02/04/2024

Revista InfoAgro México

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Tipo de enfermedades causadas por hongos de suelo en cítricos

Dentro de los hongos invasores, el único que ataca a los cítricos es Armillaria y prácticamente el resto de los hongos que hay en el suelo pertenecen al grupo de los llamados, hongos habitantes (Fusarium, Phythopthora, Verticillium…) que, según las condiciones ambientales, pueden parasitar gran cantidad de plantas, entre ellas los cítricos. Los hongos habitantes son saprófitos, es decir, viven en el suelo en restos de materia orgánica descompuesta o en descomposición y una vez que se dan las condiciones adecuadas se convierten en parásitos. En general, los hongos habitantes del suelo son difíciles de erradicar, pues si un cítrico, en determinadas condiciones es resistente, al modificar esas condiciones (excesivos abonos nitrogenados, mal uso de abonados foliares, etc.) se modifica su comportamiento y aparece como sensible.

Mal blanco de las raíces (Armillaria mellea).

El ataque de A. mellea se origina de modo imprevisto y agresivo, ya que el hongo suele hallarse bien establecido en el suelo antes de que se manifiesten sus síntomas.

Se trata de un hongo móvil en el suelo a nivel de parcela, sus rizomorfos avanzan en el suelo alcanzando las raíces de los árboles contiguos, penetrando a través de los tejidos. A. mellea se introduce a nivel del cambium o en las raíces.

Este hongo causa daños como podredumbre de raíces y base del tronco, su desarrollo se intensifica sobre plantas leñosas debilitadas por problemas diversos como, por ejemplo, encharcamientos, humedades permanentes en suelos arcillosos, etc. Su ataque puede producir la muerte de los cítricos, por falta de absorción de agua y minerales, al acabar pudriendo las raíces, apareciendo debajo de la corteza del árbol un micelio algodonoso, blanco y lechoso.

Esta enfermedad es más grave en regiones templadas donde el crecimiento de los rizomorfos continúa durante el invierno. El desarrollo de este hongo se ve favorecido por el abonado potásico e inhibido por el nitrógeno en forma nítrica, siendo la asfixia radicular el principal factor en el desarrollo de esta enfermedad.

En árboles viejos o alrededor de troncos que han quedado en el campo, y en donde hay fuerte infección, aparecen elementos fructíferos sexuales del hongo en forma de setas (carpóforos) de color miel. La infección puede extenderse desde las plantas atacadas a las más cercanas, formando rodales o grupos de plantas con síntomas propios de la enfermedad.

Esta enfermedad es particularmente grave si tenemos en cuenta la imposibilidad de cultivar, en los terrenos afectados, especies sensibles en un periodo aproximado de diez años, teniendo en cuenta que puede afectar a más de doscientas especies de plantas.

Los síntomas en la parte aérea comienzan cuando una o varias de las raíces principales son atacadas por el hongo, entre los síntomas más frecuentes destacan:

  • Retraso en la entrada en vegetación.
  • Disminución del desarrollo foliar.
  • Amarillamiento y enrojecimiento foliar.
  • Caída precoz de las hojas al final del verano y otoño.
  • En periodo de estrés hídrico puede tener lugar la muerte del árbol.

Medidas preventivas.

  • Desinfección del suelo antes de la plantación, sobre todo si antes fueron cultivados algarrobos o melocotoneros.
  • Limitar el riego.
  • Evitar humedades mediante adecuados drenajes.
  • Quemar al material infectado (tocones y raíces).
  • Reducir la materia orgánica.
  • Emplear abonos minerales.
  • Dejar airear y solear el campo arrancado antes de volver a plantar.

Control químico.

Debido a que el hongo se introduce entre la madera y la corteza de las raíces, la lucha química es prácticamente inaccesible y la desinfección del suelo resulta demasiado costosa.

Control biológico.

El empleo de Trichoderma viride debido a sus propiedades antagonistas respecto a A. mellea, reduce el inicio y crecimiento de los rizomorfos subterráneos, pero este método de lucha está ligado al pH del suelo y a la persistencia de sustratos orgánicos que permitan un desarrollo de otros organismos competidores ya instalados, para reducir el inóculo en el suelo.

Podredumbre blanca de la raíz (Rosellinia necatrix).

Este hongo está presente en todos los suelos y en maderas muertas o en descomposición; pudiendo producir daños hasta en plantas jóvenes de vivero. En plantas adultas el hongo convive con la planta sin producir daños aparentes y donde podría producir daños, que es en plantones, es difícil que la planta llegue infectada desde el vivero debido a los cuidados de cultivo y controles que en ellos se efectúan.

Existen diferentes tipos de síntomas aéreos que pueden observarse en los cítricos infectados por este hongo y que consisten en la defoliación y muerte lenta: los árboles suelen presentar un retardo en su crecimiento con ausencia de formación de nuevos brotes. Durante el verano aparece un amarilleo del follaje, con hojas más pequeñas de lo normal, dando lugar a una prematura defoliación al final del verano. Los árboles con síntomas de clorosis presentan más yemas florales que yemas vegetativas en el año anterior a su muerte. Aunque los árboles se infecten pronto después de la plantación, los síntomas agudos no se desarrollan hasta la fructificación en la que los frutos dejan de crecer y pueden arrugarse, y en los sucesivos años se producen pocas hojas y muchos frutos caen al madurar.

En el sistema radicular los síntomas se manifiestan con la pudrición de pequeñas raíces por el micelio blanco del hongo que invade después las grandes raíces, que se pardean al principio y después se ennegrecen. La invasión se extiende a través del cortex y cambium del tronco y progresa hacia arriba produciendo exudados de savia. La superficie de las raíces infectadas se cubre con hebras de micelio blanco algodonoso, observándose una fina capa de micelio algodonoso bajo la madera y en el suelo adyacente. En condiciones de humedad y temperatura adecuadas el micelio blanco aparece a nivel del suelo en el cuello del árbol y los ejemplares enfermos se pueden extraer fácilmente del suelo por tener las raíces muy deterioradas. Debido a que el micelio requiere elevados niveles de oxígeno para su desarrollo, se explica que en la mayoría de los casos el hongo esté limitado a los horizontes más superficiales del suelo.

Factores que favorecen el desarrollo de la enfermedad.

  • Los suelos pesados, con elevado contenido en arcilla (50%).
  • Elevada humedad (75-100%).
  • Temperaturas entre 20-25ºC.
  • pH entre 5 y 7.
  • Suelos con alto nivel de materia orgánica.
  • Suplementos como superfosfato cálcico y paja de arroz.

Control.

  • En árboles enfermos se debe limitar el riego y realizar fosas circulares de un metro de radio alrededor del pie del árbol dejando al descubierto sus raíces y aplicando fungicidas a base de cobre (sulfato cúprico al 5%).
  • Durante el cultivo se puede controlar la enfermedad mediante la solarización en verano.

Gomosis, podredumbre de la base del tronco y cuello de la raíz y podredumbre de raíces absorbentes (Phythophthora nicotiane, P. citrophthora).

La presencia de estos hongos es permanente durante todo el año en el suelo y su mayor actividad parasitaria se produce cuando la temperatura media del ambiente oscila entre 18-24ºC. El agua de lluvia o la de riego que empapa el suelo favorece la formación de la parte reproductora asexual de estos hongos.

La gomosis puede aparecer en la base del tronco, cerca de la zona de unión del injerto o bien a lo largo del tronco, llegando a afectar a las ramas principales de algunas variedades. Las zonas afectadas adquieren diversas formas y el tamaño de la lesión dependerá del tiempo que lleve actuando el hongo y de las condiciones ambientales. Normalmente las lesiones son alargadas y, si hay suficiente humedad ambiental, se producen emisiones de gotitas de goma. Las zonas afectadas se deshidratan y se va separando la corteza, pudiendo desprenderse en tiras verticales si estiramos desde la zona donde se inicia la separación. Debajo de esta zona la madera puede estar ennegrecida pero no muerta, por lo que podrá seguir subiendo sabia bruta, pero no podrá bajar de esa zona savia elaborada. Con el tiempo, las raíces que estén por debajo de esa zona irán dejando de recibir alimento y acabarán muriendo.

Cuando el ataque se localiza en la parte baja del tronco y el cuello de las raíces principales, se va produciendo una deshidratación y podredumbre de la corteza, con la consiguiente separación de la madera, que aparece ennegrecida. En las raíces se ve la zona afectada, en la que se forman los típicos chancros, con bordes engrosados debido a que la planta ante el ataque del hongo, para intentar cerrar la herida, empieza a multiplicar sus células a mayor velocidad (respuesta hiperplástica o hipertrófica). El chancro afecta principalmente a la base del tronco pero, en algunos casos, puede presentarse también a lo largo del mismo. Las lesiones son variables en forma y tamaño, pero crecen más rápidamente en sentido vertical que lateralmente.

La podredumbre de las raíces absorbentes se concreta en una destrucción de las raíces finas. Si se produce este hecho repetidamente y con bastante amplitud puede alterar el desarrollo de las plantas.

En condiciones de elevada humedad atmosférica, el hongo fructifica en la superficie de las manchas formando una mohosidad blanquecina. Los frutos infectados se desprenden prematuramente. Las áreas de la corteza infectadas son frecuentemente contaminadas por otros hongos (Penicillium spp., Fusarium spp., etc.).

Si el ataque pasa desapercibido, porque la base del tronco y las raíces estén tapados por la tierra, los síntomas característicos de la enfermedad se manifiestan con las siguientes características:

  • Brotes débiles, de escaso desarrollo y aspecto clorótico.
  • Frutos de pequeño tamaño.
  • Hojas de color verde amarillento y más puntiagudas.
  • Limbos más pequeños y amarillentos.

Los limoneros y los pomelos son muy sensibles a Phythopthora spp., siendo el naranjo dulce más sensible que los mandarinos y sus híbridos; los Citranges, Troyer y Carrizo, y el mandarino «Cleopatra» presentan cierta resistencia. El naranjo amargo, el Citrumelo y el Kumquat son resistentes. Por tanto, la elección del patrón supone un aspecto importante en la lucha contra esta enfermedad, además de la investigación de nuevos patrones resistentes.

El método de lucha más eficaz es una buena combinación de medidas preventivas junto al control químico.

Medidas preventivas.

  • Diseñar un buen drenaje que evite la acumulación de agua en épocas lluviosas.
  • Si el riego es por inundación se rodearán los troncos con un caballón que evite su contacto directo con el agua.
  • Si el riego es por goteo se separarán los goteros del tronco, para evitar una excesiva humedad en el mismo.
  • Evitar el uso de maquinaria y aperos que produzcan lesiones en el tronco.
  • Evitar la compactación del terreno, pues dificulta el crecimiento de las raíces.
  • No aportar materia orgánica en descomposición junto a la base del tronco.
  • Evitar periodos de sequía seguidos de riegos abundantes.
  • Moderar la fertilización nitrogenada.

Control químico.

Los fungicidas contra Phythopthora spp. son productos cuya acción es exoterápica, es decir, actúan exteriormente, impidiendo la germinación de los órganos de reproducción del hongo si el producto se pone en su contacto. Por tanto, hay que aplicar el fungicida en toda la zona afectada, pues donde no llegue el producto el hongo sigue atacando.

Procedimiento a seguir en el control de Phythopthora.

*Inicio de la enfermedad: en los primeros síntomas de la enfermedad , en el que los chancros están iniciando su desarrollo, se establece el siguiente programa:

-Primer tratamiento: se realizará después de la primera brotación de primavera, a los 10-20 días de su inicio, realizando un tratamiento foliar con Fosetil-Al 35% + Mancozeb 35%, presentado como polvo mojable, a una dosis de 0.30-0.50% ó Fosetil-Al 80%, presentado como granulado dispersable en agua a una dosis de 0.25-0.30%.
Si el producto utilizado es Metalaxil 25%, presentado como polvo mojable, se aplicará a una dosis de 0.80-0.12%, repartida por la zona de goteo de los árboles afectados y en la misma época.

-Segundo tratamiento: se realiza durante la brotación de verano, con los mismos productos y dosis anteriores.

-Tercer tratamiento: se realizará a los dos o tres meses del tratamiento anterior (septiembre-octubre), con los mismos productos y dosis.

*Fase avanzada de la enfermedad: cuando los chancros están bien desarrollados, además de los tratamientos realizados en el apartado anterior, se debe actuar sobre los chancros de las siguientes formas:

-Pulverizar los chancros con una suspensión concentrada que contenga alguno de los productos citados como de acción externa.

-Limpiar y raspar la zona de exudación gomosa afectada por el hongo y a continuación pulverizar.

-Con un objeto afilado se eliminarán los tejidos afectados de la corteza sin dañar la madera hasta que se llegue a ver una línea verde de corteza, señal de que hemos llegado a la zona sana. Seguidamente se llevará a cabo la pulverización como en los casos anteriores.