La producción nacional de naranjas ronda los cinco millones de toneladas anuales, lo que nos sitúa como cuarto productor a nivel mundial. Dicha producción se ha incrementado de forma más significativa en los últimos años, aunque se debe hacer frente a condiciones adversas como las altas temperatura y la sequía, entre otras. Es Veracruz el mayor productor dentro del país, con más de la mitad del volumen nacional. Asimismo, tanto las exportaciones como las importaciones también se han incrementado en los últimos años, lo que muestra el crecimiento del flujo comercial de este cítrico tan importante para México.
Producción nacional de naranjas
México ocupa la cuarta posición en el ranking mundial de mayores productores de naranjas, según SIAP – SAGARPA, con un volumen anual próximo a los cinco millones de toneladas. A este respecto, la producción nacional se ha mantenido bastante uniforme año tras año (fig. 1), con una media superior a 4.6 millones de toneladas durante más de una década.
Como se puede observar en dicha gráfica, las diferencias interanuales de los volúmenes anualmente cosechados no son excesivas, aunque sí se aprecia un cierto grado de variación. En tal sentido, en los primeros años de la serie histórica representada, se produjo una tendencia de crecimiento interanual, prácticamente en cinco años consecutivos (de 4.4 millones de t en 2013 a 4.7 millones en 2017). Durante los tres años siguientes, el volumen de naranjas se redujo progresivamente, de 4.7 millones de t en 2018 a casi 4.6 millones en 2021. Finalmente, se experimentó un repunte los últimos años hasta alcanzar, prácticamente, 4.9 millones de toneladas en 2023.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), de forma general, la producción citrícola mexicana continúa enfrentando los efectos adversos del cambio climático, como son la sequía y las altas temperaturas, las cuales han afectado a algunas de las principales regiones productoras del país. Asimismo, dicha entidad estadounidense estima que las plantaciones irán recuperando los índices de cosecha conforme las frutas adquieran mayor tamaño, peso y contenido de jugo.
Por otra parte, abordando la producción nacional de naranjas, es preciso señalar que la mayor cuota de participación ocurre durante la primera mitad del año, con casi el 70 % del total anual, destacando marzo y abril como los meses más productivos (28.3 % entre ambos) (fig. 2).
Analizando la evolución de la gráfica, se ve claramente que el volumen de naranjas inicia su crecimiento en enero y febrero, alcanzando su máximo en marzo. A partir de ahí, comienza a disminuir, aunque de manera progresiva. Sin embargo, a partir de junio se produce una caída drástica de producción, de 10.6 % hasta 3.9 %. Después, se mantiene relativamente constante hasta el mes de octubre, incrementándose los dos últimos meses del año.
En lo que respecta a las principales regiones productoras de naranjas del país, destaca claramente el estado de Veracruz, con más de 2.5 millones de toneladas (51 % del total), muy superior al resto de entidades (fig. 3). El segundo lugar lo ocupa Tamaulipas con un volumen anual de 775 mil toneladas. Después, Puebla y San Luis Potosí figuran en tercera y cuarta posición, con 336 y 325 mil toneladas, respectivamente. A cierta distancia en cuanto a cifras productivas aparecen estados como Nuevo León, Yucatán, Sonora, Tabasco, Hidalgo y Baja California Sur, entre otros.
Reforzando sus posiciones relevantes, las tres primeras regiones del ranking nacional aumentaron sus volúmenes de cítricos con respecto al año anterior. Datos de SIAP (2023) confirman los siguientes incrementos: Veracruz 10.2 %, Tamaulipas 12.6 % y Puebla 8.9 %. Por el contrario, regiones como San Luis Potosí y Nuevo León, redujeron dichos volúmenes (13.7 y 16.9 %, respectivamente).
Comercio exterior
Entre los clientes a los que se exporta la naranja mexicana se encuentran: Canadá, Chile, Uruguay, Honduras, Guatemala, Países Bajos, España, Alemania, Francia, Japón, China o India, aunque el principal receptor del cítrico nacional es Estados Unidos, que demanda elevados volúmenes, situándose entre los principales importadores mundiales, cubriendo alrededor del 30 % de sus demandas de naranjas de México, con un importe superior a los 39 millones de dólares.
El volumen correspondiente a las exportaciones en 2022 fue de unas 82 mil toneladas, con un montante económico superior a 48 millones de dólares, el cual ha ido aumentando durante los últimos años, aunque con un comportamiento ciertamente irregular (fig. 4).
El importe de las exportaciones en 2015 fue de 17.7 millones de dólares, aumentando al año siguiente a 19.5 millones. Cabe destacar la cifra alcanzada en 2017, superior a 30 millones, la cual se redujo levemente y se mantuvo relativamente constante los tres años siguientes. Los años 2021 y 2022 marcaron un crecimiento significativo, especialmente 2022, con una cifra de 48.2 millones de dólares, muy destacada en la serie histórica representada.
En el caso de las importaciones, éstas son inferiores a las exportaciones, con un valor de casi 28 mil toneladas y 20.7 millones de dólares (SIAP – SAGARPA, 2023), siendo los principales países de origen Estados Unidos, España, Francia, Italia, China y Turquía.
Según organismos oficiales, los países europeos destacan en la compra-venta de este cítrico, donde Países Bajos, Alemania y Francia han adquirido, en promedio, una cuarta parte de la oferta global, mientras que España lidera las exportaciones globales con una cantidad que supera el millón 600 mil toneladas anuales.
El mínimo de la serie histórica representada se produjo en 2017, con un valor de 7.7 millones de dólares en concepto de importación. Sin embargo, a partir del año siguiente el valor de las importaciones fue aumentando año tras año, incrementándose de manera significativa en 2021 y más aún en 2022 (20.7 millones de dólares), lo mismo que sucedió en el caso de las exportaciones.
De este modo, las cifras correspondientes a los flujos comerciales, tanto en importaciones como en exportaciones de naranjas, se han visto incrementados en los últimos años, lo que hace suponer que el mercado de dicho cítrico está activo y en el cual México ocupa un papel destacado.
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