Los bioestimulantes son compuestos orgánicos -extractos de plantas, algas, bacterias y hongos beneficiosos- que contienen un amplio rango de elementos bioactivos capaces de mejorar el uso eficiente de los nutrientes y así ayudar a los cultivos a ser más tolerantes a las condiciones climáticas adversas.
Los bioestimulantes aportan una serie de sustancias activas que provocan la mejora de la fisiología de la planta tanto en su parte aérea como radicular. Esto elementos proporcionan una mayor protección y desarrollo de la planta, una mejora de la calidad de los frutos y una fertilización más natural y biológica.
Algunos de los ejemplos más comunes de los bioestimulantes son los aminoácidos. Existen formulaciones de bioestimulantes que incorporan aminoácidos, estas son fácilmente absorbidas por los vegetales, ayudando a recuperar el normal funcionamiento de la planta, activando e impulsando el metabolismo del vegetal, la producción de raíces o la regeneración de los tejidos.
Los microorganismos son capaces de ajustar las necesidades hídricas de la planta, y así mismo, incrementan la fotosíntesis, inmovilizar los metales pesados y finalmente aumentan los rendimientos de los cultivos.
Las empresas más importantes dedicadas a la fabricación y comercialización de fertilizantes están invirtiendo grandes cantidades de dinero en la investigación de todos los recursos biológicos disponibles. Se estima que en un futuro el 40% de los ingresos de los agricultores van a provenir de los residuos agrícolas.
La agricultura moderna requiere hoy en día un balance entre alta producción con un máximo de seguridad para los consumidores, agricultores y el medio ambiente. Estos compuestos se mueven bajo estas directrices. Generalmente, los bioestimulantes son biodegradables, no tóxicos, no contaminantes y no dañinos para la fauna auxiliar, y tienen un plazo de seguridad mínimo, sin residuos para el cultivo ni para los frutos. De ahí que el uso de la biofertilización esté cada vez más extendido por todo el mundo. Esta opción es muy utilizada en toda la costa de Estados Unidos, México y el resto de países sudamericanos. Australia es otro país donde la biofertilización se practica habitualmente y está perfectamente establecida.
Esta nueva tecnología es imparable y todas las empresas del sector, están invirtiendo en I+D+i grandes cantidades de dinero lo que producirá un cambio y un mayor uso por parte del agricultor, respetando el Medio Ambiente, aumentando las cosechas y cosechando alimentos seguros, suficientes y saludables para una población en crecimiento.
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