[vc_row css=».vc_custom_1601347897636{background-color: #e7ffcd !important;}»][vc_column][vc_single_image image=»7528″ img_size=»full» alignment=»center»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]El cultivo del higo es conocido en todo el mundo, con especial importancia en las zonas mediterráneas y de Asia. En nuestro país, este árbol tiene cierta presencia, con niveles más destacados en algunas regiones concretas. El papel del higo en la agricultura nacional no es demasiado significativo, aunque sí es cierto que tiene un gran margen para mejorar. Por tanto, si se ajustan los principales factores que afectan a este cultivo, su rentabilidad podría aumentar, siendo posible el incremento de participación del mismo, así como un papel más destacado en el sector agrario. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=»Factores que influyen en el rendimiento»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]El cultivo del higo está aumentando el interés en algunas regiones del país donde se estima que se incrementará la superficie durante los próximos años. Algunos de estos estados son Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Colima y Nuevo León. Las posibilidades de exportación al mercado internacional, así como una mayor demanda nacional hace pensar en un posible crecimiento de este cultivo. Sin embargo, a la hora de producir, es necesario analizar aquellos factores que pueden influir de manera determinante en el rendimiento, actuando sobre ellos para que su gestión resulte eficaz.
En este sentido, vamos a enumerar algunos de estos factores que, sin duda, pueden mejorar las cosechas de nuestros campos de higos. Son los siguientes: [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/3″][vc_custom_heading text=»Variedad»][vc_column_text]Existe un gran número de ellas, siendo las más conocidas en México por sus características: Black Mission, Brown Turkey, Calimyrna, Kadota, Sierra y Tiger, entre otras. Las cuatro últimas presentan una coloración amarillenta o verdosa en su maduración y se conocen también como higos blancos. Este tipo de higos, según datos de SIAP, representaron en 2018 el 19.4 % de la producción, siendo Baja California Sur y Puebla los únicos estados que reportaron su cultivo.
Antes de iniciar la plantación, es importante decidirse por variedades que ofrezcan, además de un buen rendimiento, una buena aceptación en el mercado por parte de los consumidores. Parece que las variedades anteriormente mencionadas gozan de dicha aceptación, debido a sus cualidades organolépticas, siendo Black Mission, la más extendida en el mercado internacional.
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es que existen muchos “ecotipos” adaptados en México, los cuales suelen resultar de variaciones producidas en el tiempo a partir de las variedades antes citadas, sufriendo éstas ciertas alteraciones en sus características agronómicas, organolépticas y botánicas como consecuencia de la influencia de su entorno. De este modo, aunque estas “modificaciones” naturales les pudieran otorgar una mejora en su potencial productivo, específico para cada región, deben ser igualmente analizadas para ver cómo afectan a sus cualidades básicas y a las respuestas de los consumidores. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_single_image image=»7531″ img_size=»full» alignment=»center»][vc_custom_heading text=»Zona de producción»][vc_column_text]No todas las regiones son aptas para producir de forma óptima. Las zonas donde se pueden obtener mejores resultados estarán amparadas por unas condiciones climáticas favorables, es decir, aquellas que presenten baja precipitación y humedad relativa, alta luminosidad, baja nubosidad, libres de heladas y fuertes vientos, etc. Sin embargo, también es posible producir en zonas altas con presencia de heladas y condiciones más adversas, pero se requiere de la implementación de estructuras protectoras como cubiertas plásticas, así como un cierto apoyo del nivel tecnológico. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_custom_heading text=»Coste de la planta»][vc_column_text]Se compone de varios factores como la variedad, la edad de la planta, el certificado sanitario, el método de propagación, el estado fitosanitario, etc. Todos estos aspectos repercuten finalmente en un mayor o menor gasto para el agricultor, por lo que éste debe estar atento para obtener una planta lista para el trasplante en estado óptimo, con todos sus requisitos y lo más económica posible, sin gastos imprevistos que disminuyan la rentabilidad. El precio de cada planta se estima entre los 30 y los 50 pesos. [/vc_column_text][vc_wp_text title=»Publicidad» el_class=»publicidad»][/vc_wp_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/3″][vc_custom_heading text=»Densidad de plantación»][vc_column_text]Los marcos de plantación, de manera tradicional, han sido muy amplios, con grandes árboles, lo cual dificultaba las labores de manejo y la cosecha, principalmente. En la actualidad, se está optando por densidades más elevadas o, dicho de otra forma, marcos de plantación más reducidos, que facilitan estas acciones y proporcionan una mayor precocidad.
En este sentido, se pueden diferenciar tres niveles diferentes, dependiendo de los sistemas de producción:
- S. extensivo: densidades inferiores a 1,250 plantas por hectárea, con marcos de plantación en torno a 5×3, 5×2, 4×3, 4×2.
- S. semi-intensivo: densidades inferiores a 4,000 plantas por hectárea, con marcos de 3×2, 3×1, 2.5×1, dependiendo del grado de tecnificación y manejo de la plantación.
- S. intensivo: altas densidades, en invernadero o estructuras similares, de hasta 10,000 plantas por hectárea de invernadero, con un marco de plantación de 1.6x0.6, donde se pueden alcanzar grandes rendimientos.
[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_custom_heading text=»Sistema de producción»][vc_column_text]Ya hemos visto los tres sistemas principales para producir, los cuales no están en función, únicamente de las densidades de plantación, sino también de su nivel tecnológico y gestión agronómica, fundamentalmente. La mayor parte de la producción de higo se lleva a cabo en campo abierto, bajo sistemas extensivos. La necesidad de producir más como consecuencia de la demanda del mercado hará precisa la aplicación de mejoras (empleadas en otros cultivos) como puede ser el uso de estructuras de protección (macro-túneles, malla sombra), sistemas de fertirrigación, incremento de densidades, labores de poda, mayor control de plagas y enfermedades, etc.
A este respecto, se ha propuesto por parte de algunos investigadores un sistema intensivo en invernadero para el cultivo de higo, cuyas densidades superan las 12,000 plantas por hectárea, dispone de sistema de riego localizado, en macetas con sustrato de tezontle y uso de solución nutritiva, así como un sistema de conducción mediante rafia que implica una poda intensiva y continua de la planta. Con este sistema propuesto, se estima un rendimiento potencial que puede superar las 100 toneladas por hectárea.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_custom_heading text=»Tiempo estimado hasta la cosecha»][vc_column_text]El periodo comprendido hasta la primera cosecha es un factor importante a considerar, ya que supone el primer ingreso económico en la explotación, el cual es especialmente determinante de cara a compensar los gastos de la inversión inicial. Este tiempo viene definido por el sistema productivo, determinado a su vez por el manejo del cultivo y su nivel tecnológico. De este modo, la primera cosecha puede obtenerse en plantaciones de baja densidad (sistemas extensivos), normalmente, después de un año. En cambio, en los sistemas que utilizan densidades medias y altas, este periodo puede reducirse hasta los 9 meses, posibilitando así 1.5 cosechas al año. Por tanto, estos sistemas, además de ser más precoces, serían también más productivos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/3″][vc_custom_heading text=»Superficie rentable para iniciar una plantación»][vc_column_text]Ésta dependerá igualmente del sistema productivo que se vaya a implantar, resultando una superficie mínima que sea rentable a la hora de iniciar la plantación, tal como:
- S. extensivo: Recomendable 5 hectáreas como mínimo, para mantener una producción constante, amortizar la inversión y que los costes del traslado de la fruta al empaque o mercado no se conviertan en una restricción.
- S. semi-intensivo: Para conseguir una producción continua puede ser suficiente con una superficie de 1 – 3 hectáreas.
- S. intensivo: Se podría trabajar con una superficie comprendida entre 0.5 y 1 ha, para producir en periodos de alta demanda y precios elevados.
[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_custom_heading text=»Inversión necesaria para una hectárea»][vc_column_text]Dependerá del sistema de manejo y del nivel tecnológico que se pretenda implantar. De forma general, la inversión en el primer año de cultivo, incluye principalmente: coste de la planta, sistema de riego, tutoreo, cubierta plástica, mano de obra para mantenimiento y cosecha, fertilizantes, productos fitosanitarios, control de malezas, certificaciones, asesoría técnica y gastos administrativos. Con todo esto, la inversión estimada podría ser la siguiente:
- S. extensivo: gasto inicial de 326,000 pesos y de mantenimiento de 258,000.
- S. semi-intensivo: inicio 1,572,000 y mantenimiento 789,000.
- S. intensivo: inicio 3,990,000 y mantenimiento 1,407,000
[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_custom_heading text=»Rentabilidad del cultivo»][vc_column_text]Los beneficios que puede obtener el agricultor también van a depender del sistema de producción. Los ingresos comenzarán con la primera cosecha, la cual hemos visto que puede producirse a los 9 meses. Dependiendo de la inversión inicial y la gestión de los gastos de mantenimiento, se estima que este cultivo ofrece una rentabilidad significativa a partir del segundo año de la plantación. Por tanto, el margen de beneficios estará en función de la relación existente entre los gastos y los ingresos.
Realizando un control correcto de todos estos parámetros resultará más sencillo que las plantaciones de higo sean más productivas y rentables.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_wp_text title=»Publicidad» el_class=»publicidad»]
[/vc_wp_text][vc_custom_heading text=»Aspectos a mejorar» font_container=»tag:h1|text_align:center»][vc_column_text]En el sector del higo se están abriendo algunas posibilidades muy buenas para que éste pueda crecer, con las cuales se puede ser optimista. Sin embargo, en la actualidad también existen una serie de problemas o situaciones que deben ser mejoradas si se quiere conseguir un aumento productivo y comercial. Algunos de estos problemas son: [/vc_column_text][vc_tta_tabs][vc_tta_section title=»Problemas» tab_id=»1599710204317-ed2f1c12-4185″][vc_custom_heading text=»Problemas fitosanitarios desde el inicio»][vc_column_text]Existen casos de productores con relativa poca experiencia en el cultivo (o no) que, cuando adquieren las plantas en los viveros, no se dan cuenta o no les dan la suficiente importancia a los problemas sanitarios que dichas plantas traen consigo, como pueden ser el barrenador de ramas, nematodos o fusarium, entre otros. Estos patógenos pueden tener remedio en algunos casos, pero en otros pueden hacerse periódicos en el terreno de cultivo. En cualquier caso, no debería iniciarse ninguna plantación con problemas fitosanitarios, especialmente si puede evitarse. Comenzar un cultivo con plantas sanas es empezar con buen pie y con más posibilidades de alcanzar los objetivos propuestos. [/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=»Orientación» tab_id=»1599710204349-0a3203f5-98ba»][vc_custom_heading text=»Orientación en la producción y en la comercialización»][vc_column_text]En lo referente a la producción del cultivo existe, a veces, cierta desorientación o duda sobre el producto que se desea trabajar (brevas, higos o ambos). Por tanto, es recomendable tener estos conceptos claros para poder ejecutar una óptima planificación al respecto.
En cuanto al destino de la cosecha, también es aconsejable dirigir los frutos a un tipo concreto de producto. Algunos ejemplos son: consumo en fresco, consumo animal, secado o deshidratado, producto industrial, características de los frutos (tamaño, color, sabor, etc.). Del mismo modo, si se destinará a comercio local o a exportación. [/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=»Manejo» tab_id=»1599710303332-a39428fb-c729″][vc_custom_heading text=»Manejo agronómico poco tecnificado»][vc_column_text]Este cultivo debe seguir creciendo y desarrollando las técnicas de cultivo. Actualmente, no puede considerarse un cultivo tecnificado, aunque se están implementando algunas de ellas, procedentes de otros cultivos como las berries. Con el tiempo, el ajuste en la aplicación de estas técnicas, provocará una mejora considerable en el rendimiento.[/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=»Control» tab_id=»1599710327769-0d1701be-8940″][vc_custom_heading text=»Control de los costes»][vc_column_text]Si no se gestionan los gastos de manera precisa, una plantación de higos que, en un principio parecía rentable, podría dar una sorpresa desagradable, resultando éstos finalmente demasiado elevados, y afectando con ello a los beneficios del agricultor. Por tanto, es preciso afinar y estar informado de los detalles concernientes a los costes, sea cual sea su naturaleza (agronómica, administrativa, comercial, normativa, etc.). [/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=»Precio» tab_id=»1599710392107-e154061a-9dad»][vc_custom_heading text=»Precio del producto»][vc_column_text]Existe una gran diferencia en el precio en cuanto a la confección de los frutos, siendo el valor medio sin clasificar en torno a 10 pesos por kg, mientras que la fruta de primera calidad empacada puede alcanzar los 50 pesos el kg. Por otra parte, existe una marcada estacionalidad, tanto de la producción como en los precios, entre los meses de verano-otoño y los de invierno-primavera, ya que más del 50% de la superficie es de temporal, provocando una sobreproducción estacional y posteriormente un desabasto. Dentro de lo posible, vendría bien al sector un pequeño ajuste o reparto para evitar marcados desequilibrios. [/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=»Requisitos» tab_id=»1599710442356-2627b780-c16c»][vc_custom_heading text=»Requisitos normativos»][vc_column_text]La creciente demanda de esta fruta a nivel nacional e internacional es un aspecto muy positivo, aunque es necesario llevar a cabo una serie de reformas, tanto comerciales como normativas, iniciando o ampliando negociaciones con destinos comerciales como Estados Unidos, Canadá o pertenecientes a la Unión Europea. Para esto, se debe contar con certificaciones Primus (Norteamérica) y Global GAP (UE), además de cumplir con los programas de inocuidad y sanidad vegetal del SENASICA y de trazabilidad exigidos en estas certificaciones.
Por tanto, el desarrollo del cultivo del higo a nivel nacional es posible, dado que determinadas zonas del país reúnen las condiciones para ello. Sin embargo, es necesario realizar algunas medidas que resultan fundamentales como mejora de las técnicas agronómicas, implementación tecnológica, control de los gastos del cultivo, estudios e investigación, cumplimiento de normas y requisitos de los mercados receptores de nuestro higo, principalmente. Sin duda, realizar estas acciones resultará un trabajo duro, pero al final será gratificante. [/vc_column_text][/vc_tta_section][/vc_tta_tabs][/vc_column][/vc_row]
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