08/11/2024

Revista InfoAgro México

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El escarabajo de la papa

El escarabajo de la papa

  1. Introducción
  2. Morfología y biología de la especie
  3. Distribución geográfica y daños
  4. Recomendaciones para su control
  5. Introducción

Entre las distintas plagas que pueden dañar los cultivos de papa, la más famosa es la conocida como el escarabajo de la patata, el cual no sólo ataca a este cultivo de tubérculos. También puede encontrarse en otras solanáceas como berenjenas o tomates, incluso en otras hortalizas de la familia de las crucíferas como la col, la coliflor o el nabo.

Este coleóptero está ampliamente distribuido por el mundo, en la misma medida que los cultivos de papa, sobre los que demuestra una gran agresividad, devorando sus hojas y tallos tiernos, pudiendo ocasionar severos daños en las plantaciones.

Su voracidad y su rápido desarrollo hacen que sea una plaga muy temida, por lo que es preciso implantar y llevar a cabo una serie de medidas que reduzcan estos daños a las plantas, sin que la cosecha se vea excesivamente mermada.

  1. Morfología y biología de la especie

El nombre científico del escarabajo de la patata es Leptinotarsa decemlineata, y se trata de un coleóptero que pertenece a la familia de los crisomélidos. Debido a su importancia, es fundamental reconocer la forma que presentan sus distintas fases de desarrollo, para así poder llevar a cabo las medidas oportunas. Los principales rasgos son los siguientes (Caballero, 2004):

– Huevo. Tiene forma ovoide y es de color amarillo claro cuando está recién depositado. Posteriormente, cambia a tonos anaranjado y rojizo conforme se va acercando el momento de la eclosión.

– Larva. Muestra un color rojizo, que va tornándose más claro en los últimos estadíos, en los cuales se observa en la cabeza el anillo protorácico y dos filas de manchas negras en los costados del abdomen.

– Pupa. Es de color amarillento y mide, aproximadamente, unos 8 mm de longitud (Grison, 1963).

– Adulto. Pequeño insecto que mide en torno a 1 cm de largo. Normalmente, muestra un color de amarillo pálido a ocráceo, con pequeñas manchas negras en la cabeza y el protórax, entre las que destaca las de la parte media en forma de H. Los élitros presentan un tono amarillo pajizo, cada uno con cinco líneas negras longitudinales, a las que alude la denominación específica de la especie. Su nombre genérico se refiere a la extremada delgadez de sus tarsos, que lo obliga a apoyarse en toda su longitud durante los movimientos que realiza (Jacques, 1988).

En lo que respecta al ciclo biológico de este insecto, los adultos pasan el invierno en diapausa, enterrados en el suelo, emergiendo después en primavera para alimentarse. Después del acoplamiento y tras alimentarse durante un periodo de unos 5 – 10 días, inician la puesta de los huevos, la cual se realiza mediante plastones del orden de 20 a 60, preferentemente sobre el envés de las hojas de papa.

Los adultos viven en promedio 5 semanas, depositando cada hembra un número comprendido entre 500 y 1000 huevos en ese tiempo. Dependiendo de las condiciones del entorno, principalmente de la temperatura, se produce la eclosión de los mismos a los 4 – 8 días.

Después de emergida, la larva comienza a alimentarse de las yemas foliares y de las hojas más tiernas. Esta fase está formada por cuatro estadíos y completan su desarrollo en un periodo de 10 a 20 días, dependiendo normalmente de la temperatura (Ferro, 1985). Al final del cuarto estadío, la larva abandona la planta y se entierra en el suelo para pupar. Los nuevos adultos emergen al cabo de 8 – 12 días (Jacques, 1988).

  1. Distribución geográfica y daños

Este escarabajo fue descrito por Thomas Say en 1824, a partir de especímenes recogidos en plantas de Solanum rostratum​ en las Montañas Rocosas. Su origen parece situarse en México, donde sus principales plantas hospedantes eran S. rostratum y S. angustifolium, probablemente también originarias de México (Whalen, 1979). Sin embargo, hay autores que afirman que dicho origen debe ser compartido con Colorado (Estados Unidos).

Desde estas zonas, su área de distribución se fue expandiendo a medida que lo iba haciendo la papa. Resulta curioso señalar que el área de origen de la patata (Perú) no coincide con la del escarabajo.

Este insecto se adaptó a esta nueva planta, de la cual se empezó a alimentar, y que estaba muy relacionada con su planta nutritiva original, lo que le permitió expandir su área de distribución, que es en la actualidad muy generalizada en todo el mundo, allá donde existan cultivos de este tubérculo.

En lo que se refiere a los daños ocasionados a las plantas, son producidos por la acción conjunta de larvas de diferentes estadíos y adultos. Todos ellos generan una destrucción de la parte aérea del cultivo, especialmente hojas y tallos tiernos, que pueden reducir el tejido vegetal únicamente hasta las nerviaciones.

Se considera como periodo crítico, el intervalo anterior y el posterior a la fase de floración. Durante dicho periodo, la pérdida de las hojas, además de afectar al proceso fotosintético, puede dañar gravemente a la cosecha como consecuencia de la paralización y el deterioro de los tubérculos.

Por tanto, L. decemlineata es una especie considerada defoliadora, pero también es polífaga, ya que no se alimenta solamente de sus principales plantas hospedantes (S. rostratum, S. angustifolium y S. tuberosum), sino que puede atacar ocasionalmente a otras especies de la familia de las solanáceas, tanto cultivadas (berenjena, tomate, etc.) como silvestres (Jacques, 1988).

  1. Recomendaciones para su control

L.decemlineata fue reconocida como plaga de la patata en el estado de Colorado (EE.UU.) en el año 1861 y desde entonces, se han venido empleando diferentes métodos para su control. En los primeros años, se utilizaron algunos métodos domésticos poco satisfactorios, hasta el descubrimiento en 1871 de una mezcla a base de “verde de parís” (acetoarsenito de cobre), que resultó eficaz, generalizándose su empleo entre los agricultores rápidamente (Caballero, 2004).

Posteriormente, se emplearon hasta finales de los años 40 del S-XX, los insecticidas arsenicales y el DDT, que estuvo disponible a partir de 1945 (Casagrande, 1987). La elevada incidencia en el uso de este tipo de insecticidas provocó el desarrollo de resistencias por parte del escarabajo plaga.

El primer país europeo donde se registró resistencia al DDT fue en España a partir de 1955, detectándose más tarde en otros países de Europa (Forgash, 1987). Desde entonces, en diversas partes del mundo muchas poblaciones de L. decemlineata han desarrollado resistencia a diferentes familias de insecticidas como ciclodienos, organofosforados, carbamatos y piretroides (Georghiou y Mellon, 1983).

El desarrollo de resistencias, así como los problemas derivados del mal uso de los insecticidas, ha estimulado la investigación de técnicas de control alternativas, como pueden ser el uso de variedades resistentes o el control biológico (Ferro, 1985; Casagrande, 1987; Hare, 1990; Cappaert et al., 1991). Como consecuencia de estas investigaciones, se han comercializado patatas transgénicas resistentes a L. decemlineata que expresan la endotoxina Cry3A de Bacillus thuringiensis subsp. tenebrionis (conocidas como patatas-Bt) (Feldman y Stone, 1997).

También se vienen utilizando distintas sustancias, tales como aceites, jabones o extractos vegetales, que ofrecen buenas perspectivas, al no generar resistencias por parte de los insectos, a la vez que resultan perfectamente compatibles con los sistemas del control integrado, totalmente respetuosos con el medioambiente, los enemigos naturales y los consumidores.

Estas reflexiones demuestran que el uso exclusivo e indiscriminado de insecticidas sintéticos no es la (única) solución al control de la plaga, más bien puede ser causante de otros problemas. Por ello, es preciso llevar a cabo un plan estratégico que integre una serie de medidas inocuas con carácter preventivo como, por ejemplo, algunas de estas:

– Realizar rotación de cultivos:

  • Que sean amplias, especialmente en las parcelas con problemas detectados.
  • Evitar incluir cultivos forrajeros que duren dos años o más.
  • Introducir cultivos que requieran laboreos frecuentes.

– Emplear semilla sana:

  • Usar patatas de siembra certificadas.
  • Sembrar, si es posible, los tubérculos enteros.
  • Implantar densidades de siembra o plantación bajas, que no sean densas.
  • Sembrar con cierta profundad.

– Realizar el aporcado:

  • Que sea lo antes posible.
  • Que resulte alto, para limitar el daño sobre los tubérculos.

– Mantener la sanidad vegetal del cultivo:

  • Limpiar el suelo de malas hierbas.
  • Vigilar constantemente la parcela y su entorno de la presencia de la plaga, especialmente en los momentos más críticos.
  • Mantener un crecimiento equilibrado de las plantas, sin un vigor excesivo, mediante un adecuado manejo.
  • Destruir las posibles fuentes de inóculo como restos de cultivo, sobre todo en los casos en que se hayan sufrido ataques previos.
  • Retirar del terreno todas las papas no aprovechadas en la cosecha (inmaduras, partidas, deformes, dañadas, etc.).
  • Colocar trampas donde queden atrapados los escarabajos, no pudiendo acceder al cultivo.
  • Aplicar tratamientos preventivos en los terrenos con problemas, con técnicas como la biofumigación o la solarización.

Estas labores culturales pueden servir de ayuda para el control, no solo de este escarabajo, sino de otras plagas que afectan al cultivo de papa. No obstante, si fuese necesario el empleo de tratamientos fitosanitarios para el control de la plaga, dichas aplicaciones deben realizarse en el momento adecuado y cumplimiento los requisitos técnicos y de seguridad establecidos, tanto por el fabricante como el asesor agronómico de la explotación.