02/04/2024

Revista InfoAgro México

Toda la agricultura, ahora en tus manos

Control de pulgones

Los áfidos o pulgones constituyen un grupo muy extenso de insectos. Pertenecen al orden Hemiptera, suborden Homoptera (cicadelas, pulgones, moscas blancas y cochinillas) y forman la superfamilia Aphidoidea. Están distribuidos principalmente por las zonas templadas, habiéndose detectado unas 3.500 especies, de las cuales 500 son plagas de los cultivos. De todas ellas hay algunas que sólo afectan a un solo cultivo (monófagas), y otras que lo hacen a gran número de ellos (polífagas). Generalmente son insectos de cuerpo blando pequeño, aspecto globoso y con un tamaño medio entre 1-10 mm. Hay pulgones ápteros (sin alas) y alados. Los primeros tienen el tórax y abdomen unidos, y los segundos perfectamente separados.El color puede variar del blanco al negro, pasando por amarillo, verde y pardo.

Los pulgones son insectos chupadores, y están provistos de un largo pico articulado que clavan en el vegetal, y por él absorben los jugos de la planta. Segregan un líquido azucarado y pegajoso por el ano denominado melaza, e impregna la superficie de la planta impidiendo el normal desarrollo de ésta. En la zona final del abdomen, se encuentran situados dos tubitos o sifones, de distinto tamaño y forma según especie, por el cual segregan sustancias céreas. Otras especies, poseen en el abdomen glándulas productoras de cera pulverulenta con la que se recubren, son los pulgones harinosos o lanígeros.

CICLOS DE VIDA DE LOS PULGONES.

Los áfidos presentan un ciclo de vida complicado debido a las diversas fases por las que pasan y a las formas que adoptan, tan diferentes entre sí que en algunos pulgones inducen a considerarlos como especies distintas.
Según la planta hospedante, pueden distinguirse distintos tipos de pulgones:

  • Monoecias: especies que solo viven sobre una planta hospedante.
  • Heteroecias: alternan las plantas hospedantes (pasan el invierno en un tipo de planta y en primavera cambian a planta herbáceas, generalmente cultivadas).

Según la forma de reproducción, se pueden ser:

  • Pulgones vivíparos. Aquellos que dan nacimiento a crías vivas.
  • Ovíparos. Aquellos pulgones que ponen huevos. Aquellos pulgones que pasan el invierno como huevos producidos por hembras sexuales, son referidos como que tienen un ciclo de vida holocíclico.

En función de ello la variedad de ciclos vitales de las especies de pulgones o áfidos es muy compleja, a continuación se describen con más detalle.

Ciclo Específico. Ciclo Holocíclico y Monoecia.

Las plagas específicas viven sobre un mismo vegetal y sobre él se produce una generación alternante de reproducción sexuada y asexuada, respectivamente. Para describir el ciclo comenzaremos por la reproducción sexuada, que se produce siempre en otoño. Los pulgones sexuados aparecen desde septiembre a noviembre, los machos, en general, van provistos de alas y las hembras son ápteras (sin alas) casi siempre; también se dan casos, como en la filoxera, en que sean ápteros los dos sexos; los órganos bucales son muy pequeños y atrofiados, por lo que no se alimentan en toda su vida.

La hembra de esta generación sexuada deposita un solo huevo, denominado huevo de invierno. Este huevo permanece sin evolucionar hasta la primavera; entonces da origen a una hembra, denominada hembra fundadora, de la que se deriva toda la generación de pulgones. La hembra fundadora es siempre áptera y se reproduce por partenogénesis. Frecuentemente es vivípara, pero en algunos casos también puede ser ovípara. De ella se derivan otras muchas hembras ápteras que solo se diferencian de la hembra fundadora en que son algo más pequeñas y de menor fecundidad.

De las primeras hembras ápteras se derivan, por partenogénesis, otras iguales y todas juntas constituyen la plaga de insectos que invade las plantas; el número de generaciones anuales puede ser grandísimo, de aquí su rápida propagación. De estas hembras ápteras aparecen otras hembras aladas, también partenogénicas, capaces de invadir otros cultivos de la misma especie vegetal; de estas hembras aladas, en los nuevos cultivos invadidos, se derivan otras ápteras idénticas a las primitivas. A esta forma de aladas se las denomina virginóparas. Al llegar el otoño se producen otras aladas denominadas sexúparas; éstas por partenogénesis depositan huevos, ya machos o hembras, y de éstos nacen los individuos sexuados que depositan el huevo de invierno en la misma planta, cerrando el ciclo biológico.

Existen, por tanto, dos formas aladas: una, las virginóparas, que transmiten la plaga a lugares lejanos, y otra, las sexúparas, que aparecen sólo en otoño y dan lugar a la generación sexuada, de las que deriva el huevo de invierno.

Ciclo Emigrante. Ciclo Holocíclico y Heterocia.

Se complica el ciclo de las plagas polífagas; el huevo de invierno se deposita sobre una determinada especie vegetal denominada huésped primario, y sobre esta misma habitan la hembra fundadora y las distintas generaciones de hembras ápteras partenogénicas.

La diferencia con el ciclo anterior comienza en las hembras aladas virginóparas, llamadas en este caso emigrantes, por trasladarse a otras especies vegetales diferentes de la anterior, denominadas huéspedes secundarios, donde dan lugar a otras hembras ápteras, partenogénicas, diferentes de las que se desarrollan sobre le huésped primario; a estas hembras se las denomina exiliadas, y dan lugar a otra plaga aparentemente distinta de la primera; generalmente al llegar el otoño aparecen entre las hembras ápteras exiliadas otras aladas sexúparas que regresan al huésped primario en el llamado vuelo de retorno, dando lugar a la generación sexuada de la que procede el huevo de invierno.

La emigración puede ser absoluta o facultativa. En el primer caso toda la colonia del huésped primario le abandona y se traslada al secundario, mientras en la emigración facultativa sólo una parte acude al huésped secundario, continuando el resto sobre el primario como en las especies no emigrantes. Aún puede ocurrir que las generaciones exiliadas continúen reproduciéndose indefinidamente sobre el huésped secundario por vía agámica, sin retorno al huésped primario.

HUÉSPEDES VEGETALES.

Son insectos muy polífagos, destacándose por interés económico los siguientes cultivos o grupos de ellos: melocotonero, tabaco, remolacha, frutales, hortalizas y ornamentales.

  • Pulgones monófagos o específicos. Viven en una especie de plantas.
  • Pulgones olífagos. Viven en unas pocas especies de plantas estrechamente relacionadas.
  • Pulgones polífagos o emigrantes. Viven en muchas plantas que pertenecen a familias diferentes.

DAÑOS CAUSADOS POR LOS ÁFIDOS O PULGONES.

Los áfidos o pulgones pueden ocasionar distintos tipos de daños al cultivo, que pueden ser:

A) Directos. Se deben a la alimentación sobre el floema de la planta (existen muy pocas especies que se alimentan del xilema). Las ninfas y los adultos extraen nutrientes de la planta y alteran el balance de las hormonas del crecimiento. Esto origina un debilitamiento de la planta, deteniéndose el crecimiento, las hojas se arrollan y si el ataque es muy severo puede secar la planta. La detención del desarrollo o la pérdida de hojas se traduce en una reducción de la producción final.

B) Indirectos. Como consecuencia de la alimentación pueden generarse los siguientes daños indirectos:

  • Reducción de a fotosíntesis. La savia es pobre en proteínas y rica en azúcares, por lo que los áfidos deben tomar gran cantidad de savia para conseguir suficientes proteínas. Así, los pulgones excretan el exceso de azúcar como melaza que se deposita en el envés de las hojas y cayendo al haz de la hoja de abajo. Este exceso de melaza favorece el desarrollo de mohos de hollín, tizne o negrilla (Cladosporium spp.), lo que da lugar a una reducción de la actividad fotosintética de la planta y un descenso de la producción. Cuando este hongo mancha los frutos, deprecia su valor comercial.
  • Pueden transmitir a la planta sustancias tóxicas.
  • Vectores de virus fitopatógenos. Los áfidos pueden transmitir hasta 117 tipos de virus fitopatógenos. Los pulgones son el grupo de insectos más eficaz en cuanto a la transmisión de virosis, normalmente es realizada por las formas aladas. En los cultivos hortícolas destaca la transmisión de los virus CMV y PVY en solanáceas y CMV, WMV-II y ZYMV en cucurbitáceas.

ESPECIES DE ÁFIDOS MÁS IMPORTANTES.

Los áfidos más importantes que se dan en cultivos de invernadero son:

  • Myzus persicae (pulgón verde del melocotonero), que causa daños en solanáceas (patata y plantas próximas) y crisantemo, principalmente.
  • Aphis gossypii (pulgón del algodón), sobre todo en pepino, crisantemo y pimiento.
  • Macrosiphum euphorbiae (pulgón del tomate), generalmente afecta a solanáceas.
  • Aphis fabae (el pulgón negro de la judía).
  • Aphis craccivora (pulgón del fréjol de vaca).

MÉTODOS DE CONTROL.

Métodos preventivos y técnicas culturales.

Se aconseja:

  • Realizar tratamientos precoces, antes que la población alcance niveles altos.
  • La colocación de mallas en las bandas de los invernaderos.
  • Eliminación de malas hierbas y restos de cultivos del interior y proximidades del invernadero.
  • Colocar trampas cromotrópicas amarillas. Las trampas engomadas amarillas y las bandejas amarillas con agua son atrayentes de las formas aladas, lo que ayuda en la detección de las primeras infestaciones de la plaga.

CONTROL BIOLÓGICO.

Entre los enemigos naturales de pulgones existen varias especies. El control biológico de pulgones ejercido por parasitoides es realizado por especies del género Aphidius. En general dentro de los depredadores de pulgones, destacan larvas y adultos de neurópteros (Chrysoperla carnae y Chrysopa formosa), Coleópteros coccinélidos (Coccinella septempuntata), larvas de Dípteros y varios Himennópteros. Dentro de los entomopatógenos destaca el hongo patógeno Verticillium lecanii.

En M. persicae, y en invernadero, se ha conseguido control biológico con los parasitoides: Aphidius matricariae, Ephedrus cerasícola; como depredadores: Aphidoletes aphidimyza; y como hongos : Verticilium lecanii.

En A. fabae, hay un parasitoide que les ataca, que es el Lysiphebus testaceipes, y algunos depredadores sírfidos, cecidómidos y coccinélidos.

Control Químico.

  • En los cultivos más afectados por virosis (calabacín, pepino, melón, tomate y pimiento), tratar al detectar la presencia del vector.
  • Realizar los tratamientos de forma que alcance bien el envés de las hojas.
  • Cuando por la intensidad del daño no se pueda alcanzar la plaga en los tratamientos, se recomienda la utilización de productos con acción sistémica.
  • La elección de la materia activa a utilizar dependerá de la especie de áfido plaga a controlar, ya que existen diferentes resistencias a los aficidas.
  • Como materias activas pueden utilizarse: acefato, etiofencarb, fosfamidón, imidacloprid, metamidofos, pirimicarb, malatión metomilo e insecticidas pertenecientes al grupo de los piretroides.

Myzus persicae, es una de las especies que más ha desarrollado resistencias a los plaguicidas, aconsejándose su utilización a partir de los meses invernales. El umbral de tratamiento se estima en un 3-10 % de brotes atacados.