
Dentro de los productos químicos existen varios tipos todos ellos muy utilizados en agricultura, tanto para combatir plagas, enfermedades, malas hierbas, etc. Estos productos son:
Insecticidas: Combaten a los insectos
Acaricidas: Contra los ácaros, araña roja….
Avicidas: Repelentes de aves.
Funguicidas: Control contra enfermedades ocasionadas por hongos.
Herbicidas: Eliminan las malas hierbas.
Reguladores de crecimiento.
La contaminación del medio ambiente es un problema por la utilización de estos productos químicos que dejan unas substancias químicas residuales que suelen ser tóxicas.
Tras el uso prolongado de los productos químicos se producen resistencias en las plagas las cuales es difícil de eliminarlas con un producto químico o con otros que tengan la misma materia activa.
Estos productos afectan al desarrollo vegetativo de la planta, tanto su crecimiento como su porte que se aprecia totalmente dañado.
Perjudican la salud humana de una forma directa, ya que estos productos crean unas substancias residuales que quedan en los frutos y se transforman en el organismo cuando es ingerido ese alimento. También perjudica la salud cuando se efectúan las curas directas, puesto que los productos químicos penetran en la ropa o por el contacto directo con la piel y por el gas que desprende algunos de ellos, afectando también al aparato respiratorio.
Son contaminantes. Contaminan las aguas naturales debido a lluvias o riegos que arrastran estos productos acaban en los ríos, lagos, aguas subterráneas y mares contaminándolos.
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Post-cosecha de berries
Las berries se caracterizan por tener una vida útil muy corta, sobre todo si no se manejan adecuadamente durante la cosecha y la post-cosecha. Son frutos que envejecen muy rápido, por lo que el objetivo es la ralentización de los procesos fisiológicos relacionados con la senescencia.
El cultivo de berries está en expansión pero presenta la importante problemática de la conservación. Son frutos extremadamente sensibles con una vida post-cosecha muy corta, lo cual dificulta todas aquellas tareas relacionadas con su transporte y comercialización. Para ello, es necesario que antes, durante y tras la cosecha, se cuiden todos los factores que pueden afectar a la vida útil del producto.
Recomendaciones Generales
Las precauciones con los frutos deben tomarse desde la cosecha. Esta labor debe realizarse con mucha cautela, intentando que los frutos sufran lo menos posible en el proceso. Para ello, se recomienda:
- Cosechar únicamente los frutos en estado óptimo de maduración y en perfectas condiciones sanitarias.
- Realizar la cosecha por la mañana temprano para evitar altas temperaturas, siempre y cuando el fruto se encuentre fresco pero al mismo tiempo seco.
- Prestar especial atención al proceso de cosecha en sí, intentando recolectar los frutos con sumo cuidado, depositándolos directamente en los recipientes destinados para tal fin. Los frutos serán cosechados individualmente, sin amontonarlos y sin mezclar variedades, en tanto que se pretende conseguir un producto final homogéneo. En todo momento, deben protegerse de la radiación solar directa.
En general, es un proceso que de realizarse cuidadosamente pero al mismo tiempo de forma rápida porque es fundamental el transporte de los frutos cosechados hacia las cámaras de pre-enfriamiento.
- Evitar que la cosecha entre en contacto con el suelo, se ensucie o simplemente agarre polvo del campo, en tanto que comenzaría la disminución de calidad.
Condiciones Ambientales
Las condiciones ambientales que se aconsejan para la conservación de berries son las siguientes (Tabla 1), las cuales difieren en función de cada especie:
Condiciones ambientales durante la conservación de berries | |||
Temperatura óptima*
(ºC) |
Tiempo de conservación (días) | Humedad Relativa
(%) |
|
Fresa | 0 | 5-7 | 90-95 |
Frambuesa | 0 | 2-5 | 90-95 |
Arándano | 0 | 7-14 | 90-95 |
Zarzamora | 0 | 2-5 | 90-95 |
* Si las temperaturas de conservación son inferiores a las recomendadas, los frutos pueden sufrir daños por frío.
Tabla 1. –Condiciones ambientales recomendadas para la adecuada conservación de berries
Por otro lado, es importante conocer la tasa de respiración de cada especie a diferentes temperaturas. Se muestra a continuación:
Tasa de respiración (ml CO2/kg·h) | ||||
Temperatura (ºC) | Fresa | Frambuesa | Arándano | Zarzamora |
0 | 6-10 | 12 | 3 | 11 |
10 | 25-50 | 49 | 9 | 31 |
20 | 50-100 | 100 | 34 | 78 |
Tabla 2. – Tasa de respiración para cada especie en función de la temperatura
Tal y como se puede observar en la tabla anterior (Tabla 2), la tasa de respiración que muestran las berries es bastante elevada y diferente entre sí (algo menor en frutos de arándano). Este factor condiciona el período post-cosecha, en tanto que cuanto mayor sea, mayor será también la probabilidad de sufrir enfermedades y que su vida de anaquel disminuya.
Por otro lado, en cuanto a la transpiración, comentar que todos los frutos pierden agua durante su conservación. Sin embargo, los frutos rojos se deshidratan más fácilmente que otros. Cuando los frutos pierden agua, pierden turgencia. Por esta razón, es necesario que la humedad relativa sea elevada y la temperatura baja. Sin embargo, en este aspecto surge un problema y es que para conseguir que la temperatura sea la adecuada, se recomienda la utilización de forzado, lo cual disminuye la humedad y consecuentemente aumenta la transpiración. Por tanto, hay que llegar a una solución de compromiso entre ambos parámetros.
Por último, en cuanto a la producción de etileno, es conveniente conocer que tanto la fresa, como la frambuesa y la mora no responden a la aplicación de etileno. Por el contrario, el arándano sí lo hace, ya que es un fruto climatérico. De todos modos, se debe cosechar maduro para que sus características organolépticas sean las óptimas.
Técnicas Post-Cosecha en Berries
Se pueden destacar las siguientes técnicas, las cuales aplicadas correctamente para conservación de berries, consiguen ampliar la corta vida post-cosecha que caracteriza a estos frutos. Fundamentalmente son dos:
- Pre-enfriamiento: Es necesario eliminar el calor acumulado por los frutos durante la cosecha lo más rápido posible. El pre-enfriamiento se realizará previamente a la incorporación de una atmósfera modificada y en cámaras de pre-frío.
Existen dos métodos para enfriar la cosecha: 1) enfriamiento en cámara, que es una técnica progresiva y lenta y 2) enfriamiento mediante aire forzado que consiste en aventar la fruta con aire frío, consiguiendo así el descenso de temperatura de los frutos mucho más rápido que con el método anterior. Al utilizar este sistema, no debe quedar la fruta expuesta directamente a la corriente de aire, debido a que podría deshidratarse
- Atmósfera modificada (AM) y controlada (AC): Se aconseja favorecer una atmósfera modificada (15-20% CO2 + 5-10% O2) durante la conservación, el packaging y el transporte. El principal efecto de esta tecnología reside en la disminución del metabolismo de los frutos, es decir, en la ralentización de los diferentes procesos fisiológicos relacionados con el envejecimiento de los mismos. Además, concentraciones de CO2 superiores al 15%, tienen efecto fungistático, por lo que contribuye además de reducir la deshidratación, a disminuir también la aparición de posibles enfermedades de origen fúngico.
Desórdenes y Enfermedades Post-Cosecha
Fisiopatías
- Deshidratación: La deshidratación es la consecuencia de la pérdida de agua por transpiración. Los frutos rojos, excepto el arándano, carecen de cutícula, por lo que resultan más vulnerables a la deshidratación de sus tejidos. Se manifiesta con la pérdida de turgencia (arrugamiento de los frutos), de peso y de brillo de la epidermis, desvalorizando por tanto la calidad de los frutos. De ahí la importancia de conservar los frutos durante todo el proceso a temperaturas y humedades adecuadas.
- Decoloración de bayas, textura acuosa de la pulpa y aparición de sabores desagradables: Esta merma en las características organolépticas de los frutos, suelen ser simplemente desórdenes relacionados con la atmósfera a la que han sido sometidos los mismos. Hay que tener en cuenta que concentraciones inferiores al 2% de oxígeno o superiores al 25% de dióxido de carbono pueden ser las responsables de este desorden.
- Daños por frío: Los frutos rojos no deben ser conservados a temperaturas inferiores a los 0ºC, en tanto que pueden sufrir daños por frío. Se manifiestan a través de una apariencia parda, textura gomosa de la pulpa y una mayor susceptibilidad ante la incidencia de enfermedades.
Enfermedades
Las principales enfermedades post-cosecha en berries son las pudriciones, las cuales pueden estar causadas por diferentes hongos. Los más frecuentes son:
- Botrytis cinerea: Es el patógeno más común. Este hongo es capaz de continuar su desarrollo a 0ºC, aunque lo hace más lentamente.
- Rhizopus stolonifer: Las esporas de este hongo se encuentran normalmente suspendidas en el aire. A diferencia de cinerea, el control de este hongo es sencillo, en tanto que no sobrevive si las temperaturas son inferiores a los 5ºC.

Contaminación atmosférica y sus efectos
Los agentes causantes de la acidificación son el dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno y el amoníaco, provenientes de las emisiones de las grandes centrales térmicas que queman combustibles fósiles, los motores de los coches, las calefacciones, las plantas industriales y y el amoníaco aportado en grandes cantidades en el estiércol en zonas con elevado número de explotaciones ganaderas intensivas. Los principales responsables son los dos primeros: el dióxido de azufre (SO2) y los óxidos de nitrógeno (NOx). Dichas sustancias pueden reaccionar con el oxígeno atmosférico y disolverse en el agua de lluvia, produciendo al caer la llamada «lluvia ácida».
En zonas con escasez de precipitaciones, se produce la llamada «deposición seca», que se debe a la deposición directa sobre las hojas de los árboles o en el suelo.
También puede ocurrir que las sustancias contaminantes se mezclan con las gotas de niebla, produciéndose la «deposición oculta», cuya acidez puede llegar a ser 10 veces superior a la de la lluvia.
Por otro lado, y especialmente en zonas con un elevado número de horas de insolación, los óxidos de nitrógeno pueden intervenir junto con compuestos orgánicos volátiles (CVO) en complejas reacciones fotoquímicas, dando lugar a la formación de ozono troposférico, que es un contaminante secundario fuertemente oxidante.
El proceso de acidificación se ve influido por un gran número de factores, que hacen que los efectos sean variables de unas zonas a otras; entre ellos caben destacar: la sensibilidad de los suelos y de las aguas a la acidez, así como la concentración de partículas contaminantes. Donde el nivel de deposición acidificante excede la capacidad tampón del medio, los problemas de acidificación surgen tarde o temprano. Así surge el concepto de «carga crítica», que se define como aquella exposición por debajo de la cual los efectos dañinos significativos sobre los elementos sensibles del ambiente no ocurren según el conocimiento actual. En 1990 alrededor de 87 millones de hectáreas naturales eran afectadas por niveles de deposición ácida que excedían la habilidad de la naturaleza para compensar la llamada «carga critica».
Además, hay que tener en cuenta que dichas partículas contaminantes pueden ser transportadas a largas distancias, lo que supone que el problema de la acidificación no reconoce ninguna frontera. De este modo, el Reino Unido ha sido acusado por los países escandinavos de ser el principal causante de la acidificación de sus lagos, debido al transporte de sus emisiones a través de los vientos.
Acidificación del agua
Hacia los años 50 se descubrió que los peces estaban desapareciendo de los lagos y canales de Escandinavia del sur, y hoy día, unos 14.000 lagos suecos se encuentran afectados por la acidificación, con el daño que ello conlleva para el crecimiento y vida animal. Estos daños también se ha extendido al Reino Unido y Los Alpes.
Agotamiento del suelo
La sensibilidad a la acidificación es mayor en aquellas tierras donde la degradación de los minerales se produce lentamente. Cuando el suelo se acidifica, es esencial que sus nutrientes se lixivien, lo cual reduce la fertilidad de la tierra. Además, el proceso de acidificación también libera metales que pueden dañar a los microorganismos del suelo responsables de la descomposición, así como a los pájaros y mamíferos superiores de la cadena alimentaria, e incluso al hombre.
Desaparición de plantas y animales
La sensibilidad de cada especie a los contaminantes y a la acidificación es variable, siendo los grupos más sensibles los peces, los líquenes, los musgos, ciertos hongos, algunos de ellos esenciales para la vida de los árboles, y los organismos acuáticos pequeños.
Daños en bosques y su desaparición
Del estudio europeo de 1996 se deduce que cada cuarto de árbol examinado aparecía dañado, de forma que la pérdida de hojas o acículas excedió el 25 por ciento. Las causas de este daño son muy diversas, pero la mayoría de los investigadores están de acuerdo en que los principales factores causantes son la acidificación del suelo y las altas concentraciones de ozono troposférico.
En Suiza, la disminución de la superficie arbolada que retiene las avalanchas y corrimientos de tierra, pone en peligro miles de hogares y en Alemania a finales de los 80 más de la mitad de los bosques estaban dañados o muriendo.
En el sur de Europa aún queda mucho por estudiar sobre la contaminación atmosférica como causa de degradación y muerte de los bosques. Los elementos contaminantes se introducen en el vegetal, alterando en distinta medida su metabolismo, siendo la fotosíntesis y la respiración los dos procesos afectados. Como resultado se produce un debilitamiento gradual de la planta, que cada vez se hace más sensible a las plagas y enfermedades, y a la deficiencia hídrica. Esto hace que sea muy difícil demostrar que la causa real de la muerte de los bosques es la contaminación, ya que en última instancia son otros los agentes que acaban instalándose sobre el árbol debilitado, provocando en muchas ocasiones su muerte. No obstante, en casos de concentración muy alta de contaminantes sí aparecen síntomas claros de defoliación y decoloración directamente achacables a la contaminación. La coincidencia de zonas dañadas con las zonas de mayor concentración de azufre en las hojas es un dato clarificador, y una evidencia del transporte de contaminantes la tenemos por ejemplo en la concentración de azufre que se encontró, a través de un estudio realizado por el ICONA a lo largo de 1987, en los árboles del preparque en Doñana, probablemente procedente del foco del polo industrial de Huelva. Las mayores conexiones entre altas concentraciones de azufre y daños en la vegetación se encontraron en regiones como Murcia, País Vasco, Galicia y algunas zonas de Cataluña.
Efectos negativos sobre la salud
Nosotros mismos nos vemos afectados por la polución aérea, tanto directamente, como resultado de respirar los contaminantes perjudiciales, como indirectamente, debido a que la acidificación del suelo conduce a que los metales tóxicos se introduzcan en la cadena alimentaria.
Corrosión y destrucción de la herencia cultural
Las edificaciones y los monumentos históricos de más de una docena de países europeos, y entre ellos España, están experimentado una corrosión acelerada. Así, por ejemplo, el Partenón ha sufrido más en los últimos 30 años el efecto de la erosión de lo que lo hizo durante los 2.400 anteriores y en nuestro país el tesoro pictórico del museo del Prado, ha estado sufriendo la deterioración a causa de la contaminación.
Todo ello se debe a las emisiones de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno, que se convierten en ácidos fuertes que atacan tanto a edificios antiguos como nuevos, siendo los más afectados los objetos y estructuras de materiales fácilmente degradables, como la caliza y la piedra arenisca.
Otros efectos de los contaminantes distintos de la acidificación
Los contaminantes que causan la acidificación también toman parte en algunos problemas medioambientales:
Eutrofización. La deposición de nitrógeno procedente de las emisiones de óxidos de nitrógeno y amoníaco, conduce a un excesivo nivel de nutrientes en ambientes que normalmente son pobres, causando un declive de la biodiversidad. Así mismo, el exceso de nitrógeno también es un problema en los mares y océanos, donde el desarrollo anormal de la masa de algas provoca el empobrecimiento en oxígeno.
El ozono troposférico, tal como se explicó anteriormente, se forma en la atmósfera por los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles en presencia de la luz del sol. Es un gas venenoso que daña cosechas agrícolas, árboles y personas. Se trata de un importante contaminante transfronterizo que en ocasiones puede afectar a diversos países vecinos. En el norte de Europa se ha estudiado con cierto detalle la fenomenología de este gas, mientras que en el sur de Europa, aún se desconocen muchos de los procesos y condiciones implicados en la formación de altas concentraciones de ozono. Esta región presenta ciertas peculiaridades que influyen en la aparición de episodios fotoquímicos tales como: altas temperaturas, elevada insolación, orografía compleja, altas emisiones biogénicas, ciclos diarios de vientos locales, etc. No obstante, en toda Europa se han detectado elevados niveles de ozono que frecuentemente superan los umbrales de protección a la salud y a la vegetación establecidos en la Directiva 92/72 CEE. Esto ha llevado a la necesidad de reunir toda la información relevante por parte de los Estados miembros, con objeto de elaborar la futura directiva hija sobre el ozono. Con dicho fin, del 4 al 7 de marzo de 1997 se celebró en Valencia el I Seminario Técnico sobre la Contaminación por Ozono Troposférico en el sur de Europa.
El cambio climático. Casi la totalidad del azufre y una gran proporción de los óxidos de nitrógeno que se emiten a la atmósfera proceden de la combustión del carbón y otros combustibles fósiles, siendo estos también la fuente de emisión del dióxido de carbono que contribuye al cambio climático.