El manejo integrado de plagas (MIP) enfatiza como primer fundamento el diagnóstico correcto de él o los agentes causales de enfermedades en nuestros cultivos. Lo anterior considerando, que a través de un adecuado diagnóstico se pueden seleccionar las estrategias de control adecuadas.
Al detectar un problema fitosanitario en nuestro cultivo, nos podemos encontrar frente a las siguientes alternativas:
– El problema es causado por un organismo conocido, por lo que podemos aplicar las medidas de control adecuadas.
– El problema fitopatológico es de naturaleza desconocida, pudiendo utilizar medidas de control de amplio espectro, que implican un mayor riesgo de pérdidas en el cultivo o inversiones costosas de manejo, o recolectar muestras, con el fin de llevar a cabo un análisis fitopatológico Así, el diagnóstico aparece como fundamental como etapa inicial dentro de un programa integrado de control de enfermedades, en el que se deben tener en cuenta:
– las condiciones en las que se presenta el problema (manejo del cultivo, condiciones ambientales).
– estado de desarrollo del cultivo, ya que la susceptibilidad de la planta a la enfermedad puede variar de acuerdo a éste.
– recordar que diferentes organismos o problemas de manejo pueden ocasionar un síntoma similar en la planta.
Para lo anterior, dentro del proceso de identificación de una enfermedad y su agente causal, se podrían seguir los siguientes pasos:
Primero: Consultar información disponible sobre enfermedades y problemas más importantes del cultivo. Estos antecedentes nos servirán para determinar el o los posibles agentes causales de la enfermedad.
Segundo: Disponer de información respecto a las características de resistencia del cultivar o variedad empleada.
Tercero: Considerar las prácticas de manejo realizadas y las condiciones de temperatura y humedad del lugar.
Cuarto: Determinar la distribución de las plantas enfermas en el cultivo (sin un orden claro, en áreas localizadas, según el sentido de las hileras) y la velocidad de avance de la enfermedad.
Quinto: Considerar como antecedentes, la parte de la planta afectada, al igual que el tipo de síntomas que se observan, y si es posible distinguir la presencia de algún hongo, etc.
Para un diagnóstico certero y preciso de una enfermedad es necesario en general el análisis conjunto de más de un factor o elemento envuelto. Así por ejemplo, la sintomatología puede simplemente indicarnos la presencia de un virus pero a través de ella, en general, no es posible definir con precisión la enfermedad, ya que muchos virus producen síntomas similares en el mismo huésped y muchos agentes abióticos producen síntomas que podrían ser atribuidos a enfermedades de naturaleza viral. Se debe tener presente la presencia o ausencia de posibles insectos vectores, origen de la semilla, plantines o plántulas utilizadas, antecedentes de resistencia del cultivar, fertilización empleada, entre otros.
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