[vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=»Introducción»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_wp_text]
Se considera que el número de países productores de brócoli en el mundo es 95, en cuyo ranking, México está situado en el quinto puesto, un hecho destacado si se tiene en cuenta que esta hortaliza está incrementando su demanda por parte de los consumidores debido a sus inmejorables cualidades saludables. En este sentido, China es el mayor productor mundial con una cuota del 40 % del volumen global. En lo que respecta al ámbito nacional, las perspectivas son favorables, ya que la producción del país ha aumentado de manera continua durante los últimos años y la cuantía económica correspondiente a las exportaciones supone un buen sustento al sector.
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La producción de brócoli en nuestro país no ha parado de crecer desde el año 2013, donde se registró un volumen de 416 mil toneladas de esta hortaliza. En los años sucesivos, la progresión ha ido en aumento. En la gráfica 1 se puede observar claramente esta tendencia, según los datos oficiales de SIAP (2020).
Gráfica 1. Evolución de la producción nacional de brócoli (miles de toneladas) entre 2010 y 2019. SIAP, 2020.
Tal como muestra el gráfico, a comienzos de la década se produjo un incremento de 50 mil toneladas entre 2010 y 2011. Al año siguiente, el volumen de producción descendió levemente y, a partir de 2013, el aumento, año tras año, fue continuo hasta 2018, donde se registró el máximo de la serie histórica mostrada, con 632 mil toneladas, aunque el año siguiente se originó un descenso de 18 mil toneladas, hasta las 614 mil.
De estos volúmenes anuales, la mayor cuota de producción se alcanza en dos momentos del año: uno en el bimestre marzo-abril y otro en agosto-septiembre. Un hecho importante a tener en cuenta es que este cultivo se origina bajo una agricultura de riego, concretamente el 97.5 %, lo cual permite establecer una oferta constante de producto a lo largo del año en distintos niveles.
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En la gráfica 2 se puede observar la cuota mensual de producción durante un año agrícola, constatando los dos máximos mencionados anteriormente.
Gráfica 2. Distribución mensual de la producción nacional de brócoli (en %) durante el año. SIAP, 2019.
Viendo la evolución gráfica, se aprecia claramente que, entre marzo y abril se produce el 29.1 % de la producción anual. Posteriormente, existe una disminución, volviendo a incrementarse los volúmenes entre los meses de agosto y noviembre, concentrando el 40.3 % del total.
En lo que respecta a la superficie cosechada en el país, la evolución también tiene un carácter creciente a lo largo de los últimos años. En la gráfica 3, se puede apreciar este aumento de la superficie nacional destinada a la cosecha de brócoli.
Gráfica 3. Evolución de la superficie nacional (miles de hectáreas) cosechada de brócoli entre 2010 y 2019. SIAP, 2020.
De manera análoga a la evolución de la producción nacional, la superficie cosechada presenta un comportamiento similar, algo lógico, ya que el volumen cosechado depende directamente de la superficie de cultivo, aumentando una si crece la otra. En cuanto a la superficie representada, ésta hace referencia al número de hectáreas (aproximadamente) registradas cada año. Cabe destacar que, en 2012, la superficie cosechada se vio reducida en torno a mil hectáreas, experimentando en los años siguientes un crecimiento ininterrumpido, hasta rondar las 36 mil hectáreas en 2018. Sin embargo, un año después (2019), la superficie cosechada a nivel nacional disminuyó en casi dos mil hectáreas.
Considerando los datos de producción y de superficie, aparece un parámetro esencial que mide la eficacia de cualquier sistema agrario. Se trata del “rendimiento”, el cual determina la relación entre ambos. La lectura de este valor es fundamental en los sectores productivos agrícolas, ya que refleja el nivel productivo de una determinada zona o parcela de cultivo.
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Si se aplica esta relación a los datos mostrados en las gráficas 1 (producción nacional) y 3 (superficie cosechada), se van a obtener los valores promedio de rendimiento anual nacional de los cultivos de brócoli. Esta información se expone en la gráfica 4, para poder observar así la evolución de este índice de producción en la serie histórica mostrada en dichas gráficas anteriores.
Gráfica 4. Evolución del rendimiento promedio anual (t ha-1) a nivel nacional entre 2010 y 2019. SIAP, 2020.
Un hecho sumamente positivo que se puede extraer del análisis de este gráfico es la evolución siempre creciente de los valores, es decir, sin ningún descenso de un año con respecto al anterior, como sucedía en las dos gráficas anteriores. El ejemplo más claro se puede ver en el año 2019 en comparación con 2018, ya que, en la evolución histórica, tanto de la producción como de la superficie cosechada, se producía un descenso. En cambio, el rendimiento promedio no disminuye en 2019 con respecto al año anterior. Eso quiere decir que cada año que pasa, la superficie de cultivo de brócoli se vuelve más productiva, seguramente por las mejoras tecnológicas y de manejo aplicadas.
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En cuanto a los estados del país que representan un papel más importante en el cultivo de brócoli, tanto en producción como en superficie, son enumerados a continuación, por orden de relevancia, en las tablas 1 y 2.
Comparando ambas clasificaciones, los cinco primeros lugares son compartidos en las dos tablas por los mismos estados, es decir, que podrían considerarse como los líderes de la producción nacional de esta hortaliza, aunque, sin ninguna duda, Guanajuato destaca, con mucha diferencia, del resto, en volumen productivo y en superficie cosechada. Representa el 68 % del volumen total nacional y el 70 % de la superficie. Le siguen en importancia: Puebla, Sonora, Jalisco y Michoacán.
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Es preciso destacar la importancia que tiene el valor del rendimiento, tal y como se ha comentado anteriormente. La tabla 3 es un buen reflejo de ello, donde San Luis Potosí encabeza la clasificación de estados con mayor rendimiento medio, con 34.4 toneladas por hectárea. Sin embargo, esta entidad no figura en ninguna posición de las clasificaciones anteriores.
Igualmente, Zacatecas (situada al final de las listas anteriores), Coahuila y Nuevo León (ausentes en las mismas), figuran entre las de mayor rendimiento promedio. Eso quiere decir que estas regiones son más productivas, no a nivel global, sino por unidad de superficie.
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Una parte considerable del brócoli cosechado en México es destinada a la exportación, más del 60 %, según SIAP (2019). No obstante, es preciso destacar que el consumo del mercado interior está aumentando últimamente con motivo de las propiedades saludables que tiene este alimento, especialmente contra el cáncer. En este sentido, dicho consumo nacional supera los 2 kg anuales por persona.
El balance entre exportación e importación se decanta claramente a favor de la primera. Así, las cifras oficiales del SIAP de 2018, estimaban un volumen de exportación que superaba las 382 mil toneladas, generando un monto económico de 440 millones de dólares. Por otra parte, el volumen de brócoli importado en ese año fue de 9,384 toneladas, lo que se tradujo en 9.6 millones de dólares.
En lo que respecta al mercado exterior, la mayoría del brócoli mexicano tiene como destino el vecino país de Estados Unidos, el cual adquiere más del 97 % de la oferta exportable, con un valor económico en torno a los 430 millones de dólares. Otros países donde se destina nuestro brócoli son: Canadá, Honduras, Panamá, Cuba, Guyana, Belice, Japón y Singapur.
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Un aspecto a destacar es la cuantía monetaria que suponen estas exportaciones, ya que, desde 2015, dicho valor se ha mantenido en torno a los 400 millones de dólares. Además, conviene destacar que el flujo de este producto hacia el exterior se mantiene más o menos constante durante todo el año, destacando especialmente el periodo comprendido entre diciembre y marzo, con una cuota media aproximada del 11-12 % del total en cada uno de estos meses.
Por otra parte, las importaciones de esta hortaliza proceden de países como: Guatemala, Estados Unidos, Ecuador, España, Bélgica, China o Malta.
Finalmente, hay que ser optimista en lo concerniente a la producción y el comercio del brócoli, sobre todo, si tenemos en cuenta que nuestro país es el quinto productor a nivel mundial y que el volumen cosechado ha aumentado en los últimos años, así como el valor económico correspondiente a su exportación.
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