03/04/2024

Revista InfoAgro México

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Tendencias, Retos y Oportunidades en el Sector Agroalimentario Mexicano

En el caso de México, aunque existe un vasto número de estudios que analizan diversos aspectos relacionados con el sector agroalimentario, éstos no han permeado lo suficiente para incidir de manera contundente en el perfeccionamiento de las políticas públicas vinculadas con el sector. Es más, dichos estudios ponen de manifiesto que el deficiente diseño y desempeño de las políticas públicas para atender los grandes retos que enfrentará el sistema agroalimentario de México en las próximas décadas implicará que seguir actuando de la misma forma que en el pasado, significará atentar contra el bienestar de las generaciones presentes y futuras en una variable esencial como lo es la agroalimentación.

En las próximas décadas uno de los desafíos más importantes para los sistemas agroalimentarios del mundo, especialmente para los países en desarrollo, será el asegurar el abasto suficiente de alimentos para su población.

Lo anterior se debe a que la demanda de alimentos se intensificará por el crecimiento de la población; la mayor esperanza de vida; los cambios en los patrones de consumo hacia alimentos más saludables, inocuos, de mejor calidad, producidos de forma amigable con el medio ambiente, cuyo origen pueda ser rastreado por cuestiones de salud y que contengan información especializada en su etiquetado; y, por la demanda de una población madura creciente y con un ingreso disponible mayor. En contraste, la reacción de la oferta se vislumbra con mayores rigideces, la expansión de la tierra cultivable está prácticamente agotada y se utilizarán mayores volúmenes de productos agrícolas para usos no alimentarios. Por lo que la única estrategia viable para satisfacer la demanda futura de alimentos de cualquier país, será incrementar la productividad de la producción primaria.

Además de la necesidad de detonar la oferta de alimentos, será necesario producirlos a un precio accesible para los consumidores. Por ello, además de las estrategias para reducir los costos de producción, habrá que reducir también los de distribución, por lo que las cadenas de suministro de los mismos tendrán que volverse más eficientes. Ante el crecimiento importante de las cadenas de autoservicio en la distribución de alimentos en el mundo, las tendencias mundiales por parte de los proveedores de insumos primarios apuntan hacia la creación de cooperativas para comercializar productos directamente a los centros de distribución de los supermercados.

Por otro lado, muchos países en el mundo han estudiado con mucho detalle los efectos del cambio climático sobre sus sectores alimentarios, por lo que están diseñando y aplicando estrategias de política agropecuaria orientadas a enfrentar y minimizar los efectos del cambio climático sobre su sector. Adicionalmente, el deterioro de los suelos, la disponibilidad del agua y la contaminación son temas de gran relevancia para las políticas alimentarias futuras. El adecuado balance entre el crecimiento del sector agropecuario y la sustentabilidad de los recursos naturales es esencial para aspirar a un crecimiento sustentable para el sector.

En la búsqueda de una mayor productividad, competitividad y crecimiento económico, el desarrollo y la aplicación de nuevas tecnologías será fundamental y deberá tomar en cuenta cuestiones sociales como la reducción de la pobreza rural a través de la creación de más y mejores empleos, y educación y salud para la población, además de considerar en mayor medida retos globales como la seguridad energética, la sustentabilidad y el cambio climático

Cambios en la composición de la población mundial

En las próximas cuatro décadas, la población mundial presentará cambios sustantivos en cuanto a su tamaño, grupos de edades y distribución geográfica, lo que impactará sobre la demanda de productos y servicios que respondan a los nuevos patrones de consumo, características y necesidades de cada grupo poblacional.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), para el 2050 se espera que la población mundial alcance los 9.1 mil millones de personas (32% más población que en 2010) de las cuales, 7.9 mil millones vivirá en países en vías de desarrollo, mientras que 1.2 mil millones lo hará en países desarrollados

Para los países en desarrollo, concentrar 87% de la población mundial en 2050 representará un reto en términos de abasto de alimentos, ya que se estima que para satisfacer la demanda alimenticia de su población, la oferta de alimentos (básicos y procesados) debería aumentar alrededor del 100% para ese año, mientras que para alimentar al total de la población mundial, la producción primaria global de alimentos se tendría que incrementar 70% en las próximas cuatro décadas.

En términos globales de acuerdo con la FAO, el índice de producción agrícola mundial presentó una tasa media de crecimiento anual (TMCA) cercana al 2% durante el periodo 1961-2008. Dicho índice muestra incrementos consistentes desde hace varias décadas en las regiones de más alta densidad poblacional como Asia, África y América cuyo crecimiento es superior al promedio mundial; en contraste, los países europeos registran tasas nulas o negativas en el crecimiento de la producción de alimentos en los últimos 12 años.

De acuerdo con la FAO, entre 1961 y 1991, la superficie agrícola mundial creció 402 millones de hectáreas (mdhas), con una TMCA de 0.3% durante este periodo; en contraste, en el periodo 1992-2007 dicha expansión tan sólo fue de 36.4 mdhas, lo que implicó una tasa media de crecimiento de únicamente 0.05% en ese periodo.

Asimismo, durante el periodo de 1999 a 2007 la superficie arable (no sembrada pero con potencial para serlo) permaneció prácticamente sin cambios, con variaciones inferiores a 0.5%. Este dato, aunado al límite que representa la superficie agrícola mundial, indica que la producción de alimentos necesaria para satisfacer la demanda mundial futura, no podrá ser alcanzada a través de la expansión de la superficie cultivada.

El aumento de la población mundial significará una mayor demanda de alimentos, sin embargo, la oferta estará limitada por la superficie agrícola disponible; por lo tanto, la única forma de incrementar la producción de alimentos necesaria para cubrir los requerimientos del aumento en la demanda, será a través de un incremento significativo de la productividad en la producción primaria.

Por otro lado, la población madura en general es más cuidadosa con su salud y busca alimentos más sanos, especialmente en los países desarrollados, donde este grupo de población se inclina más a consumir alimentos que coadyuven a la prevención de enfermedades.

En las próximas décadas la producción de alimentos en el mundo deberá crecer necesariamente a tasas más aceleradas para satisfacer las necesidades futuras de alimentación mundial. Para ello será necesario incrementar la productividad agrícola a través de la tecnología, de lo contrario, se generará un incremento sostenido de los precios de los alimentos con el consecuente efecto sobre el poder adquisitivo de la población y la pérdida de bienestar, especialmente en los países más pobres.