El manejo integral de cultivos es un método de control de plagas y enfermedades, que combina el uso de productos fitosanitarios, organismos beneficiosos y prácticas culturales, tales como barreras físicas, fertiirrigación, selección varietal, etc. Su objetivo es tener un control racional y eficaz de plagas y enfermedades.
Trabajar con este método es ventajoso debido a que se destacan el reducido riesgo para el aplicador, tiene distintas variaciones de control para cualquier tipo de problemas fitosanitarios, y tener una mejor estrategia para el manejo de resistencias, facilitando también el acceso a mercados más exigentes. Los tratamientos para aplicar se justifican en base a muestreos rutinarios, evitándose de esta forma hacerlos con una intensidad mayor que la más estrictamente necesaria.
De la misma manera el Manejo Integrado de Cultivos (MIC) permitirá cosechas abundantes y de buena calidad, en un ambiente de preservación de la biodiversidad que evite riesgos para la salud a las personas. Esto incluye un adecuado manejo de plagas, conservación del suelo, además de una buena valoración y el desarrollo de estrategias de bajo impacto ambiental.
Por lo tanto, el Manejo Integrado de Cultivos (MIC) incluye aspectos como manejo de suelos, de cultivos y del ambiente, a más del manejo de plagas esto debe considerar a la finca como un sistema en donde el principal componente es el cultivo y en el cual existe poca diversidad de especies. Esto genera un ambiente favorable para la proliferación de plagas especializadas lo que demanda la aplicación de medidas de control para evitar su propagación masiva.
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