
Contribuye Fundación Produce Sinaloa a validar híbridos comerciales de maíz blanco
En la pasada XLI Asamblea General Extraordinaria de Asociados de Fundación Produce Sinaloa (FPS), se autorizó el apoyo financiero al proyecto validación de híbridos comerciales de maíz blanco en 7 lotes demostrativos del Norte de Sinaloa.
Al evaluar y validad los distintos híbridos de maíz blanco y amarillos comerciales junto con el paquete tecnológico utilizado, los productores conocerán de forma confiable el potencial de rendimiento de los híbridos, así como la tolerancia o susceptibilidad a las enfermedades que se presentan en este cultivo, siendo los mismos productores lo que decidirán qué híbridos se comportan mejor en la zona donde se encuentre su finca. Con estas validaciones se darán alternativas racionales para aumentar los rendimientos, utilizando prácticas culturales que contribuyan a este objetivo. Con esto aumentará los ingresos del productor debido a la alta productividad y bajos costos de producción, evitando que los productores de maíz dejen la actividad agrícola y quieran emigrar del campo a las ciudades.
El objetivo del proyecto es transferir el paquete tecnológico utilizado en los parques de híbridos, así como divulgar los resultados de la evaluación de los distintos materiales híbridos de maíz blanco y amarillo en el norte de Sinaloa.
El proyecto será desarrollado por el Centro de Validación y Transferencia de Tecnología de Sinaloa, A.C. (CVTTS) y los 7 lotes demostrativos estarán en el Campo Experimental «La Despensa», Ahome y el Campo Experimental «Miguel Leyson Pérez», Guasave, ambos en Sinaloa.
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Picudo del chile: Anthonomus eugenii
Introducción, importancia y distribución
El picudo del chile, también llamado barrenillo o Pepper Weevil, pertenece a la familia Curculionidae. Esta familia está formada por numerosas especies diferentes (del orden de 60,000 especies). En concentro, la especie A. eugenii es originaria de México y se encuentra prácticamente en todas las regiones productoras de chile de México. Además, se extendió hacia la zona sur de EEUU, Sudamérica (El Salvador, Guatemala, Honduras y Costa Rica) y algunas islas del Caribe. Estas zonas se caracterizan por tener temperaturas elevadas y por la presencia permanente de hospederas silvestres (el picudo no hiberna por lo que necesita plantas hospederas alternativas cuando no hay chilares). Por otro lado, cabe decir que la humedad relativa no es determinante para el desarrollo de esta plaga.

Es considerada una plaga determinante desde 1996 tanto en pimiento dulce como picante. Hasta entonces sus poblaciones habían sido inhibidas por los insecticidas utilizados contra B. tabaci. Sin embargo, debido a la resistencia adquirida fue necesario establecer un programa de control específico, ya que la plaga empezó a afectar seriamente al rendimiento productivo de la explotación, provocando incluso pérdidas del 100% de la cosecha. Los mayores daños los provoca en los estados de Guanajuato, Zacatecas, San Luis Potosí, Jalisco, Durango, Nayarit, Oaxaca, Chihuahua, Veracruz, Sonora y Sinaloa.
Morfología y ciclo biológico del patógeno
El barrenillo del chile presenta cuatro estadíos: huevo, larva, pupa y adulto.
Huevo: La forma del huevo es variable en tanto que puede adquirir las dimensiones de la cavidad que ocupe, aunque por lo general, suele ser de forma ovalada. Su superficie es lisa, correosa y flexible, y su color es blanquecino al principio y amarillento al final. La hembra los deposita superficialmente y de forma individual en tejidos tiernos (flores, botones florales y frutos).

Larva: Las larvas son blancas, de cuerpo cilíndrico y curvado, sin patas y con la cabeza amarillenta.
El picudo del chile pasa por 3 estadíos larvarios (15 días en total aproximadamente):
* Estadío larval 1: Cuerpo de 0.8-1.5mm de longitud y color blanco brillante. Cabeza grande, de color blanco con el extremo negro y las mandíbulas de color café.
* Estadío larval 2: Cuerpo de 1.3-2.6mm de longitud. Cabeza de color amarillo pálido y mandíbulas de color marrón oscuro.
* Estadío larval 3: Cuerpo de aproximadamente 3.3mm de longitud y color gris blancuzco. Cabeza de color café y mandíbulas negras.
Las larvas se alimentan de los estambres y del polen inmaduro, así como de las semillas y otros tejidos. En la fase larvaria final, forma la celda pupal utilizando sus secreciones anales.
Pupa: La pupa comienza a formarse cuando el cuerpo de la larva se acorta y se ensancha. Se encuentra dentro de la celda pupal que es frágil y se ubica dentro del botón floral o del fruto. Unas horas después, la pupa desecha su piel larval y los ojos se manchan. Al transcurrir varios días, los ojos se oscurecen, el pico se torna de color café-amarillento con el extremo negro y las antenas de color gris.
Su forma es parecida a la del adulto pero de color blanquecino al inicio. Al final del período (3-6 días por lo general) sin embargo, el color es más oscuro, el cuerpo suave y cuenta con abundante pubescencia blanquecina. Poco después, el cuerpo se endurece (siguiente estado biológico – adulto).
Adulto: El adulto, 2-4 días después de formada la celda pupal, emerge. Su cuerpo está endurecido y es de color negro. El pico cuenta con un par de mandíbulas en el extremo, con las que perforan los botones florales y los frutos, permitiéndoles alimentarse de la parte interna de los tejidos. Hacia la zona central del pico parten las antenas con un pequeño mazo en el extremo. Los adultos hacen un orificio circular para salir a la parte exterior tanto de flores como de frutos.
Los machos producen feromonas de agregación que atraen a ambos sexos y el apareamiento se lleva a cabo a los 2-3 días después de emerger, pudiendo copular varias veces. Por otro lado, las hembras únicamente necesitan copular una vez para ser fértiles toda su vida. Ellas, al igual que los machos, utilizan su pico para realizar perforaciones sobre tejidos inmaduros, pero además aprovechan las mismas para depositar sus huevos (requieren de 3-5 días para emerger). Tras la deposición de huevos (1 huevo/perforación), sellas los orificios con un fluido un tanto amarillento que se endurece en pocos minutos, el cual le aporta protección. El período de puesta comienza a los 2-3 días de la cópula, prolongándose hasta agotar sus huevecillos (350 huevos/hembra y 5-7 huevos/días de media).
Por último, comentar que la longevidad de este insecto plaga es variable ya que depende de las condiciones climáticas y de la presencia de hospederas, pudiendo oscilar entre 1-3 semanas hasta incluso 10 meses. De todos modos, de promedio suele ser de 25 días (emergencia – oyiposición – adulto), por lo que puede haber varias generaciones por campaña y año.
Daños en los cultivos
Los picudos adultos llegan volando a los chilares en floración. Pueden proceder de plantaciones infestadas o incluso del propio chilar si no se destruyeron correctamente los restos vegetales de la campaña anterior. Esta plaga permanece en una misma ubicación mientras hay alimento. Sin embargo, cuando éste escasea se dispersan emigrando hacia otros chilares preferentemente u otras plantas hospederas (tabla1). El picudo no hiberna por lo que requiere de fuente de alimente continuamente. Prefiere el chile pero en ausencia de éste, utiliza otras especies como refugio, alimento o vehículo para alcanzar plantaciones del mismo que es su principal objetivo.
Los adultos ocasionan daños al perforar las hojas, los botones florales y los frutos, principalmente inmaduros, pero en ocasiones también infestan frutos de mayor tamaño para alimentarse. Sin embargo, el principal daño es el que provocan las larvas. Los primeros síntomas de un fruto infestado es que el pedúnculo amarillea, se marchita en el punto de inserción a la planta y termina por caer. Algunos frutos infestados viran demasiado pronto quedando deformes y con reducido tamaño. Además, debido a la alimentación que ha llevado a cabo la larva, tienen las semillas y los tejidos placentales ennegrecidos, en los cuales puede desarrollarse Alternaria alternata. Los síntomas en frutos de mayor tamaño se reducen a manchas oscuras y pequeñas deformaciones de los frutos.
Hosp. definitiva
(Gén. Capsicum) |
Hosp. alternante
(Gén. Solanum) |
Hosp. paraténica |
C. annuum | S. americanum | Datura stramonium |
C. frutescens | S. eleagnifolium | Solanum lycopersicun |
S. madrense | Nicotiana alata | |
S. melongea | Petunia parviflora | |
S. nigrescens | Physalis pubescens | |
S. tridynamum | Solanum rostratum |
Tabla 1 – Hospederas definitivas, alternantes y paraténicas del picudo del chile
En resumen, el picudo del chile provoca pérdidas en el rendimiento de la explotación por: 1) reducción de la cosecha, 2) reducción de la calidad de los frutos y consecuentemente rechazo de los mismos e 3) infestación de chilares colindantes.
Control de la plaga
Control cultural
El control cultural consiste en destruir cualquier fuente vegetal que pueda actuar como reservorio del insecto patógeno y estar en alerta frente a una nueva entrada del picudo. Para ello, se recomienda:
- Eliminar y destruir los frutos que hayan caído con el fin de eliminar huevos, larvas y pupas presentes en los mismos. Estos frutos se deben enterrar a 40cm como mínimo o colocarlos en bolsas de plástico transparente, exponiéndolas al sol durante un día. Así mismo, se recomienda también la destrucción de las plantas de chile cuando se realice la última cosecha.
- Mantener un período de tiempo la explotación en barbecho (no se recomiendan las siembras continuas) para interrumpir el ciclo de vida. Para ello también, es necesaria la eliminación de plantas que actúen como reservorio para evitar que el insecto encuentre refugio y alimento para sobrevivir y reproducirse, ya sea dentro de la explotación o en áreas colindantes. Otra alternativa es la rotación de cultivos optando por un cultivo no hospedero.
- Utilizar trampas adhesivas amarillas con feromona de agregación y atrayente alimenticio colocadas a 10-60cm por encima del suelo y separadas entre sí 50m. Se deben colocar una semana antes de la floración, revisar 2 veces/semana y reemplaza, tanto las trampas como los atrayentes, cada 2 semanas. Al comenzar dicho estadío, las trampas se deben situar junto a las plantas. Al detectar el primer adulto en las trampas se deben comenzar las aplicaciones insecticidas ya que por cada día que una hembra no es controlada, se producen seis nuevos picudos.
- Determinar el Umbral de Acción y mantener la población por debajo del mismo.
El Umbral de Acción establecido por la Facultad de Agronomía de la UAS, Sinaloa está en:
≥1 adultos/200 plantas |
5% botones florales dañados |
≥1 adultos/25 plantas muestreadas |
≥1 adultos/30’ revisión continua de botones florales terminales |
El Umbral de Acción en otras regiones chileras de México está en:
5 adultos/100 redazos |
5% terminales dañadas |
5% botones florales dañados |
3-5% frutos de 2-4cm de longitud con huevos o larvas |
1 adulto/200 plantas (rev. 2 botones florales terminales/planta) |
1 adulto/25 plantas revisadas por completo |
1 adulto/30’ revisión continua de botones florales terminales |
Control químico
El control químico está orientado a la eliminación de picudos adultos, ya que no se puede acceder a las larvas al encontrarse dentro de los frutos. Por esta razón, se debe controlar la plaga antes de que las hembras ovipositen. Estos tratamientos deben realizarse por la mañana o ya entrada la tarde, que es cuando los picudos se encuentran mayoritariamente en las zonas terminales o más superficiales de la planta, donde el alcance de los productos fitosanitarios puede ser mayor.
Es importante conocer que el período en el que el chile es más susceptible a ser infestado es desde el inicio de la floración hasta que el fruto se ha desarrollado aproximadamente la mitad de su tamaño final, debido a la preferencia del picudo por el tejido vegetal tierno. Además, si se tienen problemas de picudo en la primera floración, probablemente en las siguientes el porcentaje de daño resulte incrementado. Por esta razón, en zonas donde la plaga es habitual, se recomienda que el control químico comience incluso antes de la floración pero de manera racional (alternancia de materias activas y modos de acción) teniendo en cuenta la aparición de resistencias. Al mismo tiempo, las materias activas seleccionadas para el programa de control deben respetar la fauna auxiliar, permitiendo su establecimiento y desarrollo.
Los insecticidas recomendados y autorizados por la Agencia de Protección del Medioambiente (EPA, Environmental Protection Agency) para el combate del picudo de chile son los siguientes:
- Prokil Cryolita 96PH
- Tempano
- Endosulfán (2A organoclorado ciclodieno)
- Metomil (1A)
- Oxamil (1A)
- Permetrina (3A piretroides y piretrinas)
- Cyfluthrin (3A)
- Malatión (1B)
- Clorpirifos (1B)
- Naled (1B)
- Lamda-Cyhalotrina (3A)
- Thiametoxam (4A neonicotinoides)
- Criolita (MoA desconocido)
- Clothianidin (4A)
Por último, la frecuencia de tratamiento varía en función de la gravedad de la plaga:
- Si el picudo se encuentra en el chilar, se recomienda tratar cada 5-7 días.
- Si el picudo se encuentra en diversos estados biológicos, se recomienda tratar cada 3-4 días durante 3-4 aplicaciones con el fin de romper el ciclo de la plaga.
Control biológico
El control biológico del picudo del chile hasta el momento no ha resultado muy exitoso. Sí es cierto que los insectos benéficos que a continuación se comentan contribuyen a mantener bajo control las poblaciones del patógeno pero sin embargo, los niveles de parasitismo resultantes con las especies estudiadas son bajos.
Depredadores | Parasitoides | Nivel parasitismo |
Solenopsis geminata | Triapsis eugenii | 30% |
Tetramorium guineese | Pteromalus hunteri | 3-10% |
Por último, comentar que algunos extractos vegetales (ajo, neem, etc.) y hongos entomopatógenos (Metarhizium anisopliae y Beauveria bassiana) se están utilizando en lucha integrada.

Hormona vegetal facilita cultivos en el espacio
En su estudio, constataron que esta hormona apoya la simbiosis entre los hongos y las raíces de las plantas, lo que fomenta el crecimiento de las plantas, incluso en las condiciones difíciles que se encuentran en el espacio.
La perspectiva de la colonización y las expediciones espaciales humanas a largo plazo plantean el problema de proporcionar alimentos de forma sostenible para las personas en el espacio. Una posible respuesta es cultivar cultivos in situ (‘en el sitio’ o ‘en el lugar’). Sin embargo, los suelos en la Luna y en otros planetas son más bajos en nutrientes en comparación con el suelo basado en la Tierra. La alternativa, transportar el suelo rico en nutrientes y los fertilizantes al espacio, tiene un alto costo económico y ecológico.
Buscando una posible solución, el grupo de investigación que trabajó con Lorenzo Borghi de la Universidad de Zurich y Marcel Egli de la Universidad de Ciencias y Artes Aplicadas de Lucerna se concentró en el proceso de la micorriza, una asociación simbiótica entre los hongos y las raíces de las plantas. En esta simbiosis, las hifas fúngicas suministran a las raíces de la planta agua, nitrógeno, fosfatos y oligoelementos adicionales del suelo. A cambio, obtienen acceso al azúcar y la grasa que produce la planta.
Esta simbiosis es estimulada por hormonas de la familia de las estrigolactonas, que la mayoría de las plantas segregan en el suelo alrededor de sus raíces. El proceso de micorrización puede aumentar considerablemente el crecimiento de las plantas y, por lo tanto, mejorar sustancialmente los rendimientos de los cultivos, especialmente en suelos con bajo contenido de nutrientes.
En el espacio, las plantas cultivadas no solo tendrían que lidiar con suelos con bajos nutrientes, sino también con condiciones de microgravedad, es decir, con una gravedad cercana a cero. Con el fin de investigar la influencia de dicho entorno en el crecimiento de las plantas, los investigadores cultivaron petunias y hongos micorrízicos en condiciones simuladas de baja gravedad. Las petunias proporcionan un organismo modelo para las plantas de la familia de las solanáceas, que incluyen, por ejemplo, tomates, patatas y berenjenas.
Los experimentos revelaron que la microgravedad dificultaba la micorrización y, por lo tanto, reducía la captación de nutrientes de las petunias del suelo. Pero la hormona vegetal strigolactona puede contrarrestar este efecto negativo. A pesar de las condiciones de microgravedad, las plantas que secretaban altos niveles de estrigolactona y hongos que los investigadores habían tratado con una hormona sintética de la estrigolactona podían prosperar en el suelo con bajos nutrientes.
“Para que cultivos como los tomates y las patatas crezcan en las difíciles condiciones del espacio, es necesario alentar la formación de micorrizas”, resume en un comunicado el investigador Lorenzo Borghi, que lideró el estudio. “Esto parece ser posible usando la hormona estrigolactona. Nuestros hallazgos pueden allanar el camino para el cultivo exitoso en el espacio de los tipos de plantas que cultivamos en la Tierra”.