La inflación en México ha impactado directamente en los precios de varios productos alimentarios esenciales, entre ellos el jitomate, la calabacita y la papaya. Según el informe más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación anual subió al 4.69% en la primera quincena de octubre, con un fuerte aumento en los componentes no subyacentes, que son los más volátiles. Estos se incrementaron un 7.17%, poniendo fin a cinco quincenas consecutivas de cifras moderadas.
Entre los productos que más vieron incrementos durante este periodo se encuentra la papaya, con un aumento significativo del 15.51% en su precio durante la primera mitad del mes. Este incremento responde, en parte, a factores como la oferta limitada en varias regiones del país.
Precios regionales de la papaya: una fuerte variabilidad
El Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) ha registrado una gran variabilidad en los precios de la papaya según la región. Por ejemplo, el 2 de octubre, el precio promedio por kilo en Aguascalientes fue de 17 pesos, mientras que en Tijuana se situaba en 15 pesos. Sin embargo, entre el 2 y el 16 de octubre, los precios oscilaron entre los 34 y los 49 pesos por kilo, dependiendo de la oferta y la demanda locales.
En el mercado de Abasto de San Nicolás de los Garza, Nuevo León, el 3 de octubre el precio promedio de la papaya alcanzó los 37 pesos por kilo, impulsado por la «escasez de producto». Mientras tanto, en Durango, los precios fluctuaron entre 26 y 30 pesos en ese mismo periodo.
Otras plazas, como la Central de Abasto de Guadalajara, reportaron precios que oscilaron entre los 19 y los 38 pesos por kilo durante la primera quincena de octubre. De manera similar, en la Central de Abasto de Ecatepec, Estado de México, los precios se mantuvieron entre 20 y 40 pesos por kilo.
Factores detrás del incremento
El encarecimiento de la papaya, así como de otros productos agrícolas, obedece a una combinación de factores. La volatilidad del componente no subyacente de la inflación está directamente relacionada con las condiciones climáticas, la disponibilidad del producto y los costos de transporte, que suelen variar según la región y la temporada. Además, el clima errático ha afectado la producción en diversas zonas, lo que genera una menor oferta y, en consecuencia, mayores precios en mercados locales.
Con estas variaciones, los productores y consumidores deben adaptarse a un escenario inflacionario que muestra poca estabilidad en el corto plazo, especialmente en productos clave como la papaya, un alimento básico en muchas regiones del país.
Con información de la redacción de www.elfinanciero.com.mx
Más historias
Sinaloa: 80 mil hectáreas de frijol para el próximo ciclo
Sader fortalece la soberanía alimentaria
Desafíos en la producción de granos básicos