En distintas regiones del mundo agricultores han sido afectados por la llegada del coronavirus (covid-19). China, la segunda economía más grande, es uno de los mayores socios comerciales de países como Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Francia, México , entre otros.
La agricultura, como de costumbre está constantemente bajo presión a los cambios. Por ejemplo, la actividad está siendo cuestionada y desafiada por los efectos directos e indirectos del cambio climático, como son la sequía, inundaciones, devastadores incendios forestales y la opinión pública, entre otros.
Existen otros elementos que afectan la actividad de manera vertical, como son las enfermedades del ganado. Ejemplo de estas, son los actuales casos de Micoplasma bovis en Nueva Zelanda y la Fiebre Porcina Africana en China, ya que los cambios en el clima también inciden en condiciones favorables para el desarrollo de éstos patógenos o bien su acceso a otras regiones. Existen otras enfermedades, que además de afectar a los animales y directamente a la agricultura, pueden transmitirse al humano (zoonosis) y que ciertamente interactúan negativamente en la economía y la relación comercial entre los países. Este es el caso del coronavirus, el que está teniendo implicado inmediatas en la agricultura y economía local e internacional de los países.
En cuestión semanas, las exportaciones y en caso particular la de productos cárnicos se ha visto completamente distorsionada debido a esos elementos estresantes. Esto cambia día a día en la misma sintonía con que el nuevo coronavirus se esparce y cambia su trayectoria. Una vez más queda declaro, que cuando China, la segunda potencia económica mundial se ve afectada, esto repercute en un sin número de otras actividades en este país y por cierto en una gran mayoría de otros países también. En el afán de China de contener al virus, los movimientos comerciales han sido drásticamente alterados. Hay restricciones en la aduana, en la llegada y descarga de barcos. El precio de carne roja, lana y cereales ya han disminuido. El rubro forestal se ha enlentecido.
Afuera de China, países con casos confirmados de coronavirus como India han visto desacelerada su economía y el crecimiento tiende a la baja, reflejando el alto riesgo a la recesión mundial como consecuencia del brote de COVID-19. En este país, el sector agrícola da empleo a casi la mitad de su población y hoy ve con angustiade mantener el rubro. Bangladesh, país en que su economía está fuertemente influenciada por la industria del cangrejo, enfrenta una de las mayores crisis de su historia, ya que el 90% de su producción se exportaba a China y hoy la gran mayoría se ha perdido o ha sido desviada hacia otras naciones a menores precios. Para muchas personas de este país, el coronavirus significaría un retroceso y eventual vuelta a la pobreza.
Otro ejemplo es Australia, en que la industria forestal y la agricultura han sido recientemente impactadas por incendios, y ahora esta nueva emergencia aparece como otro golpe a la economía, la que históricamente ha mantenido un comportamiento líder en el mundo. Frente al actual escenario, la empresa australiana A2 Milk Company ha prometido más de $ 3 millones de dólares para el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19 como parte de un esfuerzo internacional que ayude a detener su propagación. Además de su apoyo a la investigación, A2 Milk ha comprometido $ 1.1 millones a la Cruz Roja de Shanghái y otros $ 1.1 millones en productos lácteos a familias afectadas por el virus.
En países de Latinoamérica como, Chile, Argentina, Perú, República Dominicana, México, Brasil y Ecuador presentan casos confirmados. Según los economistas, el impacto de este virus ya se está sintiendo en tal continente, y en el caso pues China es su principal socio comercial.
En el caso de Chile uno de los principales socios de comercio de China se ha visto sumamente golpeado esto debido a la forzada restricción del flujo de productos en China, se han priorizado alimentos básicos, por lo que las autoridades chinas han acordado recibir entre 40-50 contenedores provenientes de Chile al día, número muy por debajo a los 200-350 contenedores diarios que eran aceptados previos al brote de COVID-19. Para mitigar las pérdidas, la industria nacional en conjunto con el gobierno, gestionan redirigir los envíos a otros países de Asia.
A lo anterior, se suma la caída en la gran mayoría de las bolsas internacionales y un estado de incertidumbre y de pánico de los inversores que en nada contribuyen a solucionar el problema.
Se espera que una vez pase la pandemia el sistema económico se pueda reponer los más pronto posible aun que una realidad es que aun con esta pandemia, el campo no se puede detener.
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