El aguacate es una fruta que suele consumirse como si fuese una verdura, en ensaladas, acompañando a la comida principal, en aperitivos y demás, pero no suele comerse como postre. Sin embargo, es una fruta y, además, ciertamente peculiar, ya que posee una composición nutricional que ofrece beneficios a nuestro organismo, concentrando un alto contenido en grasas monoinsaturadas (saludables), un escaso nivel de azúcares y una variedad de vitaminas, minerales y aminoácidos. Por todo ello, aporta numerosas virtudes a nuestra salud, sin olvidar las características que atesora como sabor delicioso, textura cremosa, versatilidad de platos, facilidad de preparación, etc., siendo realmente popular entre los consumidores, cuya demanda continúa en aumento.
La composición del aguacate es muy variada, destacando su contenido en vitaminas y minerales, además de grasas saludables, así como otras sustancias beneficiosas para el organismo. Por cada 100 gramos de esta fruta, se puede contabilizar:
Finalmente, su composición en ácidos grasos lo define como un alimento saludable, al tener un bajo contenido en grasas saturadas, pero rico en monoinsaturadas, en particular en ácido oleico (9.07 g).
Teniendo en cuenta los numerosos componentes que forman parte del aguacate, se puede comprender su aceptación entre la sociedad, especialmente en el sector que persigue una vida sana, basada en una alimentación adecuada.
El aguacate es consumido normalmente como alimento, pero también puede utilizarse de otras formas como, por ejemplo, mascarilla para el cabello, crema para combatir las arrugas, bálsamo labial, en infusión y otros más. Sin embargo, se van a mencionar a continuación algunas de las principales propiedades que presenta como fuente de alimentación, siendo las siguientes:
– Regula los niveles del colesterol. Debido a su elevado porcentaje de grasa, aproximadamente un 23% de su peso total, mayoritariamente ácidos grasos monoinsaturados, ayuda a reducir el denominado “colesterol malo” (LDL) y a aumentar el “bueno” (HDL). Por tanto, es fuente de grasas saludables, con los beneficios que aporta al organismo.
– Posee efectos antioxidantes, por su alto contenido en vitaminas, principalmente C y E, que ayudan a mantener el desarrollo celular, contribuyendo a la protección de las células frente al daño oxidativo, así como a disminuir el riesgo de padecer algún tipo de enfermedad neurodegenerativa o cancerígena.
– Mejora el estado de distintos órganos, como pueden ser los dientes, los tejidos blandos y óseos, así como el aspecto de la piel y de la mucosa, por su nivel de vitamina A.
– Favorece el funcionamiento del organismo, ya que algunos de los minerales que aporta, como el potasio, el calcio, el magnesio o el fósforo, entre otros, favorecen el estado de numerosos sistemas y procesos como pueden ser: la tensión arterial, el sistema nervioso, los músculos, el ritmo cardiaco, el desarrollo de los huesos, la presión sanguínea, los niveles de azúcar, la producción de energía, etc.
– Produce nuevas células, por su contenido en ácido fólico, el cual es esencial para el crecimiento de uñas y cabello. También, es especialmente útil durante el embarazo, porque ayuda al correcto desarrollo del feto y a disminuir el riesgo de malformaciones.
– Beneficia el estado cardiovascular, ya que sus ácidos grasos monoinsaturados y sus minerales reducen la formación de placas que se acumulan y taponan las arterias, disminuyendo así la aparición de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
– Favorece la pérdida de peso. Por su efecto saciante, su porcentaje de fibra y su escaso nivel de azúcares, este fruto puede favorecer la pérdida de peso, siempre que se consuma de forma adecuada.
– Incrementa la salud intestinal, al ser rico en fibra, sustancia que ayuda al buen funcionamiento del sistema digestivo, favorece la proliferación de la flora bacteriana, ayuda a la absorción de los nutrientes de otros vegetales y reduce los problemas de estreñimiento, entre otras funciones.
– Ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga. De este modo, las vitaminas B6 y C favorecen el trabajo del sistema inmunitario durante el ejercicio físico intenso, así como la mejora del rendimiento, tanto físico como psicológico. Asimismo, ayudan a regular la actividad hormonal, la formación de glóbulos rojos, a producir energía y al metabolismo de sustancias importantes como la homocisteína, las proteínas y el glucógeno.
– Actúa de antibiótico natural, ya que se ha observado que las semillas del aguacate actúan como protección frente a bacterias, como la Candida, o patógenos que puede transmitir el mosquito causante de la fiebre amarilla (infección viral).
– Reduce el estrés, por componentes como el magnesio, la vitamina B o la grasa, que ayudan a regular el sistema nervioso, favoreciendo así un estado de mayor control y calma frente a situaciones de estrés.
– Reduce el riesgo de afectaciones visuales, como las cataratas, debido a la luteína, un tipo de carotenoide, cuya función es proteger los tejidos oculares del sol, reduciendo así el riesgo de sucumbir a patologías derivadas de éste.
Son numerosos los beneficios que produce en el organismo el consumo de aguacate. Su inclusión en la dieta humana es un hecho desde hace tiempo, aumentando la demanda de este alimento cada año que pasa, siendo consumido a cualquier hora del día: desayuno, aperitivo, comida, cena, entre horas, etc. Esto demuestra el éxito que tiene esta fruta en la actualidad que, de momento, parece no ser pasajero.
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