
La elección de la estrategia más apropiada para el control de agentes causantes de daño, desde el punto de vista económico y ambiental, se determina en función de la posición relativa de la densidad característica de la población del agente causante de daño y su correspondiente Umbral Económico de Daños (UED).
Las estrategias más habituales en el control de artrópodos plaga son las siguientes:
ESTRATEGIA DE CONSERVACIÓN
Se emplea para aquellas especies fitófagas cuya densidad de población nunca llega a rebasar el UED. Consiste en la aplicación de medidas de control biológico (conservación de enemigos naturales) y de métodos culturales. Este caso suele ocurrir con fitófagos que originan daños indirectos, es decir, que no atacan directamente al órgano cosechable. Para tomar esta decisión, es necesario realizar un programa muestreo riguroso que nos confirme que se está produciendo una satisfactoria regulación de la densidad de población del fitófago como resultado de os factores naturales de mortalidad y que confirme que lo más apropiado es no tomar medidas.
ESTRATEGIA DE REDUCCIÓN DE LA SUSCEPTIBILIDAD DEL CULTIVO AL DAÑO FÍSICO
Se emplea para aquellas especies fitófagas cuyas densidades poblacionales se mantienen por encima del UED o lo rebasan muy habitualmente. En esta estrategia no se modifica la densidad media (DM) de la población característica del fitófago sino que se aumenta su UED de manera tal que la densidad poblacional del fitófago se mantiene por debajo del UED sin que llegue a rebasarlo.
Es una estrategia efectiva y deseable para conservar el medio. Para su aplicación es preciso introducir cambios en la planta hospedadora, pero no en el fitófago: utilización de variedades tolerantes o resistentes, mejora del vigor de la planta, cambios en la fecha de siembra o plantación, variedades transgénicas, etc.
ESTRATEGIA DE REDUCCIÓN DE LA DENSIDAD POBLACIONAL DEL FITÓFAGO
Es la estrategia más frecuente en control de plagas. Se utiliza como medida curativa, cuando la población del insecto alcanza el UED, o como medida preventiva. Se lleva a cabo en dos tipos de situaciones que requieren distintos tipos de tratamientos.
En especies que poseen una Posición General de Equilibrio (PGE) baja en comparación con el UED la mejor estrategia es reducir los picos poblacionales. Esta acción prevé el daño, pero no cambia la PG. En especies con la PGE próxima o superior al UED la mejor estrategia es:
1) Bajar el valor de la PGE. Esto se puede hacer reduciendo la capacidad del medio para soportar la población, lo que se consigue reduciendo los hábitats favorables del medio, por ejemplo con la rotación de cultivos.
2) Otra alternativa consiste en reducir el potencial biótico de la población (capacidad de multiplicación o supervivencia), por ejemplo con la lucha autocida (suelta de individuos estériles) o la confusión sexual (impidiendo el encuentro entre sexos).
Las tácticas utilizadas en la estrategia de reducción de la densidad poblacional son numerosas y variadas: enemigos naturales, insecticidas, cultivares resistentes, modificaciones del medio, productos reguladores del crecimiento de los insectos, productos inhibidores del crecimiento de los insectos, métodos autocidas, feromonas, etc.
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El cambio climático pone en riesgo a los pequeños agricultores
“Todos los agricultores deben adaptarse al cambio climático y contribuir a mitigar las emisiones (contaminantes) liberadas por la agricultura”, observó Rob Vos, director de Economía del Desarrollo Agrícola de la FAO, en diálogo con IPS.
“La buena noticia es que muchas técnicas empleadas en la adaptación (al recalentamiento planetario) también contribuyen a reducir las emisiones y vice versa”, apuntó.
“De la misma forma en que hablamos de la transición hacia las energías limpias, creo que necesitamos comenzar a hablar de la transición que necesita la agricultura”: Aditi Sen.
El estudio Estado de la Alimentación y la Agricultura 2016 se concentra en la relación entre cambio climático, agricultura y seguridad alimentaria.
El sector agrícola, agregando la silvicultura, la pesca y la producción ganadera, es responsable de liberar una quinta parte de las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.
Una de las consecuencias más graves del fenómeno es la deforestación, que incluye las tierras empleadas para cubrir la creciente demanda de productos cárnicos.
La agricultura contribuye al cambio climático, pero los 500 millones de pequeños agricultores, que suelen producir apenas suficientes alimentos para alimentar a sus familias, están entre las personas más afectadas por el recalentamiento planetario.
El clima, y principalmente las lluvias, se vuelven cada vez “menos predecibles”, explicó Vos. “Eso afecta gravemente a los agricultores, que no saben qué esperar”, explicó.
Por ejemplo, en algunas partes de América Latina y África oriental, en dos semanas cayeron las lluvias que caen durante un año entero, “entonces el resto del año no habrá nada”, apuntó.
Además, las temperaturas crecientes también llevaron a la propagación de pestes y enfermedades, añadió Vos.
Pero los agricultores no son los únicos productores de alimentos muy afectados por el cambio climático.
El aumento de la temperatura oceánica hace que los peces de zonas tropicales se desplacen largas distancias, lo que reduce las reservas, lo que afecta particularmente a los pescadores de los países en desarrollo.
“Aparecen peces tropicales en aguas del norte, incluso en Islandia”, observó Vos.
Reducir la presión sobre los recursos naturales de los que dependen numerosos productores de alimentos también implica hacer frente al consumo y el desperdicio, explicó.
“Hacer frente a las pérdidas y al desperdicio de alimentos puede ayudar a reducir la presión sobre los recursos naturales porque al no ser consumidos por los humanos, significa una presión innecesaria sobre ellos”, abundó.
“Las soluciones no deben buscarse solo en los agricultores, debemos mirar a todo el sistema de producción de alimentos en general”, subrayó Vos.
El estudio de la FAO también se concentra en los cambios de la dieta, como la mayor demanda de proteínas de la carne, que han aumentado la presión sobre el ambiente.
“El reequilibrio de los regímenes alimenticios con objeto de disminuir los alimentos de origen animal supondría una contribución notable en esta dirección, con probables beneficios conjuntos para la salud humana”, destaca el informe.
La asesora de cambio climático de Oxfam Estados Unidos, Aditi Sen, destacó en diálogo con IPS que el nuevo informe de la FAO detalla, además, la forma en que los países pueden implementar sus compromisos para reducir las emisiones contaminantes asociadas a la agricultura en el marco del Acuerdo de París, que pronto entrará en vigor.
“No se le ha prestado mucha atención a cómo se implementarán los compromisos climáticos vinculados a la agricultura, y es muy bueno ver que quedó destacado y reflejado en el informe”, indicó Sen.
“De la misma forma en que hablamos de la transición hacia las energías limpias, creo que necesitamos comenzar a hablar de la transición que necesita la agricultura”, precisó.
Algunas áreas de la actividad agrícola requieren de una atención particular a la hora de hacer frente al cambio climático, observó Sen.
“En general, si observas el sistema de alimentación en su totalidad y de donde proceden las emisiones, la mayor responsabilidad en materia de mitigación la tienen los grandes actores del agronegocio y de la agroindustria, más que los pequeños agricultores”, subrayó.
Cultivos como la soja y la palma aceitera son algunos de los mayores contribuyentes de emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la agricultura y principalmente liberadas por la agroindustria.
Por su parte, la producción ganadera a gran escala también acelera el cambio climático, y no solo por las emisiones de gas metano liberadas por los animales, sino también por el desbroce de tierras para producir los alimentos que ellos consumen, explicó Sen
Una excepción notable es el arroz, un alimento básico para miles de millones de personas, y principalmente producido por pequeños agricultores.
“El arroz es, de hecho, uno de esos productos básicos que deja una enorme huella de gases invernadero y que también es un alimento básico producido por pequeños agricultores”, puntualizó Sen.
El uso excesivo de fertilizantes químicos en los arrozales contribuye a ese problema, precisa el informe de la FAO.
Pero se necesitan más datos para comprender mejor las diferentes emisiones de gases invernadero producidos por los pequeños agricultores en relación con la agroindustria, subrayó Sen.

Cultivando una agricultura sustentable, para el bienestar de los productores y sus familias
Empieza el que ha sido denominado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el Decenio de la Agricultura Familiar1, que va de 2019 a 2028. Una oportunidad extraordinaria, para avanzar hacia la erradicación del hambre y la pobreza, reducir la desigualdad y luchar contra el cambio climático, a través de la generación de políticas públicas que favorezcan a la agricultura familiar del mundo.
México fue uno de los 13 países2 que propusieron la creación de este decenio. Hecho que además de enorgullecernos, también es la ocasión para mostrar experiencias vivas, cómo desde el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en equipo con socios y colaboradores en el país y en la región de América Latina y el Caribe (ALC), se han puesto en marcha estrategias innovadoras para cultivar una agricultura sustentable para el bienestar de los agricultores, para que ellos que hoy producen 80% de los alimentos del planeta, dejen de ser quienes paradójicamente, a menudo son los más vulnerables al hambre3.
Un reto que el centro enfrenta teniendo como base el hecho de que desde su fundación en 1966, la innovación ha demostrado que florece en suelo mexicano, pues justo allí es donde se generan las variedades modernas de trigo y maíz, que impactan al mundo entero salvando del hambre a 1,000 millones de personas. Hoy, combinando el concepto de cocreación, donde la innovación es un proceso de aprendizaje en el que para lograr que está sea importante y útil para sus beneficiarios, resulta clave invitarlos a que participen activamente en su diseño y perfeccionamiento, y el mandato de llevarlo al agricultor, es decir, de poner la innovación a su servicio, en un contexto de sistemas agroalimentarios.
Dos reconocimientos internacionales recientes indican que la innovación –cultivar una agricultura diferente- es uno de los caminos para cumplir lo propuesto en los objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):
Uno, otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en octubre de 2018 distinguiendo a MasAgro con la primera de 10 menciones honoríficas, tras su participación en la convocatoria denominada 10 iniciativas innovadoras y escalables para el desarrollo rural sostenible de América Latina y el Caribe 2018. Una convocatoria a la que se postularon más de 200 iniciativas.
Otro, dado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) que en septiembre de 2018, presentaron el estudio de caso titulado MasAgro: CIMMYT y la asociación de México para la producción sostenible de maíz. Destacándolo como una de las 47 soluciones, es decir, como una experiencia inspiradora y replicable, que responde a los desafíos para el desarrollo sostenible y el bienestar humano.
1 http://www.iica.int/es/prensa/noticias/decenio-para-la-agricultura-familiar-una-iniciativa-para-disminuir-la-pobreza-y-la
2 https://agriculturafamiliar.co/un-grupo-de-13-paises-propone-adoptar-el-decenio-de-la-agricultura-familiar/
3 http://www.fao.org/director-general/newsroom/news/detail/es/c/1099496/
Todo comienza con una semilla.
O mejor con miles de ellas protegidas y estudiadas en el Banco de Biodiversidad del CIMMYT que cuenta con 140,000 muestras de trigo y 28,000 de maíz, a través de las cuales es posible encontrar soluciones a retos actuales y futuros, mediante el uso de herramientas como el Atlas Molecular del Maíz. Una base de datos dinámica, que integra los perfiles genéticos de mas de 40,000 muestras de este cereal , útiles para identificar la mejor planta de maíz para condiciones, usos o requisitos predeterminados, y que ha sido clave en proyectos de mejoramiento participativo donde los protagonistas son, por ejemplo, 11 comunidades indígenas marginales de Oaxaca y los maíces nativos.
Gracias al trabajo en equipo con las entidades como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), se ha podido aprovechar al máximo las características únicas del maíz nativo que crece en el campo de los agricultores, para conservarlo y utilizarlo para aumentar la resistencia y fortaleza, sin perder su autenticidad que es parte fundamental de la identidad de la cultura de estados como el mismo Oaxaca de donde es originario Oaxaca 280, un maíz nativo resistente a la mancha de asfalto, enfermedad causada por la combinación de tres infecciones fúngicas y que afecta, en buena parte debido al cada vez más tangible cambio climático, con mayor frecuencia al maíz en las zonas frescas y húmedas del sur de México, Centroamérica y parte de América del Sur, reduciendo los rendimientos hasta en un 50%. Variedades resistentes como esta son la solución que necesitan agricultores de escasos recursos que no pueden comprar fungicidas.
Cabe resaltar que entre 2014 y 2018, se realizaron 135 ensayos y viveros, la mayoría en Oaxaca, donde inicio el proyecto de maíces nativos de MasAgro Maíz, así como en Michoacán y en el Estado de México. Entidades en donde se llevan a cabo eventos de capacitación y selección participativa de materiales con productores. De esta manera, también se desarrollan capacidades y destrezas para utilizar innovaciones tecnológicas, que permitan elevar la producción del maíz nativo y fomentar la conservación in situ de semillas, para enfrentar casos de desastres agro-ambientales.
El Banco de Biodiversidad del CIMMYT también ha sido la fuente a partir de la cual, entre 20111 y 2017, se han desarrollado y liberado gratuitamente 58 híbridos de maíz – 29 para trópico, 13 para subtrópico y 16 para Valles Altos- puestos a disposición de 62 compañías semilleras nacionales, como Novasem, Ceres, Berentsen, Proseso, entre otras, vinculadas con la red de semilleros de MasAgro. Las mismas que han contribuido a que los nuevos híbridos se hayan extendido por 25 estados, 135 regiones oficiales y 480 municipios de país. En 2011, solo se vendían en 9 estados de México. Comprobando así que la comercialización de estos híbridos ha crecido constantemente desde la puesta en marcha en el 2011 del programa MasAgro. Tan solo en 2018 aumentaron un 27% con respecto al 2017.
De hecho, las ventas de las empresas semilleras adheridas a MasAgro han incrementado un 55% desde el inicio del programa en 2011, pasando de 657,766 a 1.02 millones de bolsas, y su participación en el mercado total del sector semillero también ha aumentado en al menos un 4% con respecto al 2011. Cabe resaltar que el uso de híbridos impacta en el incremento del rendimiento en al menos 2.3 t/ha contribuyendo a demostrar que el país4 si se puede aumentar la productividad de maíz y responder a un problema fundamental en la agricultura: baja productividad y disparidad. Las cifras son contundentes: en el Estado de México, se paso de 2.88 a 3.44 t/ha; Hidalgo, de 4.5 a 5.35 t/ha; Jalisco, de 7.15 a 7.76 t/ha, y Michoacán, de 3.79 a 4.27 t/ha.
Cultivando agricultura sustentable, cosechando innovación.
Tan importante como una buena semilla es el ambiente facilitador en que se cultive. Tomando el caso de El Bajío, MasAgro Guanajuato, presente en 41 de los46 municipios que conforman el estado de Guanajuato, donde 13 municipios cuentan con mecanización inteligente, para la practica de la agricultura de conservación impactando más de 100 hectáreas (ha). Gracias a la colaboración con la red de actores, más de 40,000 ha bajo agricultura de conservación en primavera-verano y 10,000 ha en otoño-invierno. Esto sin perder de vista que mediante la alianza CIMMYT-INIFAP, hay 56,308 ha de trigo, así como 1,921 ha en triticale y 89,069 ha con variedades de maíz. Para diciembre de 2018, se había trabajado en 34,142 hectáreas en forma directa con 2,446 agricultores e indirecta con 11,120 agricultores, mediante capacitaciones y días de campo. Tan solo en los ciclos de primavera-verano 2017 y otoño-invierno 2018, se logró mayor rentabilidad en parcelas de innovación: 31.2% (maíz de riego), 43% (maíz de temporal), 48.8% (cebada) y 24.4% (trigo). Cabe mencionar que gracias a la agricultura sustentable, hay 60% menos emisiones de CO2, al disminuir consumo de diésel, y 30% menos en el consumo de agua. Todo esto en buena parte como resultado de alianzas sustentables como las establecida con la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR), Nestlé, Heineken México, el Banco Mundial y el Programa de Escalamiento y Acompañamiento Técnico.
Dicho Programa de Escalamiento y Acompañamiento Técnico ha sido clave para comenzar a masificar el aprovechamiento de las innovaciones. Es así como en 2018 atendió a 34,782 productores, en 35,005 predios que beneficiaron a más de 200,000 agricultores en más de 390,000 hectáreas. Al tiempo que ofreció 2,074 capacitaciones y 1,941 eventos demostrativos, en 16 estados de México, sobre agricultura de conservación, variedades adecuadas, fertilización integral, diagnóstico de suelos, poscosecha y acceso a mercados, beneficiando a 7,836 mujeres y 26,946 hombres, al igual que motivando a 1,613 personas a convertirse en Asesores técnicos, para lograr una producción para el bienestar de los productores y sus familias.
Tan importante como la semilla y el ambiente facilitador, lo es también el respeto por una cultura ancestral como la maya y su sistema productivo milenario. Es el caso de proyecto de Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, que busca mejorar los sistemas de producción de maíz para hacerlos más sustentables, rentables y conservar los recursos naturales de una de las regiones más ricas en biodiversidad de México, al tiempo que transitar de un campo de subsistencia a uno de mayores oportunidades de desarrollo y bienestar.
Gracias al apoyo de la Fundación de las Haciendas del Mundo Maya y de Fomento Social Banamex, hoy se cuenta con infraestructura tecnológica que desarrolla investigación y desarrollo tecnológico en el sistema milpa. Esto consiste en plataformas de investigación, plataformas de poscosecha, módulos agronómicos, áreas de extensión y áreas de impacto. A partir de esto, se ha logrado el desarrollo de capacidades de más de 2,500 productores y más de 12,000 beneficiarios. Todo esto bajo un modelo de inclusión social, que fomenta la adopción de innovaciones y la generación de agentes de cambio, para preservar el sistema milpa y el maíz nativo de la Península de Yucatán.
En América Latina, Colombia y Guatemala han dado claras señales de estar interesados en implementar la experiencia de MasAgro, de acuerdo con las realidades de sus campos. Dando vida a la recomendación dada por el G20 de replicar este programa en más países.
Bases solidas para siembras venideras.
Hoy, México cuenta con 1,322,177 de hectáreas sembradas con practicas sustentables gracias al compromiso de más de 500,000 productores participantes, 21% mujeres, quienes vieron como sus ingresos aumentaron en un 37% en maíz de riego y 105% en maíz de temporal, durante el ciclo primavera-verano (PV) de 2017. Tiempo en el que las guanacias en trigo subieron 16% y las de cebada, 57%. Esto son olvidar que el rendimiento promedio logrado por los productores durante el mismo ciclo aumento en 23% en maíz en riego y en maíz en temporal cosecharon 92% más grano, mientras en trigo registro 10% más y en cebada, 50%.
El país cuenta con la labor multiplicadora de 380 técnicos certificados en agricultura sustentable que promueven un menú tecnológico que apunta a la resiliencia frente a los efectos del cambio climático, mediante la inclusión de practicas que requieren menos consumo de hidrocarburos y que prestan especial atención al almacenamiento de granos y al manejo sustentable del suelo y agua.
Esta cosecha de logros para México es resultado de la toma de datos realizadas por los productores para nutrir el sistema de monitoreo y evaluación de MasAgro, conformado por las plataformas de Conservation Earth y la Bitácora Electrónica MasAgro (BEM) y las herramientas de la agricultura de precisión GreenSat y GreenSeeker, que unidas a la mecanización inteligente, permiten contar en lo que va del 2012 a 2018, con un total de 6,574 cuentas de usuarios que han utilizado la BEM y con 218,577 bitácoras que monitorean los resultados en campo.
Información lista para ser tenida en cuenta para formular políticas a favor de una producción sustentable para el bienestar de los productores mexicanos y sus familias y que está a un clic de distancia, para el uso de los agricultores, a través de la aplicación gratuita MasAgro Móvil, creada en 2012, que cuenta con 6,354 usuarios y hasta ahora se han enviado 500,173 mensajes de texto con recomendaciones agronómicas.
En 2019, la meta es clara: hacer viral la agricultura sustentable en los campos mexicanos, mediante el desarrollo de soluciones innovadoras hechas a la medida de las realidades que enfrentan los agricultores, los mismos que son fuentes de conocimiento, beneficiarios y aliados.
10 datos esenciales del CIMMYT
1.- El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), trabaja desde 1966 en equipo con socios y colaboradores en México, en la región de América Latina y el Caribe (ALC) y en el mundo, para mejorar los medios de vida de las personas y promover sistemas de maíz y de trigo mas productivos y sostenibles.
2.- El trabajo del CIMMYT se logra mediante investigación colaborativa, alianzas y capacitación, ayudando a crear y fortalecer una nueva generación de nuevos servicios nacionales de investigación y extensión agrícola en los países productores de maíz y de trigo. Como miembro del Consorcio del CGIAR, integrado por 15 centros de investigación agrícola, el CIMMYT lidera los programas MAIZ y TRIGO del CGIAR, que reúnen y agregan valor a los esfuerzos de mas de 500 colaboradores en el mundo.
3.- El CIMMYT y sus aliados cosecha logros para México en beneficio de sus productores, gracias a la toma de datos para nutrir el sistema de monitoreo y evaluación de MasAgro, conformado por las plataformas de Conservation Earth y la Bitácora Electrónica MasAgro (BEM) y las herramientas de la agricultura de precisión GreenSat y GreenSeeker, que unidas a la mecanización inteligente, permiten contar en lo que va del 2012 a 2018, con un total de 6,574 cuentas de usuarios que han utilizado la BEM y con 218,577 bitácoras que monitorean los resultados en campo.
4.- El CiMMYT a recibido a lo largo de su historia importantes reconocimientos internacionales. Entre los primeros investigadores del centro, se destaca un Premio Nobel de la Paz y tres receptores del Premio Mundial de Alimentación. Recientemente, uno otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en octubre 2018, distinguiendo al Programa de Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MasAgro) con la primera de diez menciones honorificas, tras su participación en la convocatoria denominada diez iniciativas innovadoras y escalables para el desarrollo rural sostenible de América latina y el Caribe 2018. Una convocatoria a la que se postularon mas de 200 iniciativas.
Otro, dado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) que en septiembre de 2018, presentaron el estudio de caso titulado MasAgro: CIMMYT y la asociación de México para la producción sostenible de maíz. Destacándolo como una de las 47 soluciones, es decir, como una experiencia inspiradora y replicable, que responde a los desafíos para el desarrollo sostenible y el bienestar humano.
5.- El Banco de Germoplasma del CIMMYT que cuenta con 140,000 muestras de trigo y 28,000 de maíz, a través de las cuales es posible encontrar soluciones a retos actuales y futuros, mediante el uso de herramientas como el Atlas Molecular del Maíz. Una base de datos dinámica, que integra los perfiles genéticos de mas de 40,000 muestras de este cereal , útiles para identificar la mejor planta de maíz para condiciones, usos o requisitos predeterminados, y que ha sido clave en proyectos de mejoramiento participativo.
6.- Hoy, México cuenta con 1,322,177 de hectáreas sembradas con practicas sustentables gracias al compromiso de más de 500,000 productores participantes, 21% mujeres, quienes vieron como sus ingresos aumentaron en un 37% en maíz de riego y 105% en maíz de temporal, durante el ciclo primavera-verano (PV) de 2017. Tiempo en el que las guanacias en trigo subieron 16% y las de cebada, 57%. Esto son olvidar que el rendimiento promedio logrado por los productores durante el mismo ciclo aumento en 23% en maíz en riego y en maíz en temporal cosecharon 92% más grano, mientras en trigo registro 10% más y en cebada, 50%.
7.- MasAgro Guanajuato, presente en 41 de los46 municipios que conforman el estado de Guanajuato, donde 13 municipios cuentan con mecanización inteligente, para la practica de la agricultura de conservación impactando más de 100 hectáreas (ha). Gracias a la colaboración con la red de actores, más de 40,000 ha bajo agricultura de conservación en primavera-verano y 10,000 ha en otoño-invierno. Esto sin perder de vista que mediante la alianza CIMMYT-INIFAP, hay 56,308 ha de trigo, así como 1,921 ha en triticale y 89,069 ha con variedades de maíz. Para diciembre de 2018, se había trabajado en 34,142 hectáreas en forma directa con 2,446 agricultores e indirecta con 11,120 agricultores, mediante capacitaciones y días de campo. Tan solo en los ciclos de primavera-verano 2017 y otoño-invierno 2018, se logró mayor rentabilidad en parcelas de innovación: 31.2% (maíz de riego), 43% (maíz de temporal), 48.8% (cebada) y 24.4% (trigo). Cabe mencionar que gracias a la agricultura sustentable, hay 60% menos emisiones de CO2, al disminuir consumo de diésel, y 30% menos en el consumo de agua.
8.- Proyecto de Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, que busca mejorar los sistemas de producción de maíz para hacerlos más sustentables, rentables y conservar los recursos naturales de una de las regiones más ricas en biodiversidad de México, al tiempo que transitar de un campo de subsistencia a uno de mayores oportunidades de desarrollo y bienestar. Gracias al apoyo de la Fundación de las Haciendas del Mundo Maya y de Fomento Social Banamex, hoy se cuenta con infraestructura tecnológica que desarrolla investigación y desarrollo tecnológico en el sistema milpa. Esto consiste en plataformas de investigación, plataformas de poscosecha, módulos agronómicos, áreas de extensión y áreas de impacto. A partir de esto, se ha logrado el desarrollo de capacidades de más de 2,500 productores y más de 12,000 beneficiarios. Todo esto bajo un modelo de inclusión social, que fomenta la adopción de innovaciones y la generación de agentes de cambio, para preservar el sistema milpa y el maíz nativo de la Península de Yucatán.
9.- En 2018, el Programa de Escalamiento y Acompañamiento Técnico atendió a 34,782 productores, en 35,005 predios que beneficiaron a más de 200,000 agricultores en más de 390,000 hectáreas. Al tiempo que ofreció 2,074 capacitaciones y 1,941 eventos demostrativos, en 16 estados de México, sobre agricultura de conservación, variedades adecuadas, fertilización integral, diagnóstico de suelos, poscosecha y acceso a mercados, beneficiando a 7,836 mujeres y 26,946 hombres, al igual que motivando a 1,613 personas a convertirse en Asesores técnicos, para lograr una producción para el bienestar de los productores y sus familias.
10.- El CIMMYT es investigación, es desarrollo humano y productivo. Es innovación, es alianzas estratégicas y colaboración permanente. Es acercamiento con los productores, conocimiento, integración e inclusión, valores y esfuerzos. Es sustentabilidad cuidando recursos y promoviendo buenas practicas. En suma es contribuir a lograr lo propuesto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible a nivel global, al tiempo que fortalece y catapulta el potencial productivo del campo mexicano.