomas internos a nivel celular y vascular:
- Proliferación de células deformadas.
- Degeneración de tejidos meristemáticos y de membranas celulares.
- Acumulación de compuestos fenólicos en las vacuolas. Descenso de actividad de enzimas oxidantes.
- Incremento de la actividad ascorbato oxidasa en hojas.
- Acumulación de nitratos y menor contenido de proteínas en citoplasma.
- Aparición de zonas fibrosas.
- Desarrollo anómalo de vasos conductores.
- Disminución del contenido en azúcares en frutos y tubérculos.
El boro, al no desplazarse fácilmente desde las hojas basales, presenta síntomas externos inicialmente en las partes jóvenes de la planta:
- Reducción del crecimiento terminal, con muerte de la yema terminal, los brotes axilares se estimulan produciendo ramas axilares o mueren igualmente, los entrenudos se acortan. Como resultado se obtiene una característica forma abotonada o de roseta terminal y un aspecto arbustivo o encogido de la planta.
- Las hojas jóvenes se ven deformadas, más o menos rizadas, gruesas, quebradizas, pequeñas y curvadas hacia adentro, con nervios asimétricos, y a veces toman unos tonos oscuros, azul-verdosos o marrones y mueren.
- Los pecíolos y los tallos son más gruesos y se hacen fibrosos y frágiles. La planta presenta una apariencia encogida.
- Desarrollo de zonas necróticas y acuosas en tejidos de almacenamiento.
- Aparición de grietas y hendiduras en los pecíolos, en los tallos y algunas veces en los frutos y tubérculos.
- Alteración en la formación de flores y frutos. Aparición de frutos deformados, en cítricos crece la relación corteza / pulpa de forma exagerada.
- Aparición de superficies escamosas y zonas acorchadas, con aparición de cavidades en frutos y tubérculos, síntomas similares a la deficiencia cálcica.
- Alteración en la germinación del polen y formación desuniforme de frutos. A veces aparecen frutos partenocárpicos, pequeños y de escasa calidad comercial, esto ocurre, por ejemplo, en vid. Las semillas presentan una más baja viabilidad.
- Las raíces se espesan, a veces se hacen más finas y débiles, y presentan las puntas necrosadas, deteniéndose el crecimiento.
Los cultivos presentan sensibilidades diferentes a la deficiencia de boro, incluso cultivares diferentes de una misma especie. Entre los cultivos más exigentes en boro citar las plantas con aprovechamiento de sus raíces (remolacha, nabo, zanahoria), apio, coliflor, brócoli, col, algodón, cacahuete, clavel, crisantemo, rosal, girasol, vid, manzano, peral, aguacate, café, olivo, eucalipto. La mayor parte de las monocotiledóneas muestran unos requerimientos de boro inferiores, a excepción de maíz y sorgo.
Como enfermedades características de deficiencia de boro destacar el mal de corazón de la remolacha (heart rot) o la médula acuosa de los nabos (water core), o el pedúnculo agujereado de la coliflor (holow stem).
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