02/04/2024

Revista InfoAgro México

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Mancha gris de la hoja

Mancha gris de la hoja

  1. Introducción
  2. Características del patógeno
  3. Síntomas de la enfermedad

4. Medidas de control

  1. Introducción

Además de las enfermedades clásicas, que son más conocidas, como las pudriciones o la cenicilla, existen otras, que pueden pasar relativamente desapercibidas, pero que también causan daños en los cultivos de chile. Aunque la sintomatología ocasionada por el patógeno se observe mayoritariamente en las hojas de las plantas, igualmente va a afectar a su normal crecimiento porque reducirá su superficie de fotosíntesis y su metabolismo, por la incidencia del agente invasor.

Este sería el caso de la mancha gris, una enfermedad causada por Stemphylium solani, un hongo fitopatógeno que se presenta de manera bastante frecuente en diferentes especies de chile cultivadas en el Noroeste de México como, por ejemplo, morrón, jalapeño, serrano, caribe o cubanelle, entre otros.

  1. Características del patógeno

La enfermedad conocida como “mancha gris” está causada por el hongo Stemphylium solani. Este fitopatógeno actúa, tanto en los semilleros como en el campo, especialmente cuando las condiciones ambientales corresponden a temperaturas cálidas y humedad relativa elevada, situándose los valores óptimos en 25–28ºC y por encima del 80%, respectivamente.

La mancha gris ha sido asociada con varias especies del género Stemphylium, como S. vesicarium, S. floridanum, S. botryosum y S. solani, siendo esta última la especie identificada mediante los análisis realizados como la causante de dicha enfermedad.

Se ha constatado que Stemphylium solani ataca a un amplio grupo de cultivos pertenecientes a la familia de las solanáceas, aproximadamente unas 20 especies, entre las que se encuentran el tomate, la berenjena, la papa, todo tipo de pimientos como los chiles, etc.

Aunque los daños más severos se producen en las hojas, pueden observarse también en otras partes de la planta, como el tallo o los peciolos, cuando las condiciones de la parcela de cultivo le son favorables, especialmente humedades relativas elevadas, por ejemplo, en invernaderos o al aire libre en situaciones de rocío o de lluvias.

Investigadores del INIFAP describen a Stemphylium solani como un hongo que tiene conidias oblongas, puntiagudas en el ápice y redondeadas en la base, con la parte terminal en forma cónica. Son multiformes, con 3-6 septos transversales y varios longitudinales, constreñidas en el septo medio únicamente, mostrando una relación entre largo y ancho inferior a 3, normalmente en torno a 2. Presentan tono marrón claro, de superficie lisa o finamente verrugosa. Los conidióforos muestran un color café claro con una longitud de hasta 200 micras y 4-5 de espesor, con hinchamientos en los nudos.

En cuanto al desarrollo de la enfermedad, el hongo sobrevive en los restos de cosecha, en las plantas afectadas y en malezas, como pueden ser algunas especies de Solanum y Physalis. Igualmente puede hacerlo en el suelo, donde las esporas del patógeno son diseminadas a través del viento y por salpicaduras del agua, infectando cuando las condiciones ambientales le sean favorables. Una vez presente en las plantas, forma los conidios en los tejidos vegetales, causando la infección, principalmente en la superficie de las hojas.

El factor principal para la actividad del patógeno es una humedad relativa elevada, pudiendo desarrollarse la enfermedad en climas fríos, de noviembre a febrero, pero pudiendo llegar a ser realmente problemática en climas cálidos, en situaciones de lluvia, en periodos de rocío o en sistemas de riego por aspersión.

  1. Síntomas de la enfermedad

Los síntomas causados por la mancha gris en algunos cultivos son difíciles de diferenciar de los provocados por otros hongos, como pueden ser Alternaria solani, Cladosporium fulvum y Septoria lycopersici. En el chile, los síntomas iniciales de la enfermedad pueden ser confundidos con frecuencia con los mostrados por Cercospora capsici, causante del “ojo de rana”, o con las quemaduras producidas por tratamientos agresivos.

Como se ha mencionado anteriormente, la mancha gris se manifiesta en ramas y en tallos, pero de manera ocasional, apareciendo de forma más frecuente en las hojas, y en los pedúnculos y el cáliz de las flores, aunque en las hojas es más común.

En las hojas jóvenes aparecen pequeñas manchas de color café claro, con un diámetro de uno a dos milímetros. Conforme va pasando el tiempo, y las hojas maduran, las manchas se van haciendo más grandes, aumentando a 3-5 mm de diámetro, mostrando en sus márgenes un tono rojizo y blanco en el centro.

El aumento del número de manchas, así como su tamaño, provoca la desecación y la caída de las hojas, produciendo una defoliación prematura en la planta de chile cuando los ataques son severos.

A pesar de que no suelen encontrarse síntomas visibles en los frutos, éstas caídas masivas de hojas hacen que las plantas pierdan el follaje, quedando los frutos expuestos a la radiación directa del sol, sufriendo efectos indeseados como decoloraciones, maduraciones irregulares, pérdidas de calidad o quemaduras, entre otros.

  1. Medidas de control

Para mantener los cultivos libres de la enfermedad o, al menos, reducir su incidencia todo lo posible, es preciso aplicar una serie de acciones que complementen los tratamientos fungicidas.

Algunas de estas medidas fundamentales que pueden llevarse a cabo son:

– Emplear variedades resistentes. Si no se encuentra cierta tolerancia a esta enfermedad en concreto, pueden utilizarse variedades con resistencia a otros hongos.

– Realizar rotación de cultivos. Se recomienda dicha rotación a los 3-4 años.

– Planificar aspectos de la plantación, como la fecha, el marco o la orientación de las líneas de cultivo, para no generar demasiado follaje, que el cultivo esté iluminado y ventilado, que no coincida, en la medida de lo posible, con la época de lluvias o rocío, etc.

– Realizar algunas labores de cultivo en tal sentido como, por ejemplo, realizar podas o deshojados buscando la ventilación de las plantas, no aplicar riegos en exceso, no aportar fertilizaciones demasiado nitrogenadas, etc.

– Llevar a cabo una vigilancia, tanto en el semillero como en las parcelas de cultivo, intentando detectar algún síntoma de la enfermedad, principalmente en las hojas.

– Eliminar las malas hierbas de la parcela y del entorno de la misma, ya que algunas especies de malezas pueden ser reservorio de las esporas del hongo.

– Sacar y destruir las plantas con síntomas y los restos de cosechas. De esta forma, se disminuirá la posibilidad de diseminación de la enfermedad.

– Aplicar fungicidas de manera preventiva cuando las condiciones ambientales sean propicias para la aparición del hongo fitopatógeno.

– Realizar una estrategia adecuada de aplicaciones una vez que S. solani ha aparecido en el cultivo, donde se usen fungicidas específicos, rotaciones y combinaciones de estos que resulten eficaces, se respeten las instrucciones de uso del fabricante y las recomendaciones del técnico agrónomo.

Por tanto, cuando se observen unas manchitas color café claro sobre las hojas de los cultivos de chile, es recomendable asegurarse que no se trata de quemaduras, siendo necesario realizar análisis de algunas muestras para saber si son síntomas causados por Stemphylium solani, en cuyo caso poder actuar mediante tratamientos fungicidas, pero también de forma cultural, actuando sobre las condiciones del cultivo de manera que favorezcan la reducción de la humedad ambiental.